La iniciativa contra
Chávez, divulgada a través de las redes sociales Facebook y Twitter
bajo el eslogan “No Más Chávez”, pretendía movilizar a miles
de personas en varios países pero ha terminado en un gran fiasco.
La manifestación
más numerosa fue en Colombia (era de esperar, el dictador Uribe dio
todas las facilidades), pero sólo pudo congregar 3.000 personas en
la capital, mientras que en otras ciudades del país, las agencias de
información (nada afines al mandatario venezolano) hablan de “escasa
participación”. En la capital de Venezuela, aproximadamente 300 personas
se hicieron eco del llamamiento.
La expectativa de los
organizadores era reunir miles de manifestantes en más de 80 ciudades
de 30 países, pero sólo hubo concentraciones ridículas, en Buenos
Aires, Nueva York, Washington, Madrid, Barcelona, París o Berlín.
Por ejemplo, en Buenos Aires (que concentra a la mayoría de la población
argentina), sólo asistieron 80 personas, mientras que en Tegucigalpa,
cientos (ni miles son capaces de citar) de hondureños, con “Goriletti”
a la cabeza, protagonizaron una manifestación grotesca a pesar de
contar con todas las facilidades que les dio el general golpista Romeo
Vasques, que algún día pagará por sus crímenes.
Los organizadores de
este galimatías son tan irracionales, tan absurdos, tan racistas que
lo personalizaron todo en la figura de Chávez, sin considerar que él
sólo es un peón de un movimiento emancipador, progresista y antiimperialista;
por tanto los escasos manifestantes (y quienes movieron los hilos de
esta fantasmada mundial), están alineados con el imperialismo, las
guerras de expolio, los genocidios, las torturas y los crímenes de
lesa humanidad. En definitiva: están con el fascismo y contra los pueblos
que aspiran a ser libres e independientes, por eso fracasaron.