Dos jóvenes de la oposición venezolana, aliados de Álvaro Uribe, aparecen en un video ofreciendo detalles de un plan para atentar con explosivos contra discotecas, licorerías y el Consejo Nacional Electoral. También cuentan que el entrenamiento y la logística la provee “la gente de Bogotá”. Los rostros (no tan ocultos) de lo que los medios privados insisten en llamar “protestas estudiantiles”.
Lorent Gómez Saleh y Gabriel Valles son dos jóvenes opositores al gobierno de Nicolás Maduro. Hace pocos días fueron expulsados de Colombia, según informaron inicialmente las autoridades de este país, por violar las leyes migratorias vigentes.
El director de Migración de Colombia, Sergio Bueno, explicó en ese momento que se trataba de irregularidades con las visas: “Por ejemplo, Lorent Gómez Saleh manifestó públicamente ser el director ejecutivo de la ONG Operación Libertad Venezuela y Gabriel Valles, director de esa misma ONG. Pero el permiso que tenían no les permitía realizar estas actividades”, señaló el pasado 8 de septiembre, mientras la derecha venezolana y colombiana calificaban a la deportación como un acto de persecución política.
¿Activista de derechos humanos o líder paramilitar?
Gómez Saleh se presenta a sí mismo como el líder de una ONG que plantea “rescatar la democracia en Venezuela”. Por esa razón, asegura, es “un perseguido por el autoritarismo chavista”. Al igual que Valles, hasta ahora se encontraba en libertad condicional, tras haber participado en protestas violentas desarrolladas en 2010. Por esta causa se les imputaron los delitos de instigación e intimidación al orden público, razón por lo cual no podían salir de Venezuela y debían presentarse cada tres semanas ante la Justicia, situación que no cumplieron durante los últimos meses, cuando estuvieron en el país vecino.
Apenas fue expulsado de Colombia la semana pasada, la reacción de dirigentes de la derecha venezolana no se hizo esperar, naturalmente amplificada por los medios privados afines, como El Nacional de Venezuela, NTN24 de Colombia o el Nuevo Herald de Miami.
Diego Arria, uno de los participantes en el escándalo de los correos que involucraban en un plan conspirativo al embajador de EE.UU. en Colombia, calificó la expulsión como un acto “infame y cínico”, según destacó NTN24. “Nunca se entrega a una persona perseguida al régimen que lo persigue y menos cuando se trata de una dictadura militar como la venezolana. Cuesta trabajo pensar que los jóvenes eran una amenaza para la seguridad de Colombia”.
“Hoy hay 2 presos políticos más en Venezuela. Todos sabían lo que esperaba a Lorent Saleh y a Gabriel Valles en manos del régimen”, tuiteó María Corina Machado cuando se enteró que el juez revocaba la medida cautelar que los beneficiaba.
El alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, no se quedó atrás y envió una docena de tuits para respaldar a quienes llamó “demócratas que buscan refugio”. “Santos colabora con el aniquilamiento de las libertades fundamentales, hecho que fue repudiado por destacados ex presidentes Colombianos”, escribió el 8 de septiembre. “Denuncio la posición asumida por Juan Manuel Santos al apoyar la persecución que realiza el régimen de Maduro”, fue otro de los mensajes.
También recibieron el apoyo del infaltable Alvaro Uribe Vélez, aliado incondicional de EE.UU y sindicado como el jefe del paramilitarismo en Colombia, quien manifestó inmediatamente su solidaridad por medio de una gran cantidad de notas de prensa y mensajes en Twitter. “Vergüenza de Patria la entrega santista de jóvenes venezolanos a la dictadura torturante (sic) de Maduro”, fue uno de ellos.
Estos apoyos no fueron sorpresa para nadie. Gómez Saleh aparece en varias fotos con Uribe y con dirigentes de la oposición venezolana. En un video que por estas horas recorre la web, se lo puede ver acompañando a Antonio Ledezma en un acto con jóvenes, donde Gómez Saleh convocó a luchar contra el régimen en forma “no violenta”. Fiel al guión presentado en el exterior, insistió con que “el objetivo es la defensa de los derechos humanos”.
Sin embargo, en las últimas horas el caso dio un giro espectacular y bastante tenebroso. La noche del pasado 15 de septiembre, el programa Zurda Konducta, que emite Venezolana de Televisión, difundió un video donde Gómez Saleh, acompañado de Valles, aparece comentando el plan en el que estaban involucrados. “Aquí lo que hay que hacer es desactivar las licorerías y las discotecas de San Cristóbal, hay que volarlas y tomarlas. Y después el CNE”, dice Gómez Saleh, quien también refiere la posible toma del Puente Internacional Simón Bolívar, que comunica a Venezuela con Colombia.
Entrenamiento y logística del otro lado de la frontera
La conversación fue grabada con una cámara oculta y en ella, con plena confianza, Gómez Saleh alude a su participación en un entrenamiento militar en Colombia, dirigido a un grupo de diez activistas de la derecha venezolana, para formarse en manipulación de explosivos, uso de armas de fuego, defensa personal y paracaidismo.
“Ya hemos conseguido algunas cosas para el grupo, lo que son los bolsos de campamento, faltan los chalecos, las nueves (sic) y los fusiles, pero todo lo que se necesita, las municiones y los fusiles, eso lo vamos a cuadrar con la gente de Bogotá, para hacerlo directo con los militares”, explica a sus interlocutores.
San Cristóbal es la capital del Estado Táchira, en la frontera con Colombia, atravesada por mafias que articulan contrabando, narcotráfico y paramilitarismo. Precisamente esta ciudad es uno de los lugares donde tienen mayor fuerza los sectores estudiantiles de extrema derecha, con presencia en la Universidad de Los Andes (ULA). Allí comenzaron -a principios de febrero- los disturbios conocidos como “guarimbas”, que bajo la cobertura de “protestas estudiantiles por la democracia” exigían la salida inconstitucional de Nicolás Maduro a través de violentas acciones, todas ellas localizadas en los sectores de ingresos altos y medios de 18 municipios.
Según informó Migración de Colombia, Gómez Saleh estaba en el país desde el 19 de febrero de este año. Es decir, en el mismo momento en que se generalizaban las guarimbas, que incluyeron la participación de francotiradores expertos -quienes asesinaron al menos a 8 efectivos de seguridad venezolanos- y ataques con material explosivo a distintos edificios públicos, como universidades, misiones alimentación, locales partidarios, estaciones de metro, unidades de transporte, entre otros. A raíz de estos hechos, señalados como “pacíficos” por la totalidad de la gran prensa privada de habla hispana, más de 40 personas fueron asesinadas y otros cientos resultaron heridos.
En Colombia se conocen más “detalles”
Ante la difusión del video en Zurda Konducta, otras revelaciones fueron completando la película. Nada menos que el ministro de Presidencia de Colombia, Néstor Humberto Martínez, declaró a los medios que Saleh y Valles “no son unos angelitos. Hay quienes los visten con túnicas blancas y no con uniformes camuflados, tienen alitas pero aparecen con fusiles”, aseguró.
Sin referirse directamente, el ministro aludía a fotos donde puede verse a los jóvenes con armas y uniformes militares y a la información difundida por medios colombianos sobre la“infiltración” de Saleh Gómez y Valles en la Escuela de Guerra del Ejército colombiano, un hecho por demás significativo.
Alerta ante nuevas guarimbas
El viernes pasado, jóvenes venezolanos intentaron iniciar nuevas guarimbas en Caracas y en Barquisimeto, Estado Lara, enfrentándose a la policía.
En el siguiente programa de Zurda Konducta, emitido la noche del martes, se informó que los órganos de seguridad del Estado venezolano se encuentran en alerta ante nuevas acciones violentas, que incluirían protestas “estudiantiles” combinadas con el asesinato de líderes comunitarios por parte de paramilitares.
Según aseguró Pedro Carvajalino, uno de los conductores, “hay evidencia de una clara vinculación del Mossad, formando a jóvenes venezolanos”. El servicio secreto israelí mantiene estrechos lazos con las fuerzas militares de EE.UU. y de Colombia, que a su vez son señaladas por sus históricos vínculos con los grupos paramilitares.
@FVicentePrieto