La observación mal intencionada

En las últimas semanas se han hecho innumerables denuncias y señalamientos sobre los oscuros intereses que se esconden detrás de las llamadas “protestas pacíficas” ocurridas en sectores de la clase media venezolana a partir del 12 de febrero de este año. Poco hay que agregar a lo que es sabido y padecido por una parte de nuestra población, sobre todo, la de clase media que vive en municipios cuyos alcaldes forman parte de ese aquelarre llamado MUD.

El conflicto actual e histórico forman parte de la lucha sin tregua ni cuartel que ha desarrollado en capitalismo contra Venezuela, lucha cuyo único objetivo es retomar el control de los recursos naturales, no sólo en petróleo, sino en bauxita, hierro, gas, carbón y últimamente coltan, mineral que podría convertirse en un recurso más valioso que el hidrocarburo. Ni hablar de la excepcional ubicación geoestratégica de nuestro país y de sus excelentes potencialidades en el aprovechamiento de los recursos hídricos, calóricos y eólicos.

Por el dominio de esos recursos es que la guerra contra el proceso bolivariano es y será inclemente y perpetua hasta que se consolide el proyecto socialista o sea entregado a las fuerzas reaccionarias que dominaron el país después de la muerte de Bolívar. Por eso decimos que es una lucha histórica.

En el marco de la coyuntura actual, la actuación de organizaciones de la llamada “sociedad civil” representa uno de los frentes que utiliza la oposición nacional y transnacional para ir legitimando y lavándole la cara a las acciones violentas ejecutadas por jóvenes de partidos políticos de la derecha, paramilitares y delincuentes. La idea es ir fabricando un expediente en contra del gobierno bolivariano. Dicho expediente lleva años alimentándose de cuantas falacias, medias verdades y manipulaciones han podido estructurar estos operadores.

Son una verdad abierta los objetivos, estructura y funcionamiento de las organizaciones no gubernamentales (ONG´S), fundaciones sin fines de lucro y observatorios de expertos. Muchas de esas figuras reciben financiamiento de gobiernos e instituciones extranjeras. Los fondos para el pago de nómina, compra de bienes y demás gastos operativos de esas organizaciones, en muchos casos, son de difícil seguimiento.

Las ONG´S son instancias de agregación temática, es decir, van desde la defensa de los Derechos Humanos, pasando por la ecología hasta la lucha por los derechos de los habitantes de Ganímedes. Las fundaciones son apéndices de la gestión de empresas privadas y públicas, y a veces de ministerios, que se dedican al desarrollo de proyectos que están o no relacionados directamente con las competencias propias de la empresa o ente gubernamental. En general los proyectos que desarrollan son proyectos de sociales o de investigación en un área del saber vinculada con el ente que las financia.

Los observatorios son enclaves académicos que se dedican a investigar y elaborar informes sobre determinados temas. Por ejemplo, existen observatorios de medios de comunicación, de Derechos Humanos, de indicadores económicos y pare de contar. En todo caso el fin último de los observatorios es elaborar informes parciales o anuales del comportamiento de determinado tema-problema en la población. Esos informes están respaldados frecuentemente, por la firma de académicos de relevancia en el tema u objeto del observatorio. El nombre del académico viene a agregarle valor de autoridad y de supuesta veracidad de los reportes que produce el observatorio. Sobre esa noción positivista de cientificidad se reviste al observatorio de la legitimidad del saber académico que producen las universidades tradicionales.

Con lo anterior quiero poner en el tapete la influencia que pueden llegar a tener esas organizaciones en la vida nacional, sobre todo a través de la manufactura de expedientes en instancias internacionales, y también para respaldar las matrices que se generan en los laboratorios de operaciones psicológicas como parte de la guerra no convencional del capitalismo en contra de las naciones que defienden su soberanía. Por supuesto que no todas las organizaciones de este tipo responden a esas prerrogativas, hay muchas que desarrollan un trabajo honesto. Lo que si queremos resaltar es la necesidad de hacer un inventario e indagación de los fondos que soportan el funcionamiento de ONG´S, fundaciones y observatorios.

Desde el punto de vista técnico metodológico se debería profundizar en los supuestos y criterios de validez que soportan los informes. Lo cierto es que la razón de autoridad y la aureola con la que se revisten estas organizaciones refuerzan que lo planteado por ellas es una verdad incuestionable y aparentemente aséptica, casi eunuca.

Sobre esos informes y su rol de primer orden en los planes contra la estabilidad de Venezuela nos detendremos en próximos artículos. Comenzaremos con el Observatorio de Venezolano de Conflictividad Social y su informe 2014.

Al fin y al cabo, un punto de vista es, la vista sobre un punto.

arcar660@gmail.com

@armandocarrieri


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