Hacia la Victoria Perfecta: El 7-O a Votar por Chávez, el 8-O a limpiar de Burócratas la Revolución

Marea Socialista al Pueblo Bolivariano

Faltan horas para una jornada histórica. Lo que suceda en Venezuela el 7 de octubre tendrá un fuerte impacto en el país y a nivel internacional. Está en juego mucho más que la presidencia del país, están en juego las esperanzas y los sueños de un pueblo.

Hoy no vamos a abundar argumentando sobre los logros del gobierno del presidente Chávez. No nos vamos a explayar en la Gran Misión Vivienda, la Misión Amor Mayor, Barrio Adentro o las otras Misiones. No usaremos como argumento los números que hablan de la mejoría de la situación de pobreza de nuestro pueblo (70% en 1996, 27% en 2010). No vamos a repetir que se están cancelando enormes deudas que tenía el país con sus trabajadores, como el pago de las deudas de prestaciones sociales o la nueva LOTTT. Ni siquiera vamos a denunciar una vez más el significado que tendría un retorno al gobierno de esos políticos miserables, que auparon un golpe de Estado  sangriento y un Paro Sabotaje que terminó de quebrar la economía del país. Porque todos sabemos que, los de la Mesa de Unidad  de hoy son los mismos del 11 de abril de 2002 y de esos meses (que parecieron años) de Paro Sabotaje.

Hoy queremos dialogar con nuestro pueblo desde las carencias y fallas del proceso y del gobierno. Y queremos hacerlo porque consideramos que es ahora, que este es el momento para  hablar con nuestro pueblo desde sus propios sueños. Desde las aspiraciones incumplidas de nuestros jóvenes, nuestras  mujeres y nuestros hombres, de la gran familia trabajadora venezolana.  Queremos hablarle a sus sentimientos, deseos y necesidades. Queremos conversar sobre el futuro del país y su gente,  nuestra gente.

Y  también queremos plantearles el por qué, a pesar de los errores y faltas del gobierno, el 7 hay que votar con fuerza por el Presidente Chávez.  Y debemos hacerlo:

  • Para recuperar el sentido de todas nuestras luchas y la inmensa fortaleza, control social y revolucionario que le imprime la unidad y el ejercicio movilizador del Pueblo Bolivariano en momentos excepcionales.
  • Para volver a despertar esa fuerza social imparable que fue capaz de superar los años trágicos de la Cuarta República y que con ansias incontenibles todavía apuesta a un verdadero proceso de transformación.
  • Porque solo esa fuerza, la Fuerza del Pueblo Trabajador es capaz de imponer y orientar hacia un rumbo radical  en el Proceso Bolivariano y obligar a cambiar todo lo que haya que cambiar.
  • Para recuperar el poder constituyente de nuestro pueblo y garantizar de esta manera refundar una nueva institucionalidad revolucionaria y el ejercicio de gobierno con las organizaciones del Pueblo Bolivariano. Una institucionalidad surgida de verdaderas constituyentes obreras, juveniles, campesinas, populares.

Pero, para eso tenemos que tomar el final de la campaña en nuestras manos. Porque atención, esta vez como tantas otras, no hay “maquinaria” que valga: el triunfo para Chávez, sólo lo puede conquistar el pueblo. Y como ya lo ha hecho en otras ocasiones, este pueblo tiene que volver a parir a Chávez el 7 de octubre.

El malestar de importantes sectores del Pueblo Bolivariano puede provocar una abstención que perjudique seriamente el triunfo de Chávez.  Y es un malestar que se justifica provocado por unos funcionarios cada vez más alejado en el día a día de las necesidades populares. Unos funcionarios que, con sus honrosas excepciones, disfrutan de privilegios insultantes y que han perdido todo contacto con la realidad del pueblo llano. Eso que llamamos Burocracia. No se trata sólo de ineficiencia. Ellos se han apropiado de la revolución y la están usurpando en beneficio propio. Para decirlo claro. Si Capriles representa la cara privada, burguesa, del Capital, esta burocracia es la cara estatal del mismo capital.

Al mismo tiempo en la campaña hemos sufrido el mal ejercicio de una dirección del partido que llega tarde, mal y nunca donde es necesario llegar temprano, bien y siempre, y que ha hecho de la manipulación administrativa y el clientelismo una perversa costumbre.  Una campaña que los militantes han debido realizar durante semanas sin herramientas ni materiales y sobre todo sin debates que son imprescindibles para construir la movilización popular necesaria para alcanzar el triunfo. Con dirigentes que se conforman con su propio triunfalismo estadístico o mejor dicho adivinatorio. Aburguesados. O lo que es peor: dirigentes que levantan sospechas sobre su verdadera voluntad de obtener el triunfo.

Estos hechos: el maltrato y la desidia de los dirigentes, han dejado al Pueblo Bolivariano solo en un conexión con Chávez que puede peligrar sino se produce una revolución dentro de la revolución. Este pueblo se ha visto obligado a esperar una llamada telefónica o un mensaje de texto, “para ser convocados” a realizar las tareas que los dirigentes notifican sin siquiera garantizar el mínimo derecho a debatirlas.

Sólo la acción de Presidente Chávez, en estas últimas semanas, ha dado un vuelco a la campaña. Las enormes movilizaciones que en distintas localidades  y estados se han venido desarrollando muestran que tenemos la fuerza para obtener la “victoria perfecta”. Sin embargo hay que definir qué tipo de victoria perfecta. Y el Pueblo Bolivariano quiere una victoria que resuelva sus problemas, que termine con el maltrato y que le asegure una auténtica participación democrática en las decisiones sobre su propio destino.

Las próximas elecciones a gobernadores y alcaldes, así como la constitución de los equipos ministeriales después del 7 de octubre constituyen un enorme desafió que hay que convertir en oportunidad  para mostrar desde el nuevo gobierno del Presidente Chávez, un cambio de rumbo como el que pueblo reclama.

Nadie en este Pueblo Bolivariano cree que la solución vendrá de aquellos que como Capriles o sus socios y mandantes, tuvieron secuestrado al país en los difíciles meses del Paro Sabotaje. Pero la desilusión y el desengaño los pueden hacer faltar a esta cita histórica del 7 de octubre. Y ese es el peligro real que tenemos por delante.

Solo venceremos ese peligro si logramos demostrar que hace falta un nuevo despertar. Que necesitamos recuperar los sueños. Pero esta vez sumados a la decisión inquebrantable de no ceder ni permitir que nos secuestren nuestro derecho a participar democráticamente.

La victoria perfecta será aquella que cumpla dos condiciones:

Primero: Desatar, en las horas que quedan, una gran Movilización Popular para que nadie se quede sin votar por Chávez el 7 de octubre. 

Segundo: Mantenernos movilizados reclamándole al Presidente que desde el mismo 8 de octubre empecemos a Limpiar de Burócratas la Revolución y, de una vez por todas, resolvernos a luchar a fondo contra los operadores políticos y económicos del capital.

Todos a Votar por Chávez y a ejercer control social, movilizados en la calle para asegurar los derechos de todo nuestro pueblo.



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