Ante la crisis
estructural y ambiental que se está viviendo en varias regiones
y países del planeta, que se expresa en el desbordamiento de ríos,
el derrumbe de miles de viviendas, carreteras, diques, instalaciones
hidráulicas y eléctricas, así como otras obras de infraestructura,
todo lo cual ha dejado en la miseria y en la intemperie
a millones de seres humanos, incluyendo a gran parte de la población
venezolana; es evidente que estamos en presencia de la obstrucción
parcial de importantes planes de desarrollo, motivado a que inevitablemente,
las finanzas presupuestadas se vuelven deficitarias para cubrir el cúmulo
de necesidades colectivas causadas por el capitalismo y su perversa
actitud a favor del cambio climático.
En el caso
venezolano, no está en duda, el extraordinario esfuerzo que ha
puesto el gobierno bolivariano y su presidente, en buscarle solución
a los problemas actuales y de inmediato futuro que se palpan y avizoran
en el panorama económico y social. Sin embargo, vale debatir si
alguna de las soluciones propuestas por el Ejecutivo Nacional, como
es el caso del incremento del la tasa del IVA, es congruente con
el planteamiento socialista contemplado en la Constitución, en el sentido
de financiar el gasto y la inversión del Estado y entidades conexas
con impuestos progresivos en vez de impuestos regresivos como es
el caso del IVA.
El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas públicas según la capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo al principio de progresividad, así como la protección de la economía nacional, y la elevación del nivel de vida de la población, y se sustentará para ello en un sistema eficiente para la recaudación de los tributos (Constitución de la R.B.V. Art. 316).
Del texto antes
trascrito, hemos resaltado tres (3) aspectos sustanciales para
comprender la importancia de la toma de decisiones en materia del financiamiento
del gasto y la inversión pública, mediante mecanismos de tributación
nacional:
- Justa distribución de las cargas públicas: Mediante esta expresión el constituyente estableció y dejó sentado el principio de justicia, en el sentido de la necesidad y obligación de garantizar que el financiamiento del presupuesto nacional, no recaiga sobre las clases más débiles como generalmente ocurre en los países regidos por gobiernos de tendencia neoliberal, situación que fue heredada de los imperios y dinastías milenarias. Se entiende que lo justo es que haya un mejor equilibrio o balance en el aporte de los ciudadanos del país.
- Principio de progresividad: En este párrafo, se establece la obligación a los poderes competentes, de fijar impuestos más altos, a las personas naturales y jurídicas que tengan mayores ingresos y/o ganancias. Este principio invita a declarar y pagar los tributos en correspondencia con la capacidad económica y financiera del contribuyente. En este sentido sería injusto que un trabajador o empresa pequeña, cuya remuneración o ganancia sea baja, esté obligado a pagar en términos relativos el mismo impuesto de aquellas personas o empresas medianas o grandes que obtienen ingresos y/o ganancias de un peso significativo en la economía del país. En términos tributarios, la progresividad se sintetiza en que quien más gane, sea el que más contribuya con las cargas del colectivo nacional o regional.
- Sistema eficiente para la recaudación de los tributos: En toda actividad, ya sea pública o privada, la eficiencia implica, transparencia, economía, resultados óptimos con el uso del menor recurso material, temporal y aplicación de lo más inteligente del talento humano. La eficiencia es el resultado de un conjunto de condiciones generadas por el liderazgo, la dirección, la gerencia, la coordinación y la supervisión de las instituciones públicas o privadas. Cuando el talento humano es sabiamente reclutado, seleccionado, adiestrado y formado, nos acercamos a resultados eficientes y efectivos. En el sector público, es condición insoslayable que el personal, esté claramente identificado con los intereses del país y del colectivo nacional. Recaudar eficientemente, implica alta competencia y honestidad en todos los niveles de la Administración Aduanera y Tributaria.
Habida
conciencia, que toda tragedia natural causa desajustes importantes en
las finanzas públicas de un país, y sobre las premisas constitucionales
antes citadas, nos parece pertinente plantear algunas interrogantes
y reflexiones a fin de contextualizar el escenario que nos aproxime
a soluciones cercanas a la filosofía que acompaña el pensamiento
socialista, bolivariano o al menos progresista.
¿Justa
distribución de las cargas públicas?
Para responder
esta interrogante, basta revisar la historia económica y social
en Venezuela, la cual refleja una gran acumulación de capital y tierras
en pocas manos privadas, desde mantuanos hasta oligarcas, pasando por
los dueños del valle y del imperio, hasta ahora, en términos relativos,
son las clases más pobres las que de una u manera han contribuido a
sostener el gasto y la inversión nacional, mediante una carga sesgada
de impuestos, donde los más ricos, son los que menos contribuyen. Habido
conocimiento de los esfuerzos de Bolívar por buscar cierta equidad
en los tributos, esta es hora que las clases dominantes han sabido salirse
con las suyas.
En este
orden de ideas, basta recordar, que los mínimos impuestos pagados por
las petroleras antes del año 2000 y la creación del Impuesto al Valor
Agregado en los años 90 del siglo pasado, lo cual fue una manera de
compensar la rebaja en las tarifas del Impuesto sobre la Renta que llegaban
al 50% para luego convertirlas a un 34 %. ¿Es muy difícil entender
que en el fondo fue una política para hacer recaer las cargas públicas
en los sectores menos favorecidos económica y financieramente ? ¿Era
o no una forma de disminuir la progresividad tributaria, buscando beneficiar
a las clases más ricas?
¿Cumple el IVA con el principio de progresividad establecido en la
Constitución?
Por cuanto
su componente esencial es una tarifa única, actualmente del 12 %, el
cual debe pagarlo tanto un limpia bota, cuando compra una camisa, como
uno de los amos del valle, cuando compra similar prenda de vestir,
es evidente entonces, que no hay equidad ni algo que se parezca a lo
progresivo. Sólo cuando existan tarifas fuertes contra artículos
superfluos o suntuarios, se pudiese considerar como un atenuante contra
la inequidad. Recordemos que quien paga el IVA, es el consumidor y no
el empresario, toda vez que este, siempre traslada lo que haya pagado,
al precio de los artículos que vende.
En el
caso del IVA, su aplicación implica fundamentalmente consecuencias
tales como: a) Una tasa proporcional al valor de lo negociado b) Una
regresividad, toda vez que en la realidad quien menos tiene es el que
en términos relativos paga o contribuye más c) Generalmente la recaudación
del IVA se convierte en el impuesto que más genera ingresos a la hacienda
pública d) Los empresarios aprovechan la crisis, para acaparar y especular
¿Qué mentes inocentes han influido en el poder ejecutivo y el legislativo
de Venezuela para que este paradigma de injusticia se mantenga e inclusive
se intente profundizar? ¿Qué papel ha jugado el PSUV, el PCV y el
MEP para contrarrestar los impuestos regresivos?
¿Sistema
eficiente para la recaudación de los tributos?
Según las
estadísticas mundiales relativas a la recaudación aduanera y tributaria,
la mayoría de los países capitalistas tienen una presión fiscal (coeficiente
que resulta de dividir el valor de la recaudación entre el P.I.B.)
que oscila entre el 30 % al 40 %, es decir, entre lo que se recauda
por impuestos directos (ISLR) e indirectos (IVA y similares), en estos
países hay mejor contribución a las cargas fiscales que en Venezuela,
donde por cierto la presión fiscal en el mejor de los casos ha llegado
al 12.7 %, es decir, las transnacionales y socios denominados los amos
del valle, pagan mucho menos impuesto de lo que le corresponde pagar
a la clase popular y media. Recordemos que los convenios de no doble
tributación favorecen más a las transnacionales que a Venezuela ¿Por
qué abstenerse de incrementar el ISLR y otros impuestos directos, bajo
el chantaje que esto producirá fuga de capitales? ¿Por qué las transnacionales
no se retiran de algunos países donde pagan más impuesto que en Venezuela?
Es evidente
que la eficiencia del sistema aduanero y tributario
en función de la recaudación, amerita ser examinado con gran
cuidado y rigor científico y político. Algunas de las causas de la
deficiencia y la carencia de efectividad pudiesen ser: a) Alta elusión
fiscal, influida por los grandes bufetes y voceros del sector empresarial
que bajo misteriosas máscaras, han logrado neutralizar la opinión
y acción de gente que se dice vinculada a la idea socialista, los cuales
han ocupado y todavía están vinculados como importantes fichas del
poder legislativo ¿Por qué las leyes aduaneras y tributarias siguen
manteniendo similar contenido que antes de haberse iniciado el proceso
de cambio Bolivariano? b) Gestión poco convincente en el combate efectivo
contra el contrabando y la evasión fiscal c) Ineficiencia e ineficacia
de los órganos contralores en la lucha contra los ilícitos promovidos
por el sector privado y complicitados con actos de corrupción que hasta
ahora parecen invisibles a la luz del día. ¿Es cierto que todavía
en el país hay sectores económicos que siguen acumulando grandes fortunas
con pagos mínimos de impuesto, incluyendo ex-funcionarios de la Administración
Aduanera y Tributaria?
Es en el escenario
someramente descrito, que nos encontramos hoy con unas pérdidas materiales,
estimadas por el ciudadano Presidente de la R.B.V. en casi US $ 10.000
millones. Cifra que pudiese ser mucho mayor si se toma en cuenta que
durante todo el S-XX y parte del S-XXI, la moderada planificación presupuestaria
ha escondido el verdadero déficit fiscal y estructural que definitivamente
se ha ido acumulando y que a la hora de la aparición de los desastres
naturales, nos encontramos con una infraestructura habitacional débil
y mal distribuida en el territorio nacional ¿Es cierto que si
en unas olimpiadas se pusiesen metas en el salto alto de 3 metros cualquiera
fuese el rey de esta disciplina?
Sin dejar
de reconocer que se está en presencia de una emergencia nacional,
es importante reflexionar y prepararnos para buscar soluciones que vayan
de la mano con la aspiración de una Venezuela socialista ¿Se pudiese
pensar en generar leyes donde prevalezcan los impuestos progresivos
en vez de los regresivos? ¿Se pudiesen generar otros mecanismos financieros
que comprometiesen a los más ricos a devolver parte de las riquezas
que durante tantos años le han sustraído “legalmente” a la patria?
¿Será posible declarar una emergencia aduanera tributaria que combata
a fondo la elusión, el contrabando, la evasión fiscal y la corrupción?
¿Es posible modificar la Ley de ISLR para mejorar sustancialmente la
recaudación, estableciendo mecanismos ágiles que faciliten el flujo
de caja del Estado? ¿Es muy difícil pensar en incrementar los impuestos
a los casinos y similares juegos de azar? ¿Qué tal mejorar la recaudación
mediante impuestos fuertes a los licores y artículos suntuarios o de
lujo?
Si la cuasi
inercia que nos acompaña en la generación de opciones continúa, “o
Alá” y no tengamos que darle la razón al compatriota Nimer N.
Evans, cuando el 27 de marzo del 2009, se preguntó: ¿Es el IVA un
impuesto revolucionario, o es una salida tipo rápida o de alta velocidad
que indiferentemente de la connotaciones que conlleva, permite evidenciar
que el socialismo no tiene mecanismos propios para responder a la crisis
capitalista? o ¿Es el equipo del Presidente que anclados en visiones
ortodoxas no pueden generar nuevas alternativas ante una crisis ajena?
Mientras continuamos
en este océano de infinitas dudas, sería muy loable recordar al gran
padre de la patria, Simón Bolívar, quien durante buena parte de su
vida, estuvo pendiente del financiamiento de la independencia latinoamericana
y caribeña, contando para ello con el establecimiento de leyes e instrucciones
que presionaran a los poderosos a contribuir, muy por encima de lo que
se le solicitaba a los sectores más pobres. Es hora entonces, que
todo el pueblo reaccione a favor de la reconstrucción de la patria
y en apoyo de los damnificados, pero eso sí, siempre inspirados en
principios de justicia, equidad e igualdad. Es esencial generar
propuestas constructivas, creadoras, innovadoras y revolucionarias,
al respecto, escuchemos y leamos a uno de los grandes genios de todos
los tiempos:
"No
pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis
es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque
la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia,
como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva,
los descubrimientos y las grandes estrategias (..) Quien atribuye a
la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta
más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la
crisis de la incompetencia. El problema de las personas y los países
es la pereza para encontrar salidas y soluciones…" (Albert Einstein)
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