Stalin Pérez Borges*
“La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la liberen de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente”
León Trotsky, “Testamento”
Luchar incansablemente contra la impunidad. Sea esta contra los sectores que quieren seguir teniendo la inmunidad que tuvieron en el pasado, sea esta en contra de posibles nuevas elites que nazcan queriendo tener también licencia para la corrupción y el abuso del poder, o cualquiera sea la impunidad de hechos delictivos. Ese sería el mejor homenaje que les podemos hacer a Danilo. Como regalo a su honor, para no llenar el campo de mártires reconocidos y anónimos, impidamos más muertos en el cumplimiento de su deber y en el ejercicio del trabajo, sobre todo, de los que están en el disfrute de la vida como él lo estaba.
Hoy jueves 25, hace una semana que por orden de oscuros intereses de una las cofradías existentes en el país, que se creen intocables, le quitaron la vida a ese joven servidor publico ejemplar. Ya es tiempo de que todos reflexionemos para que esa expresión terrorista no se propague y para que el sacrificio de Danilo sirva a la causa, de los que exigimos que en Venezuela, por fin se imparta justicia y no siga imperando las danzas de los millones para los jueces y los tribunales; de los que esperamos que en nuestro país, así como vamos los pendejos, vayan presos los poderosos.
Para que esas exigencias, esas esperanzas y esos deseos se hagan realidad, tenemos que imponer un nuevo estado para una nueva sociedad, en donde los valores no puede continuar siendo la riqueza, condicionada esta a privilegios: poderes que terminan siendo para la minoría. De lo que nazca debe prevalecer la igualdad para todos, en todos los derechos, principalmente en la forma y manera de impartir la justicia. Para ese cambio y por ese norte, trabajaba y se afincaba valientemente el Fiscal 4to. Ese era el convencimiento y la diferencia pública entre él y el resto de los funcionarios de la Fiscalía General.
Esa concepción de Danilo sobre el estado de derecho (expresada en su última entrevista y sacada de su actuación), subyace como deseo, para esa misma virtud y para derechos sociales insatisfechos, en las masas partidarias del proceso bolivariano. Estas ahora están doloridas por su muerte. Razones por lo que Danilo ahora es un sentimiento nacional. Para que den un salto en su conciencia, a estos millares de compatriotas, que aparte de la rabia por el crimen, sólo expresan la angustia, de sí detienen o no a los culpables (para los que sin clemencia, exigimos castigo), tenemos que demostrarle que en todo este caso de Danilo Anderson, que aparte del poder enfermizo de una elite, hay un problema de lucha de clase.
Para desarrollar ese conocimiento, basta desentrañar el comportamiento de los sectores económicos, políticos, militares, sindicales y eclesiásticos, adversos al proceso de cambio que se está dando en Venezuela, ante el hecho de que se están deteniendo, allanando y señalando, por este bárbaro crimen terrorista. Sean o no partidarios o responsables de ese abominable acto, de alguna manera u otra, manifiestan su concepción de clase en la forma de defender a culpables, sospechosos y presuntos, cuando estos son reseñados en los medios de comunicación o llevados a los tribunales o a prisión.
En las primeras horas de la explosión que le sesgó la vida a Danilo, muy pocos de ellos se atrevieron a repudiar o deslindar con la acción monstruosa. Ahora, cuando se adelanta la investigación, entonces alarmados salen ellos, desde sus medios de comunicación a reclamar que: “se esposó a unos viejos indefensos”; “que esa Señora es honorable”; “que quisieron detener al abogado unos civiles, sin identificación policial”; “que se allanó la residencia sin la presencia de la Fiscalía”; “que esas armas y artefactos no estaban allí, y que estas fueron sembradas”. Más que una defensa automática eso es solidaridad de clase.
Mientras a ellos les duele un abogado que poseía un arsenal de armas y murió en un enfrentamiento contra la policía y les avergüenza ser esposado y detenido, poco o cero dolor y alarma, expresaron con el cobarde crimen terrorista, de un abogado fiscal, que tan sólo quería cumplir con sus responsabilidades. Esa es la moral que ellos tienen aquí y en todas partes, sobre la justicia, el terrorismo y la convivencia o mejor dicho, el sometimiento. En esa valorización se puede medir la naturaleza de la sociedad, que cada sector en pugna quiere.
Con Danilo y con quienes lo reivindican, seguiremos luchando en contra de la impunidad y por el derecho a que podamos disfrutar una nueva sociedad sin desigualdad social, en donde los legados de la vida y los hechos hermosos de la naturaleza, de los hombres y las mujeres sean disfrutados por todos. En donde aún las diferencias políticas reivindiquen la vida y no la muerte. Conquistemos ese país y entremos a ese nuevo mundo. El proceso bolivariano es un buen comienzo, si vencemos los obstáculos. ¡Viva Danilo, Viva la vida!!
*Coordinador Nacional de la UNT
Militante de Opción de Izquierda Revolucionaria OIR.
tali89@hotmail.com
losdavid@cantv.net
Caracas, 25 de Noviembre 2004
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