Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU

Al respecto de la decisión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del día de hoy 16 de octubre de 2014, en la cual con 181 votos de 193 posibles, la República Bolivariana de Venezuela es elegida para sustituir a la República Argentina, en el puesto no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, máximo órgano de toma de decisiones sobre la guerra y la paz en el Mundo, por ende se deben hacer un análisis de dicha decisión:

Venezuela ha sido miembro no permanente del Consejo de Seguridad en cinco ocasiones: 1962-1963, 1977-1978, 1986-1987, 1992-1993; por lo que la actual elección significaría la primera posterior al triunfo de la Revolución Bolivariana en 1999, lo que implica una lectura del papel que se espera que haga nuestro País, para hacer contrapeso a las políticas hegemónicas por parte del dueto Unión Europea – Estados Unidos de América de imponer su voluntad a través del Mundo, en una época marcada por el intervencionismo bélico.

Es de hacer resaltar que el bloque América Latina y el Caribe, votó unánimemente por la elección del país suramericano, lo que demuestra unidad en el hemisferio e independencia a las presiones estadounidenses que ya en el pasado se habían hecho eco en contra del Presidente Chávez, en especial en el año 2006 en vísperas de las elecciones presidenciales de ese diciembre.

Ahora bien, ya Venezuela es un miembro no permanente del Consejo de Seguridad y las expectativas son muchas por parte de los Pueblos y muy poco se ha hecho, para el cambio de esa estructura macabra impuesta desde el fin de la Segunda Guerra Mundial como es el del derecho a veto por parte de los cinco grandes potencias nucleares: Estados Unidos de América, Federación de Rusia, República Francesa, Reino Unido, República Popular China; lo que ha conllevado a un anhelo por parte de varios países por formar parte de ese selecto club, entre los que se pueden nombrar a la República Federal de Alemania, Estado de Japón, la República Federativa de Brasil y la República de la India, siendo los dos primeros de los principales financistas de la ONU, y los dos últimos los que mayor tropas aportan a las fuerzas de paz, sobre todo en el Líbano y Haití.

Sin embargo, en los actuales momentos se ha migrado a las intervenciones armadas unilaterales por parte de los miembros de la OTAN en su guerra contra el terrorismo, se aprecia de manera descarada en la situación en Siria, así como se hizo en Serbia para la división de Kosovo, y ya prácticamente ven los aliados occidentales en el Consejo de Seguridad un estorbo a sus pretensiones hegemónicas, que como un títere que dominaban a voluntad.

La República Bolivariana de Venezuela está obligada por nuestra Constitución a cooperar por la paz entre las naciones, el desarme nuclear y la resolución pacífica de los conflictos, y que no se repita aquel escenario bochornoso por demás de la Resolución 1973 del 17 de marzo de 2011 del Consejo de Seguridad, en la cual estableció la “Zona de Exclusión Aérea en Libia” que terminó en una ignominiosa intervención de la OTAN en una guerra civil, cuyo fin fue apropiarse de los 600 mil millones de dólares que tenía Gadafi depositados donde sus grandes amigos “Il cavaliere” Berlusconi y Nicolás Sarkosy, los cuales le pusieron alfombra roja y dieron de beber a sus dromedarios y toda aquel despilfarro absurdo y sin sentido, en un país que mereció tener mejor destino a lo que actualmente lo han convertido, en un estado fallido, al nivel de Afganistán y cuidado no a la par de Somalia y el mismo Irak, todos una copia al carbón de las “intervenciones humanitarias” occidentales.

En este mismo orden de ideas, la República Bolivariana de Venezuela debe prestar sus mejores oficios en el Consejo de Seguridad, para bloquear cualquier intento de resolución en contra del Gobierno de Bashar Al-Asad que es nuestro aliado en el Mundo Árabe, así mismo debe frenar cualquier intento de resolución en contra de la República Islámica de Irán en víspera de su programa nuclear y las pretensiones imperiales a futuro en un escenario post-guerra civil Siria. Igualmente nuestro País debe estar en contra de los intentos de desmembrar Irak definitivamente en varios estados, por cuanto es co-fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, así como representar una verdadera amenaza a la OPEP, la creación de un estado kurdo que tomaría para sí el 40% de las reservas de crudo del País en cuestión.

Por otra parte, debemos aprovechar la circunstancia puntual de ser miembros del Consejo de Seguridad, para profundizar las relaciones con China y Rusia en el ámbito de la actuación diplomática, ya se ha visto en el reconocimiento de Adjasia y Osetia del Sur, así como el bloqueo de cualquier pretensión de formarse un estado en Formosa o Taiwán, sólo de esta manera podríamos establecer una verdadera alianza con estos dos grandes del Consejo de Seguridad al nivel de las que tiene Israel con los Estados Unidos de América, lo que coadyuvaría a una mejor defensa de nuestro territorio, desarrollo de nuestra economía de manera independiente y a un posible veto por parte de estas potencias a cualquier intervención yanqui en nuestras fronteras en el futuro.

Por último, debemos apoyar la resolución pacífica del reclamo argentino de las Islas Malvinas, así como de cualquier intento de intervención en la América Latina, si existe un gobierno con los recursos y la voluntad política de que así se haga, es el nuestro y así se demostró en la votación, por ende este nuevo triunfo diplomático de nuestra Revolución, mas que aplaudirlo debemos apoyarlo todos los venezolanos por nuestra visión de paz e internacionalismo, que nos caracteriza desde la Independencia.


El autor es: Abg. Magíster en Relaciones Internacionales.

elgranmillan@hotmail.com


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Jesús Millán Alejos


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