WASHINGTON 16 junio. - El Departamento de Estado dijo este viernes que "ciertamente es una gran preocupación" el anuncio del presidente Hugo Chávez de comprar aviones de combate y fabricar fusiles de asalto en Venezuela y que Estados Unidos hablará con Rusia, la potencial fuente para concretar esos planes.
Venezuela ya ha comprado 100.000 fusiles de asalto AK-103 en Rusia y "no estoy seguro para qué puede necesitar ahora una fábrica", dijo el portavoz Sean McCormack.
Indicó que los planes, anunciados por Chávez esta semana, "plantean preguntas serias sobre cuáles son sus intenciones".
El subsecretario de Estado Robert Zoellick dijo el mes pasado ante el Congreso que cuando se trataba de temas latinoamericanos China suele consultar primero con Estados Unidos acerca de su potencial participación, y que el diálogo en ese contexto entre Pekin y Washington "ha sido fluido".
Otros funcionarios estadounidenses han tomado los anuncios previos de Chávez como un factor de potencial desestabilización en el área norte de Sudamérica.
McCormack dijo que tenía información de que los aviones que quería Chávez "pueden realizar operaciones múltiples, tienen capacidad de cargarse con armas de alta precisión aire-superficie y concentrarse en múltiples blancos simultáneamente".
Chávez ha dicho que las compras, que incluyen también unidades navales, no tenían un propósito bélico sino de reemplazo de equipo obsoleto, incluidos los aviones F-26 que le vendió Estados Unidos hace más de 20 años y que no puede siquiera reparar debido a que el país está sujeto a una restricción de ventas militares por Washington.
"Ya hemos hablado antes sobre el desarrollo de una capacidad militar que supera las necesidades de un país de ese tamaño (de Venezuela) y de la naturaleza de las amenazas en esa región", dijo McCormack.
Indicó que ya Venezuela ha mencionado su deseo de comprar cazas avanzados de combate y adquirido 100.000 fusiles Kalashnikov AK-103 de Rusia, por lo que no estaba claro "para qué necesita producir más".
"Por consiguiente, pienso que se trata de otro indicio de que, en la práctica ese equipamiento _o sus planes anunciados para ello_ no corresponden a sus necesidades y ciertamente van más allá de lo que puedan requerir para sus necesidades de defensa", dijo.
McCormack dijo que el gobierno del presidente George W. Bush "se pondrá en contacto con el gobierno ruso" para pedirle "una nueva mirada a esas ventas potenciales".
Cuando un reportero le hizo notar que Estados Unidos no había tenido mucha suerte al interceder con los rusos en otras ventas de armas en el pasado debido a que había "mucho dinero" de por medio, McCormack contestó:
"Repito, eso no significa que uno no va a volver a dialogar con ellos (los rusos) y tratar de prevalecer en cuanto a darle una mirada a las circunstancias en este caso".