01-03-15.-La Embajada de la República Bolivariana de Venezuela ante el Reino Unido e Irlanda del Norte, expresa al diario The Independent su insatisfacción por el contenido del artículo “Disidencia en Venezuela: El régimen de Maduro busca tiempo prestado mientras una creciente ira pública se enfrenta a la represión política”. La Embajada considera que el artículo en comento contiene una serie de inexactitudes y declaraciones sesgadas que necesitan ser aclaradas.

El argumento de que el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, fue el ganador de las elecciones presidenciales de abril de 2013 y “cedió” su triunfo para evitar una “guerra civil” es completamente falso. Lo verdaderamente grave en este artículo no es que a las opiniones del Sr. Capriles se les otorgue un cariz de verdad, sino que en ciertos párrafos sea el propio periódico el que dé por válidas esas aseveraciones.

Capriles ha sido un mal perdedor, que aún sin aportar una sola prueba sobre ese supuesto fraude, llamó a sus seguidores a manifestarse violentamente en las calles, lo que dejó un saldo de 43 muertos. Ahora que The Independent lo presenta como un “moderado” de la política, convendría rescatar ese episodio tan doloroso, así como el hecho de que los propios testigos electorales de la oposición validaron en los días posteriores a esas elecciones generales la auditoría que a nivel nacional realizó el Poder Electoral venezolano, quedando demostrado el triunfo del presidente Maduro.

La aseveración de que el presidente Maduro no cuenta con respaldo popular no es real. Aquí The Independent nuevamente realiza una aproximación sesgada al referirse a “distintos sondeos”, pero el diario no informa a sus lectores que ninguna encuestadora le otorga a la oposición una aprobación del 80% y que las numerosas facciones que integran a la derecha partidistano cuentan ni con un 20% de apoyo popular.

De hecho, el Sr. Capriles admite en el texto que la oposición se encuentra dividida. Aún más, la oposición proclamó que las elecciones locales de diciembre de 2013 serían un plebiscito, pero el partido de Gobierno ganó en esa ocasión el 76% de las alcaldías y de los consejos legislativos.

Tampoco se ajusta a la verdad el argumento de que Venezuela no respeta los derechos humanos. Los políticos detenidos en Venezuela, se le demostraron hechos delictivos, ya sea por corrupción, incluidos alcaldes del partido de Gobierno; por estar incursos en causas relacionadas con la desestabilización de la paz pública o por participar en planes de golpes de Estado. Cualquier Estado, a través de su rama judicial, tiene el derecho y además el deber de defender la paz pública o repeler cualquier atisbo de terrorismo.

En cuanto al fenómeno de desabastecimiento mencionado en el artículo, el corresponsal David Usborne obvia los constantes descubrimientos de decenas de miles de toneladas de bienes básicos por parte de las autoridades venezolanas, encontrados en cientos de depósitos a lo largo y ancho del país, a los que se ha podido acceder debido a la información que proporcionan los sectores más humildes de la población, aquellos a los que paradójicamente se quiere hacer estallar para provocar un derrocamiento del Gobierno.

Para The Independent, en Venezuela no existe una guerra económica, consistente en el sabotaje por parte de las cadenas de distribución mayoritariamente privadas, que acaparan de manera cíclica e intermitente los artículos de consumo básico, con el propósito último de crear un descontento colectivo que se transmite en el consabido estallido social.

Trascendiendo estos argumentos, la Embajada venezolana quiere refutar la grave afirmación categórica de The Independent de que “ha llegado la hora” de la caída del Gobierno.

Por lo visto, el diario ignora la intención de los pronunciamientos que de manera ininterrumpida viene haciendo desde hace al menos 3 meses la administración estadounidense para deponer al Gobierno Bolivariano. En este sentido, el Ofcom Broadcast Code del Reino Unido estipula que la información periodística se debe presentar con la debida precisión e imparcialidad, algo que no se hace en el artículo en comento.