La práctica del reciclaje está creciendo en diferentes industrias, tal es el caso de la confección. En el pasado Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, distintos equipos usaron uniformes elaborados con material reciclado proveniente de botellas de plástico. Las selecciones de Brasil, Holanda, Portugal, Estados Unidos, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, Serbia y Eslovenia vistieron uniformes elaborados con poliéster reciclado a partir de millones de botellas plásticas provenientes de centros de reciclaje ubicados en Japón y Taiwán.
El sistema de reciclaje implementado por una fábrica taiwanesa permitió crear, reutilizando envases plásticos desechables, los textiles necesarios para confeccionar un equipamiento de fútbol mundialista, con los mayores avances de la tecnología deportiva y la mejor calidad. El resultado: las telas hechas de botellas de plástico recicladas son más elásticas que las normales y pesan un 13% menos que la de tela tradicional.
Utilizar esta técnica de reciclaje le significó al fabricante de los uniformes un ahorro de un 30% en el consumo de energía, el reciclado de 13 millones de botellas plásticas de agua y así evitar enviar a un relleno sanitario 254 mil kilogramos de desechos. Los niveles y estándares de calidad aplicados a estos y otros productos fruto del reciclaje, superan o se equiparan a los elaborados con técnicas tradicionales que involucran materia prima virgen.
En Venezuela, aproximadamente las tres cuartas partes de la energía consumida por la industria nacional se usa para extraer y elaborar materias primas. Si las recicláramos, sería una de las maneras más eficaces de ahorrar energía y contribuir a erradicar las causas estructurales de la reciente crisis energética.
Cada uno de nosotros tiene la oportunidad y la capacidad de contribuir a mejorar nuestro espacio y nuestro entorno a partir de pequeñas acciones cotidianas. Es importante que busquemos, dentro de nuestra casa u oficina, aquellas oportunidades donde puedas aplicar y transmitir el reciclaje. Así iremos creando, de manera gradual y sostenida, una nueva cultura orientada al aprovechamiento racional de nuestros reservorios de materias primas y fuentes de energía.
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