Inteligencia natural e inteligencia académica

Numerosas ideas y frases de notables inmerecidos desde otros puntos de vista independientes de la política, de la política y en general de la vida pública, parecen más propias de individuos de la caverna que de una época en la que neciamente se supone que la inteligencia artificial pueda ocupar tanto vacío de verdadera inteligencia humana. El modo de tratar al planeta quienes sucesivamente se sitúan al frente del mundo, prueba su nula inteligencia natural asfixiada por la inteligencia sofisticada académica.

Cuando la evolución y el desarrollo de las circunvalaciones cerebrales parece que debieran haber avanzado al ser humano en un empeño por la paz y por la armonía de los habitantes de la Tierra, empeño que no tiene lugar, la inteligencia de numerosos griegos antiguos, hace más de 2000 años, ¿por qué se muestra muy por encima de la inteligencia de tantos que pasan por valiosos talentos, que es lo que ocurre, al menos en las sociedades occidentales? Esta es una pregunta que me vengo haciendo desde que empecé en mi vida a pensar por mi cuenta, aparte de ir tomando nota de lo que académicamente se me iba enseñando… Algo debió influir en mí el Anatole France del que entonces ni siquiera había oído hablar, al decir ese formidable estadista francés: "Entonces, cuando no estudiaba, aprendía mucho…" Pronto descubrí que el aprender en sumisión, que no otra cosa es la enseñanza reglada, sirve al interés inmediato de la persona y de la sociedad. Pero ese aprendizaje obstaculiza y perturba mucho más de lo que se piensa, el entendimiento y la inteligencia necesarios para tratar con sagacidad y acierto los grandes asuntos de las sociedades aisladamente consideradas y de la sociedad humana en general que están muy por encima de la erótica de la inmediatez.

La sapiencia, la sabiduría, la sagacidad de aquellos hombres y algunas mujeres siguen iluminándonos, y necesitan de algún modo conocerlas esos dirigentes del mundo aunque luego se olviden de ello y todo sea inútil para, al menos, abordar numerosos desafíos y situaciones graves…

En cualquier caso es para mí un principio rector de mi entendimiento que, al igual que ninguna herramienta es capaz de sustituir con la misma eficacia y garantía a lo que es capaz de hacer la mano humana, tampoco las nuevas tecnologías ni la inteligencia artificial relacionada con ellas, la robótica, podrán hacer lo que han hecho o hacen el pintor, el músico o el poeta consagrados por la historia de la grandeza humana. La mecánica, es decir, todo aquello que no tiene espíritu, pneuma o inspiración, nunca podrá crear emoción, armonía y belleza en cualquier orden de cosas que, cada día que pasa, van desapareciendo por incontables sumideros…



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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