El gobierno deambula por el mundo como atacado de “dromofilia” (afición por viajar); va en busca de dinero, piensa, errado (pero en coherencia con la "lógica del capital") que el problema nuestro es de plata, cuando en realidad es de falta de conciencia del deber social, de exceso de soberbia y de ignorancia engreída en demasía.