Si algo es emblemático del capitalismo global son las tarjetas de crédito. Rápidamente el dinero plástico se ha impuesto en reemplazo de las viejas monedas y billetes de curzo forzoso como expresión del monopolio monetario de los estados capitalistas.
Digamos que este instrumento del intercambio mercantil es otra expresión del desarrollo económico. Es mucho más práctico ir con una o varias tarjetas plásticas en el bolsillo que llevar un poco de monedas y billetes que se van desgastando.
Por lo demás, las tarjetas de crédito le han permitido al capitalismo, al financiero y bancario, crear una gigantesca deuda privada que ya desborda las deudas publicas y empresariales. Millones de seres humanos en el planeta estan endeudados con los cupos de las tarjetas, 12, 24, 36 y mas meses pagando, mediante su trabajo y peripecias diarias, altas cuotas incluyendo los intereses correspondientes.
Tarjetas de crédito hay para todos los gustos y extravagancias en la sociedad consumista postmoderna.
Como parte de la estrategia para enfrentar la inflación que resulta de la especulación con divisas extranjeras, hecha por poderosos negociantes privados que integran la oposición escualida, el Presidente Chávez ha lanzado la iniciativa de expedir una Cédula del Buen Vivir, especie de tarjeta de crédito que entregaran los bancos estatales venezolanos, con la cual se podrán adquirir elementos de primera necesidad (alimentos, medicamentos y otros), incluyendo productos electrodomésticos y hacer otros gastos, con pagos diferidos a 24 meses y cero intereses; de inmediato la oposición ha desatado una feroz campaña de mentiras y distorsiones por sus poderosos canales de comunicación que realizan su labor sin ningun miramiento etico.
Quien dijo miedo: don Leopoldo Castillo y su tren de saperia en Globovision; don Teodoro; don Universal; don Otero y todo este lolerio irresponsable, salió a denostar y descalificar la iniciativa satanizandola como una tarjeta de racionamiento y control totalitario sobre la población más necesitada. Es el comunismo, gritan con ojos desorbitados. Es la destrucción de la democracia liberal. Es la dictadura. Por eso, conclusión de todo este discurso superficial y anodino, hay que derrotar a Chávez y los candidatos del PSUV y el PCV, el proximo 26 de septiembre.
Ese es el nivel del debate puesto por la ultraderecha escualida. Francamente lamentable. Van derechito a una estruendosa derrota electoral en las próximas elecciones para escoger la Asamblea Legislativa. Afortunadamente. El pueblo no es tonto y no se come este pastel envenenado del puntofijismo.
Hace falta demoler toda esta basura heredada del viejo sistema oligarquico que aun pervive como alma en pena, haciendo daño al proyecto socialista de la Republica bolivariana.
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