Caracas, 27 de marzo de 2006.- En respuesta a las recientes declaraciones del Presidente Hugo Chávez criticando las posiciones de algunos sindicalistas en relación a la autonomía de las organizaciones de trabajadores, un grupo de sindicalistas y trabajadores que conforman la corriente CCURA (Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma) de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), enviaron una carta pública al Presidente para aclarar sus posiciones al respecto.
Durante un acto con promotores del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el Presidente Chávez afirmó que “los sindicatos no deben ser autónomos, que habría que terminar con eso." El Presidente mostró su descontento con las divisiones internas en el seno del movimiento sindical, en referencia a las diversas tendencias que hacen vida en la UNT.
Según expresan los sindicalistas en su carta, "Para Lenin, era necesaria la independencia de los sindicatos en relación al Estado. Veía con temor el crecimiento de una burocracia en todas las esferas, y veía en las organizaciones de la clase obrera la oportunidad de dar una batalla contra este flagelo. Defendió incluso, el derecho de los trabajadores rusos a realizar acciones contra ciertas medidas del gobierno, si sentían que iban contra los derechos de los trabajadores, porque veía en eso una forma de fortalecer la revolución, no una debilidad."
Al saludar la afirmación del Presidente en torno al carácter no estalinista del PSUV, los sindicalistas afirman que "...no podemos olvidar entonces, que cuando el estalinismo se hizo del poder político y pasó a conducir el Estado y el partido, una de las primeras cosas que eliminó fue la independencia de los sindicatos, precisamente contra la opinión de Lenin que ya había muerto."
A continuación la carta:
Caracas, 28 de marzo de 2007
Compatriota
Hugo Rafael Chávez Frías
Ciudad:
Reciba en primer lugar un saludo clasista y socialista de los sindicalistas y trabajadoras/trabajadores que conformamos la corriente CCURA (Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma) de la UNT. Le estamos haciendo llegar esta carta, para comenzar un intercambio de opiniones con usted. Esperamos que, cuando sea posible, de acuerdo a sus importantes tareas, este intercambio pueda proseguir personalmente, para poder expresarle directamente una serie de planteamientos, opiniones y también preocupaciones que tenemos, alrededor de la conformación del PSUV, sobre la situación de la UNT y sobre el rol de la clase trabajadora y los sindicatos en esta etapa de la revolución.
Partimos de ver que el primer acto público -hacia la conformación del PSUV- se desarrolló el sábado pasado con un importante discurso a su cargo; en el mismo hubo definiciones sobre distintos temas políticos, sociales económicos e ideológicos. Muchos de ellos los compartimos plenamente. Todo lo referente a la lucha contra el reformismo en esta etapa de la revolución y sobre el tema de la unidad. El llamado a que se termine el accionar de gobernadores y alcaldes que frenan el proceso, el pedido de que se acelere la nacionalización del sistema de salud, y la toma de 500.000 nuevas hectáreas que ocupaban los latifundistas en el campo. Compartimos que hace falta entrarle al debate sobre el sistema económico, para avanzar hacia el socialismo. También compartimos los peligros del dogmatismo, por no intentar comprender la nueva realidad de Venezuela y el mundo. Esto hay que hacerlo partiendo de los importantes principios del marxismo y el socialismo, de sus experiencias buenas y malas, del socialismo del siglo XX y de las lecciones históricas que nos dan distintos intentos de luchas independentistas y gobiernos nacionalistas.
Gran parte de sus planteamientos nos reafirman en la decisión de ser parte del proceso de construcción del nuevo partido, y de todos los debates que se puedan realizar al respecto. Hubo sí un tema que en nuestro caso -como corriente sindical clasista- merece un análisis a fondo, y en consecuencia, damos a conocer nuestra posiciones y preocupaciones. Usted planteó “que los sindicatos no deben ser autónomos, que habría que terminar con eso”. Y lo hizo partiendo de tomar como correcta la posición de Rosa Luxemburgo –la gran revolucionaria Alemana- en la segunda década del siglo XX. Como en este tema tenemos una valoración distinta, queremos detenernos a fondo para clarificar nuestra opinión, abierta al debate, también a escuchar otras opiniones y desde ya, a que usted desarrolle por su parte lo que incipientemente planteó en el acto del PSUV.
Si algo compartimos además de su discurso, es que haya definido que el PSUV no debe ser un partido dogmático y/o stalinista, sino que tenga mucho debate de ideas, intercambio de propuestas y democracia interna. Partiendo de esa coincidencia va entonces nuestra opinión, con la cual esperamos contribuir al fortalecimiento de un gran partido socialista, y a la vez de un gran movimiento sindical clasista al servicio de la revolución socialista en Venezuela.
Para comenzar, consideramos que los trabajadores debemos profundizar nuestra participación en la vida política del país. Es una necesidad no sólo de la clase trabajadora, sino en primer lugar de la propia revolución. Un verdadero proyecto socialista tiene que contar con el protagonismo de la clase obrera, motor decisivo en la vida productiva del país y en la lucha contra el poder económico capitalista, que como usted reconoce, todavía existe.
Y, mayor protagonismo significa precisamente superar la actividad sindical, elevar a millones de trabajadores mas allá de lo reivindicativo, ayudar a nuestra clase a ser parte de la actividad política y a decidir su destino y su futuro. En ese sentido, Rosa Luxemburgo tenía completa razón cuando decía “si por determinada causa y en cualquier momento llegara a abrirse en Alemania un período de grandes luchas políticas, de huelga de masas, se abriría a la vez una era de violentas luchas sindicales, y los hechos no se detendrían para solicitar el visto bueno de los dirigentes sindicales. Si se marginan o tratan de detener los acontecimientos, sean dirigentes sindicales o partidarios, la marea de los acontecimientos los barrerá de la escena, las masas librarán sus luchas económicas y políticas sin ellos” (Huelga de Masas, Partido y Sindicatos,1906).
Una importante experiencia histórica
El debate alrededor del rol de los sindicatos en una revolución socialista, tuvo su primer gran conflicto y choque de opiniones en la Revolución Rusa. Primero con la revolución de 1905 y después con la de Octubre. A raíz de 1905 y de la situación particular que vivía el proletariado alemán y los dirigentes sindicales pertenecientes al partido de Rosa Luxembrgo es que originó la posición de ella expresada en su libro “Huelga de masas, partido y sindicato”, de donde Usted creemos, hace referencia de esta insigna compañera del marxismo.
Hacia fines de 1920, y en la preparación del Congreso partidario, muy agobiados por la guerra civil, enfrentando a los ejércitos capitalistas de 16 países, los bolcheviques y el gobierno revolucionario veían la necesidad de encarar el debate sobre las organizaciones de los trabajadores y su relación con el Estado y el gobierno. León Trotsky se adelantó a plantear que debían ser dependientes del Estado y subordinados al partido, ajustar su disciplina en función del gobierno. Y fue Lenin, quien presentó una propuesta distinta, la cual se adoptó en el Congreso de marzo de 1921, y que luego muchos terminaron apoyando; hasta el mismo Trotsky tiempo después aceptó este planteamiento, reconociendo su equivocación cuando tuvo aquella postura.
Para Lenin, era necesaria la independencia de los sindicatos en relación al Estado. Veía con temor el crecimiento de una burocracia en todas las esferas, y veía en las organizaciones de la clase obrera la oportunidad de dar una batalla contra este flagelo. Defendió incluso, el derecho de los trabajadores rusos a realizar acciones contra ciertas medidas del gobierno, si sentían que iban contra los derechos de los trabajadores, porque veía en eso una forma de fortalecer la revolución, no una debilidad. En concreto planteó en su escrito titulado Sobre los Sindicatos (1920) que “nuestro Estado es tal en la actualidad que el proletariado totalmente organizado debe defenderse y debemos utilizar estas organizaciones para defender a los obreros contra su Estado, y para que los obreros defiendan nuestro Estado”. También, definía que los sindicatos son una organización de clase dirigente pero no una organización de estado, y en consecuencia no tienen naturaleza coercitiva.
Es decir, que Lenin valoraba su independencia como parte de un proyecto revolucionario, y no contra él. Tener en cuenta este ejemplo es importante, porque mas allá del aporte de Rosa Luxemburgo, el de Lenin fue el más concreto, por darse en medio de una revolución triunfante, un ejemplo real de experiencia revolucionaria,a pesar de encontrarse asediada por varios frentes contrarrevolucionarios. Además, defendió esta tesis sindical bajo un Estado socialista, donde predominaban ya organismos obreros y populares. Como usted mismo reconoce, aquí todavía no existe esa situación. Estamos todavía en un Estado capitalista y actúan instituciones y costumbres democrático burguesas, una razón más para que las organizaciones sindicales estén atentas y libres para actuar a favor de la revolución.
Por supuesto, como bien dijo usted en su discurso, todo lo escrito hace mas de cien años no debe tomarse como un dogma, y eso vale tanto para lo que dijeron Lenin, Rosa Luxemburgo, Trotsky o Gramsci. Pero es bueno intentar ver cuáles son los hechos y teorías que más pueden corresponder con nuestra realidad. De ahí que nosotros nos preguntamos: ¿Existe en nuestra revolución la necesidad de derrotar el burocratismo y la corrupción? ¿Es válido el ejemplo de Lenin de permitir la independencia de los sindicatos para que sean parte de esa lucha? Incluso lo es, para permitirle a los trabajadores, la posibilidad de combatir a las burocracias internas de sus sindicatos, que no sólo se alían a los patronos sino también a sectores de la burocracia estatal que puedan tratar de supeditarlos para fines no revolucionarios. Entonces, creemos que sí, que la independencia de los sindicatos puede jugar un papel muy positivo en esta etapa de la revolución.
Cuando usted plantea correctamente que deben terminarse los privilegios, los funcionarios que ganan sumas enormes, los que construyen pequeños gobiernitos… ¿Va a necesitar de organismos de base que luchen por eso? Creemos que sí, que cuanta mayor libertad tenga un organismo obrero o popular para criticar decisiones burocráticas, para denunciar comportamientos corruptos o para enfrentar prácticas cuarta republicanas, más fuerte va a estar la revolución, y no al revés. No vemos en esa independencia el peligro de “embochinchar” sino que vemos en la falta de independencia el peligro de más burocratismo.
Por otra parte, usted planteó muy correctamente que el PSUV no debe ser un partido estalinista. Más no podemos olvidar entonces, que cuando el estalinismo se hizo del poder político y pasó a conducir el Estado y el partido, una de las primeras cosas que eliminó fue la independencia de los sindicatos, precisamente contra la opinión de Lenin que ya había muerto. Al mismo tiempo lanzó una feroz persecución contra todos los opositores internos, comenzando por Trotsky y toda la vieja guardia bolchevique. Creemos que, tener en cuenta estos hechos históricos, también es parte del esfuerzo por evitar el crecimiento de posturas burocráticas y estalinistas, que usted y nosotros afirmamos querer evitar.
Pero, yendo a la experiencia nacional, también de ésta podemos sacar grandes lecciones. La debacle a la que llegó Acción Democrática tiene que ver mucho con la concepción del sindicalismo atado a las decisiones del Estado y del partido. Tenemos que distinguirnos en eso muy bien de lo que fue AD y blindar al nuevo partido socialista unido que Usted ha propuesto y queremos construir. Sin embargo, en esto de la concepción de la “no independencia” de los sindicatos pudiéramos caer, sin quererlo, en cierto paralelismo con aquella desafortunada experiencia, que apenas acabamos de superar. El otrora poderoso buró sindical de AD en la CTV, sus federaciones y sindicatos fueron correa de transmisión, en la clase obrera, de la colaboración de clases que le imponía su partido “socialdemócrata”. El poder del Buró sindical, logrado a través del ventajismo del aparato del Estado y hasta a punta de pistola con el uso de las famosas bandas armadas, y teniendo el apoyo de los empresarios, comprometió sus decisiones a los intereses del Estado, de los partidos del status, con los patronos y el imperialismo, e impusieron el pacto social que hizo posible el “Pacto de Punto Fijo” y toda la gestión de los gobiernos de la IV República.
Esa concepción de no independencia de las organizaciones de los trabajadores tienen hasta la responsabilidad de la actuación de traición a la clase y a la patria que tuvieron tanto Carlos Ortega y todo el Comité Ejecutivo de la CTV durante el golpe de estado del 11 de abril y del paro patronal y el saboteo petrolero en el 2002. Al no ser la CTV un organismo independiente y habiendo quedado sin vinculación política con el nuevo Estado, surgido desde la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sólo se disciplinaba a los dictados de los organismos patronales, y a su organismo tutor y financiero como lo es la AFL–CIO, institución pro imperialista, terminando así, jugando el triste rol golpista que todos conocemos.
Se puede construir el PSUV y defender la autonomía sindical
Como verá, nuestra corriente cree en la autonomía de los sindicatos, en su independencia frente al Estado, los partidos, los patronos y al imperialismo. Y no nos referimos a un derecho de tal o cual dirigente ni a una falta de compromiso con el proyecto revolucionario. Sino que nos referimos a la autonomía del organismo sindical como tal, que es una conquista del conjunto de los trabajadores. En los sindicatos se afilian los y las trabajadoras pertenecientes a cualquier partido e independientes de estos, profesos de cualquier religión o no, teniendo cualquier raza, sexo o cualquier nacionalidad. De allí deriva su naturaleza independiente y autónoma como institución. Ah, ¿eso quiere decir que los sindicatos, federaciones y centrales no tienen posiciones políticas? Claro que si las tienen. Los dirigentes de la UNT y los de nuestra corriente, hemos tenido posturas militantes políticas durante todo este proceso que vivimos en Venezuela. Hemos dado muestras más que suficientes de defenderlo, de querer profundizarlo y de querer seguir siendo parte de su avance.
Como dirigentes sindicales, nosotros no nos despegamos de la lucha por la revolución socialista, estamos comprometidos diariamente con ese objetivo y muchos de nuestros dirigentes vienen de luchar por el socialismo durante décadas. Defendemos el derecho de los trabajadores a hacer política y a sumarse al PSUV, y quisiéramos convencer al conjunto de nuestra clase para que apoye al proceso revolucionario y construyamos la Venezuela socialista que soñamos. Creemos en la organización política y luchamos por construir un gran partido. Creemos, como también decía Rosa Luxemburgo, que “no se trata de fundir la organización sindical con la partidaria, sino de restaurar la unidad de los socialdemócratas con los sindicatos” (en ese entonces no se había producido el cisma de los partidos comunistas y la socialdemocracia). Hay una pelea conjunta por objetivos estratégicos, políticos, sociales y sindicales, y en todas queremos ser parte los trabajadores, no viéndolas como estamentos separados sino como parte de un todo.
Decimos esto, porque no vemos contradicción entre construir el PSUV y apoyar la revolución, y a la vez defender la autonomía de los sindicatos. Creemos que son actividades unidas, parte de una lucha conjunta por el socialismo en Venezuela. Por eso vamos a seguir construyendo nuestra revolución, vamos sumarnos al nuevo partido, vamos a pelear por las reivindicaciones obreras, y queremos mantener la autonomía sindical –no por un derecho propio- sino por una necesidad revolucionaria en la lucha contra cualquier burocratización o fortalecimiento de sectores que quieran frenarla.
Fortalecer la UNT, con unidad y elecciones por la base: una necesidad de la revolución
En su discurso, usted también hizo referencia a la división de la UNT, un hecho cierto y lamentable que debemos superar. No tenemos ninguna duda que no podemos seguir así, que debemos encarar un proceso de unidad, sobre la base del respeto a la diferencia, y la más absoluta democracia sindical. Donde no haya calumnias, chisme ni ninguno de los males que tenía el sindicalismo de la IV República. Los trabajadores –como usted- reclaman unidad, y es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso hacer los mayores esfuerzos para alcanzarla.
Usted ha sido elegido y reelegido en varias oportunidades por el pueblo venezolano. Los dirigentes del PSUV según su propuesta serán electos por la base. La UNT no podrá avanzar a superar la división, si no es mediante un proceso similar: elecciones libres y democráticas, para que más de un millón y medio de afiliados y los que se puedan afiliarse pronto decidan. Por esa unidad peleamos nosotros, y esperamos que los compañeros de los otros sectores, especialmente los que viene negándose, reflexionen y podamos avanzar en común a organizar un proceso electoral y que la resultante sea una UNT legitima, unida y fortalecida para los grandes desafíos que vienen. Sabiendo además que los trabajadores no solo tienen el derecho de elegir a sus dirigentes, sino también de evaluarlos y removerlos si no cumplen con la responsabilidad que tienen o caen en métodos burocráticos o directamente se corrompen.
Finalmente, y sobre el mismo tema, no podemos dejar de mencionarle una preocupación. Usted planteó que estaba cansado de la división de la UNT y que por esa razón no habla hace mucho con ningún sector sindical. No obstante, en el acto del PSUV se le permitió el ingreso sólo a un sector –la FBT- que además tuvo un orador, y que no casualmente, es de la corriente de la que es parte el Ministro de Trabajo, corriente que representa solo a una minoría de sindicatos, y ahora, no estaría bien ni sería democrático que, con el ventajismo del Ministerio del Trabajo, pretenda hacerse de una mayoría forzada, por lo que no estará por las elecciones de la UNT hasta que considere que lo haya logrado. Eso no lo decimos porque tengamos diferencias con ellos, sino por la lectura e interpretación de sus documentos y de las discusiones que han llevado adelante en sus reuniones y sobre todo por aquello, de que “por sus actuaciones los reconocerás”.
El hecho es que los otros sectores de la UNT fuimos sacados de las listas de ingreso, no pudiendo poner a disposición del PSUV nuestros propulsores. Alguien, no sabemos quién o quiénes –en la organización del evento- decidió y planificó que un sólo sector participara. Suponemos usted no sabía de esta situación. Colocamos este hecho porque consideramos que avalar la presencia de un sólo sector sindical, no contribuye precisamente a superar la división sindical, ni tampoco a que de conjunto los trabajadores se sumen unitariamente al nuevo partido.
De verdad no vemos en esta forma de actuar un método correcto. Sabemos además que algo parecido sucedió entre los Profesionales y Técnicos y con otros sectores sociales. Hay denuncias públicas de compatriotas que llegaron desde distintos estados que no pudieron ingresar, mientras sí lo hacían algunos que no fueron elegidos por ningún sector social o de base, pero que acostumbran a tener buenas relaciones entre sectores del poder. Usted viene planteando que todo eso debe acabarse, y nosotros como muchos compatriotas vamos a luchar porque se acabe. Por esa razón hacemos las denuncias de estas últimas interioridades. Estos problemas lamentablemente se repitieron en el primer acto, y le solicitamos tenga a bien en próximos eventos, de discutir con los organizadores para que no vuelva a suceder, para que no crezca entre las bases obreras desconfianza y desmoralización al ver las mismas caras de siempre entre los invitados, y por otra parte a quienes lo defienden a usted cotidianamente fuera del recinto. Esto además es nocivo para el naciente PSUV por que lo pueden llevar a prescindir de liderazgos reales con incidencia en sectores obreros concretos de la producción, necesarios para la lucha revolucionaria.
Esperamos entonces –como manifestamos al inicio- poder continuar estos temas personalmente, cuando usted pueda acceder a recibirnos. Abiertos a otros planteos o ideas, y convencidos de estar cumpliendo nuestro deber como revolucionarios y clasistas, al hacerle llegar nuestras opiniones y propuestas.
Desde ya cuente con nuestra disposición de favorecer el restablecimiento de la tan necesaria unidad dentro de la UNT y de sus corrientes político-sindicales en el seno del PSUV. Esto sólo lo lograremos escuchando y dialogando, haciendo el esfuerzo de sentarnos y luchar juntos en torno a las coincidencias fundamentales y, siempre, con el método del respeto, de la democracia participativa y protagónica, base para contribuir también a la “Explosión del Poder Popular” de los trabajadores y estar en condiciones de resistir al imperialismo y avanzar hacia el socialismo.
Por la Corriente CCURA/UNT:
Orlando Chirino – Stalin Pérez Borges – Rubén Linares – Richard Gallardo – Marco García – José Bodas – Vilma Vivas – José Meléndez – Richard Mambel- Ismael Hernández – José Barreto – Edgar Caldera - Francisco García- Scarlet Di Yessi-Jackson Bautista-Elimar Rojas-Marco Tulio Díaz-Roberto López y otros.