Recientemente, culminó el tratamiento mediático que se le dio al convenio de transferencia tecnológica con la República Rusa, por medio del cual Venezuela en un corto período de tiempo, podrá abastecerse de energía eléctrica, por uno de los medios pacíficos de aplicación de la energía atómica.
El acceso al conocimiento y manipulación de la energía atómica, es un privilegio para el país que lo logra. Sin embargo, el tratamiento mediático se encargó de desfigurar tal privilegio con los argumentos más triviales, infantiles e irracionales, con que se acostumbra manipular a ciertos sectores del país. Con su acostumbrada irracionalidad, no se detuvo a considerar, los beneficios que tendrá en ciertos sectores de la población del país, atacados con esa letal enfermedad que llamamos Cáncer. Total, lo importante no son los beneficios que tendrá en la población, las aplicaciones en genética, agricultura y en la tecnología aplicada que beneficiará el país de Chávez y el de los no Chávez. Sus intereses están por encima de todo ello.
Pero un tema tan trascendental, no escuchamos las opiniones de nuestras facultades de ingeniería, en especial las de las Universidades autónomas. Sus autoridades están mas pendientes de otros temas “Como salir de Chávez”, ó “como darle perpetuidad a las sucesiones de poder en las instituciones que dicen representar”. Solo se han expresado públicamente a título personal, algunos profesores de la Universidad Simón Bolívar. Pero como institución, no han dicho siquiera, esta boca es mía. Adicionalmente, solo dos medios de comunicación escrito publicaron equilibrados reportajes, Últimas Noticias y El correo del Orinoco. Del Colegio de Ingenieros, sabemos lo politizado de sus opiniones, por tanto su credibilidad se debilita para opinar al respecto.
Algunos sectores políticos de oposición, sin ningún tipo de ambages, ni autoridad científica, tecnológica y moral, se han opuesto a la medida. Su único argumento, “si lo hace Chávez entonces no es confiable”. “Chávez es capaz de hacer lo que los Iraníes no han logrado, una bomba atómica”.
Finalmente, los medios de difusiones nacionales e internacionales con sus laboratorios de guerra sucia, se encargaron de enmarañar tal decisión. La desinformación y los rebotes de información originados en el país, terminaron por reforzar las tergiversaciones del tema, que buscaban por todos los medios la demonización de Chávez y fortalecer la imagen de Venezuela como país fallido ó país forajido.
Pero la historia nos debe enseñar algo. En la década del 60, con argumentos tan triviales como los puestos en práctica actualmente, sectores oligárquicos que controlaban la industria automotriz, impusieron la tesis de descartar la construcción de ferrocarriles, por eso de que “Venezuela es un país petrolero”. Las consecuencias hoy día: aberraciones creadas en la mayoría de las estructuras de costos de los bienes que consumimos, monopolios en el transporte de alimentos, vías de comunicación destrozadas apenas son inauguradas, por el paso del transporte pesado. El único ganador: la industria automotriz, del caucho y de importación de partes automotrices. No fabricamos ni un solo vehículo 100% venezolano, bien ingenuos fuimos. Todas esas calamidades se superarán luego de más de 50 años, por el esfuerzo de inversión actual del gobierno en planes ferrocarrileros y tendidos de rieles, a lo largo y ancho de todo el país.
Pues bien luego de esta nefasta experiencia, ya bien creciditos y superada nuestra inocencia de sociedad adolescente, no caigamos de nuevo en los argumentos de sectores enemigos del proceso revolucionario. Defendamos esta decisión, creando y difundiendo conciencia en todos los sectores populares del país. No olvidemos lo esencial en el desarrollo de la tecnología nuclear para enfrentar el cáncer y otras enfermedades, el único beneficiario será la salud el pueblo y la economía del país. Acompañemos al Comandante Chávez, en la decisión de adquirir tecnología en el área nuclear. La misma ya fue tomada, no podrá ser torcida por las cortinas de humo de la oposición, ni manipulada con sus acostumbrados argumentos pueriles, inocuos y triviales, lanzados por los medios de comunicación de los sectores oligárquicos.
montes-r@hotmail.com
