Ante el alarmante secuestro de Rodrigo Granda Escobar y de otros representantes de la insurgencia Colombiana en territorio venezolano en las últimas semanas, utilizando el mismo modus operandi, es necesario hacer las siguientes precisiones.
El secuestro de Rodrigo Granda Escobar en pleno corazón de Caracas por parte del DAS colombiano, su reclusión en la DISIP y su traslado hasta tierras colombianas por vía terrestre evidencian algo más que un plan descoordinado de unos tenientes y subtenientes corruptos, además de la violación impune de nuestra soberanía.
El nivel de participación de mandos militares y policiales venezolanos en este hecho es bastante alto, pues ¿cómo explicar la retención de Rodrigo Granda en la DISIP, su entrega al Gobierno Colombiano (a pesar de la intervención de muchos políticos venezolanos) y su traslado en carretera atravesando más de 10 alcabalas (incluyendo las de zonas fronterizas)?. Sólo la intervención de mandos altos pudo hacer esto posible.
Si el Gobierno Venezolano le hubiese dado el estatus de "terrorista" a alguna de las organizaciones guerrilleras colombianas entenderíamos jurídicamente la detención de Granda por parte de NUESTROS organismos de inteligencia. Pero si la Política del Gobierno Venezolano ha sido la de "neutralidad" ante el conflicto Colombiano, este hecho debe alarmarnos profundamente. ¿Será este hecho la punta de un iceberg y el comienzo de una arremetida de los sectores de derecha del Gobierno Venezolano en contra de los sectores revolucionarios?.
En Colombia no existe una guerra contra el terrorismo por parte del estado colombiano. En Colombia hay una dictadura disfrazada de democracia, en donde el terrorismo lo practica el propio estado Colombiano y los paramilitares (que no son otra cosa que un apéndice informal del ejército colombiano). El estado Colombiano está controlado por las oligarquías más reaccionarias del continente y su práctica de aterrorizar al Pueblo con niveles de violencia inimaginables para los venezolanos, hacen prácticamente imposible la lucha política al margen de la lucha militar. Cada día el Estado o los paramilitares colombianos desaparecen (asesinan) a 5 dirigentes sociales, es decir, 5 líderes sindicales, campesinos, estudiantiles, comunitarios, etc. ¡cada día! De todos los desplazados por la guerra, el 50% son de zonas de control ABSOLUTO (es decir, que no hay combate) de los Paramilitares. El resto son de zonas de combates.
El Ejército colombiano, disfrazado de paramilitares (y a veces no) pasan por Pueblos enteros quemándolos, abriéndoles las barrigas a las mujeres embarazadas, ahorcando niños, sacándole la lengua por la garganta a los pobladores, cortando con sierras a los campesinos, torturando con sopletes, corriente, etc. a sus víctimas. Ante esta realidad, varios grupos de hombres y mujeres del Pueblo Colombiano luchan con las armas, en franca desventaja, con un enemigo superior militarmente, con apoyo técnico, en recursos y en hombres de la máquina de guerra norteamericana , y con un enemigo que no tiene ningún principio ético que lo rija.
A la selva ya no entra la Cruz Roja con medicinas como en otras guerras. La resistencia de las guerrillas se da en zonas palúdicas, con leshmaniasis, fiebre amarilla, entre otras enfermedades. Estas condiciones no las aguanta ningún combatiente de no ser por una alta moral combativa, en otras palabras, una alta convicción en los ideales que se enarbolan y la certeza de que otro camino "pacífico" les conduciría a la muerte, pues este camino ya lo han probado.
Puede ser que estemos en desacuerdo con algunos métodos empleados por la insurgencia en la guerra , con algunas tácticas. Incluso entre ellas mismas tienen diferencias. Entre los revolucionarios del continente se harán las críticas. Pero por principio, los revolucionarios debemos apoyarnos los unos a los otros en la lucha contra el imperio, contra el fascismo, y eso es exactamente lo que hacen los hermanos Colombianos.
Nosotros como Pueblo revolucionario no debemos dudar en apoyar cualquier alzamiento de un Pueblo contra el tirano, como apoyamos al Pueblo de Irak hoy en día. Pero debemos entender que una cosa es la agenda internacional y autónoma de los Pueblos y otra las de sus Gobiernos, aunque se llamen revolucionarios. Por ende, Nuestro deber es exigirle al Gobierno del Presidente Chávez que aclare el secuestro de Rodrigo Granda Escobar y de varios otros que se han dado en las últimas semanas y que no han salido a la luz pública. Pero por sobre todo, debemos exigirle al Gobierno Venezolano que ratifique su posición de neutralidad ante el conflicto Colombiano. Si la posición del Gobierno es parcializada a favor de la dictadura fascista de Uribe, nosotros como Pueblo Venezolano tendremos que construir nuestra agenda internacional distante a la del Gobierno "Revolucionario" y “Bolivariano”. Si por el contrario ratifica su neutralidad, entonces que sean bienvenidas ambas partes del conflicto Colombiano a territorio Venezolano a contarnos su versión de la Guerra, porque no podemos hablar de neutralidad ante un conflicto y solo una de las partes puede hablar libremente en nuestro territorio.
Si el Gobierno de Venezuela es neutral, la insurgencia Colombiana debe tener la garantía de que sus representantes podrán estar en nuestro país, realizar conferencias, charlas, etc, sin riesgo a ser deportados, secuestrados o asesinados, así como lo hacen en otros países latinoamericanos y europeos; así como lo hacían en los Gobiernos anteriores hasta hace 5 años. No puede ser que siendo un Gobierno Revolucionario y Bolivariano tengamos menos libertades para los revolucionarios latinoamericanos que en los Gobiernos de la IV República, donde se recibieron miles de exiliados políticos del continente. O el Gobierno es coherente con su discurso bolivariano y latinoamericanista o es pura hipocresía.
Sergio Sánchez
Utopía