Recordando historia, el imperio contraataca las reivindicaciones de los trabajadores y tratan de silenciarlos con las armas... No muy distinto a lo que ocurre en el mundo de hoy, donde siguen asesinando... Leamos lo que viene a continuación y reflexionemos de lo que les digo...
En 1886, el Presidente de los Estados Unidos Andrew Johnson promulga la llanada Ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias, gracias a la incansable lucha del trabajador mecánico Ira Steward. Esta Ley no se cumplió, por lo que las organizaciones laborales y sindicales de USA empezaron a luchar por su cumplimiento.
En noviembre de 1884 se celebra en Chicago el IV Congreso de la American Federation of Labor en el que se propuso que a partir del 1º de mayo de 1886 se obligara a los patronos a respetar la jornada de ocho horas, y si no, se iría a la huelga. Esta proposición se extendería por todo el país norteamericano, en mítines y concentraciones obreras.
Llegado el 1º de mayo de 1886, los obreros elevaron una sola voz: A partir de hoy, sólo ocho horas diarias; ni una más. Los patronos se negaron, por supuesto; pero los obreros, organizados, paralizaron el país productivo, con más de cinco mil huelgas. Se puede decir que el clamor de 350.000 trabajadores en las calles logró en parte el objetivo, aunque no con la misma rapidez en los distintos centros de trabajo. El éxito recorrió el país, pero en Chicago la cosa fue distinta.
El Chicago Tribune se atrevió a comentar en sus columnas: «El plomo es la mejor alimentación de los huelguistas», y pedía para éstos prisión y trabajos forzados como «la única solución posible a la cuestión social».
Los trabajadores de la fábrica McCormik tenían más de dos meses enfrentados a sus patronos y a los rompehuelgas contratados para tales efectos. El 1º de mayo de 1886 el choque fue violento. Al día siguiente intervino la policía para dispersar a más de 50.000 manifestantes. El 4 de mayo se congregaron los obreros frente a la McCormik. Los esquiroles rechazaron la manifestación y hubo 6 muertos y numerosos heridos.
Adolf Fischer, uno de los dirigentes de la huelga, lanzó una proclama que circuló profusamente:
«¡Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik se fusiló a los obreros! ¡Su sangre pide venganza!»
Fischer invitaba a un mitin en la Plaza Haymarket, donde los más destacados dirigentes sindicales harían uso de la palabra. Estaban en pleno mitin cuando la policía recibió órdenes de dispersar a los asistentes. De pronto, una bomba estalló cerca de las fuerzas policiales, con un saldo de seis policías muertos.
Esto enardeció más a la policía que atacó despiadadamente con un resultado de 38 muertos y 115 heridos. Condenados algunos dirigentes a muerte el 20 de agosto, fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1886.
El 1º de mayo de 1889, queda instituido el Día Internacional del Trabajador, en la calle Prele de París, durante el Congreso de la Asociación Internacional de Sindicatos Europeos.
En Venezuela se celebra por primera vez en Maracaibo, el 1º de mayo de 1936. En 1945, el general Medina Angarita, Presidente de Venezuela, establece por decreto el Primero de Mayo como el Día del Trabajador, trasladando su celebración del 24 de julio fijada por López Contreras según decreto del 18 de abril de 1938.
Desde esa fecha, cada primero de mayo ha constituido una oportunidad de pronunciamiento por el bien de quienes laboran en la producción y los servicios. Tras la clarinada del Gran 04 Febrero de 1992 con más razones ha tenido lugar el festín.
Hoy por hoy, contra viento y marea, guapeamos por el bienestar de venezolanos y venezolanas, por la armonía de la triada persona-sociedad-naturaleza, por lanzar al basurero cuanto atente contra la Patria revolucionaria y socialista. Nos regocijamos de una esperanza de vida que se enrumba a los 74 años, la mortalidad infantil en 9 años de gobierno a disminuido un 20% por cada mil nacidos vivos, y mujeres y hombres poseen igualdad de oportunidades para su desarrollo individual –racionalmente visto el asunto, recordemos que poseemos el sueldo mínimo mas alto en Latinoamérica y que asimismo, nuestro gobierno reivindica al trabajador venezolano, un ejemplo palpable, la actual nacionalización de Sidor, empresa que maltrataba a sus empleados. Ello apenas constituye una arista de nuestras bondades.
Es por esto que hago un llamado a la reflexión, a todos los camaradas que luchamos por un bien social común, tenemos que tener calma porque el camino al socialismo va tomando su rumbo y su forma, no nos desesperemos que de eso lo que queda es el cansancio, sigamos a pie de lucha campesinos, obreros, trabajadores de esta revolución, nuestro comandante en jefe está apostando por el poder popular y somos nosotros los que mas debemos darle nuestro apoyo, él sabe de todo lo que esta ocurriendo en el país, además de las agresiones que diariamente le ocasiona el imperio a nuestra sociedad.
Así, la altura de este 1ro de mayo, como nunca luchamos por hacer cada día una obra mejor. Así celebramos el Día Internacional de los Trabajadores en la Venezuela Revolucionaria y Socialista.
“El Socialismo Es La Ciencia Del Ejemplo”... Che
(*)Voluntario Socialista del Poder Popular
rafaelromanomartinez@gmail.com