La mentira como valor

Hace 200 años también se manejo así. El control de un pueblo a través del engaño. Pero hoy adaptada al medio tecnológico de cuarta generación para una porción del mismo, los estudiados y con acceso a ello, al internet, al twitter, al facebock, al h5 y la otra porción, la más numerosa, la menos estudiada y la que ha recibido el efecto de la invisibilidad, del olvido, de la exclusión y la que le daba el poder de la representatividad a una minoría dominante, ya política, económica, religiosa, cultural y social, a través del voto.

Hoy, en pleno siglo 21 y con los avances de la ciencia en todos los renglones de la vida, un grupo humano, o mejor dicho, una persona dueño de una televisora, puede expresar sin empachos de ninguna índole, que el señor de “ni un pelo de tonto” no tiene culpa en la quiebra del banco federal, en minúsculas y ello puede motivar que una persona o grupos de ellas, salgan a defenderlo ante esa cámara de televisión. Lástima que los que manejan el problema y le dan la solución de ley a más de 285 mil personas, no digan o expongan a la luz pública todo el entramado del fraude.

Así pasa a todos los que hoy opinan y degradan la Ley de las Comunas, en primera discusión en la Asamblea Nacional. Sin leerla la satanizan y toman como argumento la desaparición probable de alcaldías y gobernaciones cuando en la realidad lo que se busca a través de ellas es que las comunidades organizadas puedan presentar sus proyectos de vida al gobierno central y este le otorga los recursos para que lo hagan posible. Hasta ahora, ni ayer ni hoy, ni mañana podrá, un Gobernador o Alcalde, atenderle en un periodo de cuatro años de gobierno a las cientos de comunidades que conforman ese territorio.

Si un Consejo Comunal podía resolver el problema del alumbrado de una calle ahora la Comuna podrá hacerlo de varios de ellos organizados en esta figura organizacional que ya existe en otros países de Sudamérica, solo que allá no tienen ni tendrán posibilidad de administrar y ejecutar recursos y convertirlos en obras.

En la prensa y la televisión y radio se estigmatiza a diario y durante todo el día la labor negativa del gobierno pero son esos mismos medios, incapaces de informar al mismo pueblo que hace unos días finalizo un Mundial de Softbol Femenino, con la participación de 16 países y en la que el equipo venezolano cumplió un papel extraordinario el gobierno el suyo organizándolo.

Usted y muy pocos sabrán que una larga vía férrea va siendo enclavada en territorio venezolano de estados occidentales, centrales y llaneros del país, y que la misma cruzara el oriente hasta llegar a puertos de aguas profundas del Mar Caribe en el estado Sucre. O en Guayana no saben que en Maracaibo hay un Metro transportando pasajeros y los maracuchos ni se imaginan que hay un nuevo puente sobre el Orinoco y otro en camino de inaugurarse.

Y, en los andes venezolanos, su gente, se imaginara que un tren cruza desde Caracas hasta los Valles del Tuy. Es factible pero lo más probable es que lo desconocen. Ante ello, es decir, el no conocimiento, los adalides de la comunicación, los dueños y los estudiados que sirven al dueño, con su silencio hacen o permiten en que ese logro en particular, sea algo invisible para una gran mayoría.

Es la mentira como valor cuando se señala el caso de los containers como un hecho cierto, ocurrido pero lo toman como un arma punzante en contra del gobierno y del propio usuario de esos medios porque no se son capaces de divulgar que ante el hecho ocurrido las autoridades correspondientes tomaron las medidas que hay que tomar. Que hay personas privadas de libertad porque esos hechos, si son delitos, se pagan con cárcel. Si fuera por ellos, los medios, ni conociéramos los nombres de los responsables.

Es increíble, pero cierto, que la prensa, la radio y la televisión coloquen en el status de víctima al señor Zuluoga y su hijo cuando admiten, en público y ante ellos, los medios, que es “cierto que especulan pero dan empleos”. Pero lo mas sorprendente es que esos venezolanos que trabajan para el amo del valle, admitan eso como una mentira, es decir, creen que no son especuladores y muchos menos que le explotan inmisericordemente.

Probablemente este artículo no sea leído o sea leído poco porque no es fácil aceptar que esto es una verdad. Que la mentira bien administrada y difundida sea dada por cierta, aun entre los ciudadanos de estudios más elevados pero de todas maneras intento que lo publiquen porque, de pronto, algo quedara del mismo en el interior de quien lo lea.

ajvmederico@hotmail.com 3899167

SAN FELIX, 5-7-2010


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Antonio J Valdez Mederico


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