Mario Benedetti, NOCTURNO,  Extracto del Poema.

En la boca de miles se repite la frase. ¡Ha sucedido un tragedia¡ ¡La naturaleza se ha hincado con virulencia y ha traído unas lluvias espantosas y sobrenaturales¡ En los últimos días de noviembre y primeros de diciembre, al menos 35 fallecidos, seis desaparecidos y 120 mil afectados han dejado las lluvias que azotan Venezuela y que han colocado al país en una "situación crítica". Más de  73 mil 203 están albergadas[i] y hay una sensación de amargura generalizada por la debilidad de la nación ante esta penosa coyuntura. Aunque es cierto que el gobierno ha desplegado a miles de personas para socorrer a los damnificados y ha prestado instalaciones de todo tipo (incluido el palacio presidencial para acoger personas sin techo) y que ha hecho una ingente campaña para que la clase obrera se solidarice (cosa que ha cumplido con creces) y que su intervención ha sido -de lejos- mejor que la del gobierno colombiano y la de gobiernos anteriores; no es menos cierto que la carestía de soluciones integrales y propuestas estructurales es enorme. No sólo eso, muchas de las “soluciones” propuestas lucen absolutamente improvisadas y desorbitadas. Por ello, es menester que dentro de lo sucedido surjan decenas de interrogantes que develan en buena medida las orientaciones políticas del gobierno líder del grupo llamado progresista en América. Así mismo es perentorio revisar un conjunto de propuestas realmente socialistas que duermen el sueño de los justos y gozan el olvido de la muerte. Veamos:

¿Qué tan grande era la magnitud de las lluvias que causó tales desmanes?

Es cierto. En buena parte del país llovió de manera feroz. De hecho, varios especialistas en meteorología afirman que en total, en noviembre, se registraron 300 milímetros de precipitaciones en Caracas. Es decir, más de tres veces de lo normal. Las lluvias en los dos días de mayor intensidad (75 litros/m2) fueron equivalentes a las acaecidas en un mes corriente (83 l/m2). De allí, a que parezca que es un fenómeno prácticamente sobrenatural y que mucha gente ande regando la voz, de que Dios, anda enfurecido y ha venido a sacar cuentas sobre los impíos.

Aunque parezca risible, varios columnistas chavistas, cargaron contra “la naturaleza” haciendo de ella una personificación onomatopéyica capaz de la ira y la venganza. Juan Sosa comenta: “Nunca podremos contener la furia de la madre naturaleza, menos aun cuando sus hijos, los habitantes de este bello planeta no la cuidamos como Dios manda.”[ii] El ecologismo y sus variantes posmodernas y anarquizantes han disfrutado explicando que la furia de la naturaleza nos castiga a todos, porque todos destruimos el planeta. En la exégesis que realizan, no aparecen ni las clases sociales, ni algo tan “insignificante” como el sistema capitalista. Esta pléyade se erige para exculpar cualquier acción humana en los lamentables sucesos y para victimizar al gobierno de turno, y a los anteriores en aras de velar, verdades del tamaño de Tsunami. Quizás la principal radica en las: “Voces en todo el país tienen meses y años clamando para que se adopten las previsiones que hubiesen permitido hacer frente a algo tan normal como esto que está pasando: una copiosa temporada de lluvias en un país tropical.”[iii] La inmensa miseria de amplios sectores de nuestra sociedad ha hecho que unas muy intensas lluvias arrastres casas, maten personas y destruyan vías enteras; a tal punto que hubo que suspender las clases y otras actividades hasta enero del 2011.

La lluvia desnuda la incapacidad de resolver problemas estructurales dentro del capitalismo.

Para quienes atacan a los socialistas revolucionarios con insultillos como: atorados o apurados, la tragedia de 2010 evidencia que en Venezuela, mientras no se den los grandes cambios socioeconómicos que reclaman las directrices del socialismo, no van a haber mejorar sustanciales en la calidad de vida de la población trabajadora,  y las “tragedias” se sucederán una tras otra.

El sentido clasista de las lluvias se evidencia en la simple razón de que destruyeron, con casi exclusividad, los hogares de pobreza extrema. El agua anegó en el fango los pueblos y espacios más agrestes y rurales de la parte del país donde más intensa fue la lluvia. La pobreza, que a 11 años de chavismo está lejos de extinguirse, cobró más víctimas por la simple razón de no tener espacios adecuados para construir y trabajar. Por ello, no es una tragedia “natural”. Los resultados en cuanto a construcción de vivienda en el período del chavismo son realmente desoladores. El gobierno actual (desde 1999) es el que menos viviendas ha construido (junto al sector privado) y el que cuenta con el PIB relacionado a la construcción de menor peso. De los pocos números disponibles, se desprende que en el año 1992, se construyeron unas 98.532 unidades y que en el año 2004 sólo 32.193 viviendas[iv]. Para el año 2007, se calcula el déficit de vivienda en 1.687.000, de las cuales, 687.000 lugares habitacionales, están catalogados como viviendas levantadas con materiales como cartón, latón etc.[v] Efectivamente, aún cuando ha habido una buena cantidad de nacionalizaciones burguesas, por el ejemplo en el sector cementero, el sector privado aún construye cerca del 70% de las escasas viviendas que se están edificando en la actualidad.

La respuesta del gobierno ante la crisis o las formas de celebrar la improvisación.

Es muy doloroso ver las miles de familias que deambulan con los restos de sus casas a la espalda. A muchas otras el agua le llega a la cintura y ven como flotan sus enceres sin poder hacer nada.  Ante esta situación son constantes los llamados a la solidaridad y las peticiones gubernamentales a compartir el exiguo ingreso de los obreros que nada perdieron, con los obreros que ya nada material guardan consigo; mientras la plutarquía local disfruta del derroche más desvergonzado y sigue succionando mediante la explotación capitalista la difícil vida de la clase obrera en el país.

El mismo presidente Chávez ha ido a refugios a recibir las miles de peticiones de personas damnificadas. En esas visitas, el presidente abraza viejecitas y carga niños haciendo un sin fin de promesas que dan de alguna esperanza a quien realmente amerita de soluciones concretas. En esos recorridos presidenciales, es notorio el torrente de reclamos de la población en cuanto a la extrema carestía de viviendas, al pésimo estado de los refugios (Ej.: Ronco y Gramoven) y el llamado al rescate de las escuelas que se caen a pedazos. Ante esta situación, se repite la exigencia de que “Chávez” les regale una casa. Dichas peticiones son auspiciadas propagandísticamente por el chavismo en aras de hacer ver que Chávez sí “resuelve” las situaciones y que sus subalternos burócratas son los que fallan.

En esa misma línea, en la televisora del Estado, aparece un reportaje de una señora que gritó con desesperación al presidente que necesitaba una casa porque se le iba a caer el espacio donde habitaba, dicha imagen la explotó un canal de ultraderecha (el 33) como un evento negativo del chavismo. Ante esa crítica de fuerte impacto mediático, el gobierno procedió a darle alojo inmediatamente en el hotel Alba (5 estrellas) a toda la familia en situación de riesgo y le consiguió un apartamento amoblado en pocos días. Ahora esa señora muy feliz aparece en televisión pidiendo “paciencia”, diciendo que el gobierno “soluciona” y que va a conseguirle una casa a todos. Incluso hay escritores que por estos gestos comparan a Chávez con Cristo: “[Chávez] Ha seguido el ejemplo de Jesús de Nazareth, quien no sólo se compadeció de los pobres, sino que se interesó personalmente por sus necesidades.”[vi]

Estos reportajes-propagandas evidencian que el gobierno no tiene solución estructural alguna. Por supuesto, ni planteado siquiera está, convocar a asambleas a la clase trabajadora, para que esta debata sobre la necesidad de hacer un proyecto que permita reorganizar a la sociedad y solucionar los asuntos formales que demanda la población más necesitada. La improvisación, espontaneidad y cualquier argucia “popular” y coyuntural parecen ser las resoluciones planteadas para un problema que amerita una cantidad importante de estudios, opiniones y debates populares. Más lamentable y asombroso resulta escuchar que el gobierno se amerita de 1 año y medio para construir una serie de casas o apartamentos para las 120 mil refugiados (unas 24 mil viviendas más o menos, si tomamos en cuenta la familia promedio venezolana, que según el INE nuclea a 5,2 personas). Es aterradora la poca capacidad de construcción del Estado.

Las soluciones al voleo y los delirios “constructores” que evidencian caos.

La perplejidad plena se apropió de muchos habitantes de la cariñosa Caracas, cuando oyeron comentar al Presidente Chávez: “En Caracas cabe otra Caracas” y advertir al público más neófito, sobre muchos terrenos planos subutilizados o dedicados a actividades nulas (¡). A esto, obviamente salió un cardumen de de funcionarios a aplaudir la “iniciativa” y a decir de una manera u otra que se puede y debe construir de todo acá. Incluso, se ha planteado por pasillos, expropiar campos de golf y tenis de los ricos, para construir más en Caracas, evidenciando el pleno desconocimiento de la situación caótica de la ciudad en cuanto servicios, tráfico, carestía, sobrepoblación, inseguridad y desidia.

Expropiar los campos de golf estaría bien, si se van a construir parque y áreas verdes recreacionales que permitan respirar algo más que concreto, asfalto y los millones de litros de gasolina que se queman impunemente a costas del subsidio más espectacular (y ecosida) del planeta: llenar un tanque de 50 litros por 1,4 Dólares EEUU. Pero nada de eso está planteado. ¿No hay más espacios en Venezuela donde se puedan realizar algunas viviendas? Por supuesto que sí, las regiones de la república con inmensas posibilidades de producción agroindustrial, mineral, turística (y un largo etcétera) están despobladas o sumidas mayormente en la más criminal desidia, miseria y cruel dependencia de la ciudad Capital.

¿La densidad poblacional en Caracas es 10 veces más alta que en la India? SI.

¿Tan mal está distribuido el territorio? Sí, la región conformada por los estados costaneros, parte de los estados andinos y los ubicados en la zona centro norte del país cubren alrededor del 20% de la superficie nacional y concentran a más del 80% de la población total.”[vii] La región de los Llanos y Guayana, con el 80% del territorio reúne el 16,3 % de los habitantes del país. El 52% de la población venezolana (2001) vive en 5 estados y en Distrito Capital; dejando a 18 Estados (los más grandes) con apenas el 48% de la población.

La densidad de población en Venezuela es de 25,2 habitantes por km². Pero en el Distrito Capital es de 4.240,8 hab./km². Sí, casi doscientas (200) veces más alta que el promedio nacional; y para peor mal, no hay industrias importantes, agro, ni producción manufacturera significativa. A los que dicen que a Caracas les cabes más gente y que su densidad es baja, podrían leer que en la India la densidad poblacional es de 397 hab./km2 (10 veces menos que en del Distrito Capital, Caracas) y en China es de 140 hab./km2.

En la tabla se observa la densidad poblacional de las ciudades menos densamente habitadas.

Todas las cosas que se pueden hacer y no hacen. Las oportunidades que se pierden y las derrotas que acaecen.

Es penoso ver cómo el gobierno suplica a la burguesía comercial: ¡no especulen! y la llena de mil millonarias ganancias comprándole con sobre precios comida y enceres para damnificados. Es doloroso observar como miles de millones de bolívares se filtran cuando el gobierno compra cosas que deberían producir empresas estatales dirigidas por trabajadores que en Consejos Obreros, decidan qué y cómo producir, de acuerdo a las necesidades de la población. Ahora más que nunca se hacen exhortaciones al empresario “bueno” y colaborador, que pueda construir casas “baratas” y que trabaje en conjunto con el gobierno en aras de hacer una patria mejor. Una estólida ilusión. Mientras, la oportunidad de intentar reacomodar a la población de las ciudades más pobladas a otras menos realmente deprimidas y deshabitadas con inmensas necesidades de desarrollo, se está desperdiciando…. de nuevo.

Fue sorprendente ver como en cadena nacional, el presidente Chávez dijo algo así como: “nosotros construíamos casas en las regiones, pero la gente se devolvía a la capital porque no había trabajo (…) le pregunto a usted señora, verdad que a usted ¿no le gustaría irse con una casa para allá?” La señora se quedó muda, pero atrás otra espetó con rapidez: “yo si me voy”. El presidente le dijo: “pero ¿Dónde vas a trabajar por allá? Y ella le contestó que trabaja de manera particular, que casa es casa. Así las cosas, el gobierno ve como imposible trasladar a miles de personas con proyectos agroindustriales a desarrollar al producción en sitios donde haría falta miles de trabajadores que permitirían frenar la importación de casi todo lo que consumismos. Es realmente vergonzoso que en el siglo XXI, estemos importando leche, pollo y hasta casas (made in China).

Otro de los asuntos más tenebrosos, radica en el hecho de que no se haya construido un solo galpón o cobertizo para atender a damnificados. Ni uno sólo. Para un país que maneja un negocio petrolero anual de 100 mil millones de dólares y que posee casi de 30 millones, debería ser realmente sencillo construir una serie de galpones (que posteriormente puedan usarse como depósitos, gimnasios etc.) para albergar a la gente en este tipo de tragedias. Según el Ing. Armando Coelho, un Galpón muy sencillo para albergar en cientos de literas, con baños y disposiciones mínimas de techo y cocina, podría haberse construido (con 200 obreros y maquinaria) en dos días con facilidad, pero la capacidad constructiva y hacendosa de la administración pública parece ligeramente superior a eso. No estamos hablando de la capacidad china de construcción que en la ciudad de Changsha construyó (totalmente) un hotel de lujo de 15 pisos en seis (6) días[viii], no, muy remoto parece eso. ¿Pero ni siquiera se podía construir una serie de galpones elementales? Un dato, la construcción íntegra del hotel Humboldt en la punta de la inmensa montaña del Ávila, muy arriba de la ciudad tardó apenas 7 meses, con piscina, salones de lujo, etc. Otro dato, ese hotel se hizo en el año de 1956.

Todas las cosas que se pueden hacer y no hacen. Las oportunidades que se pierden y las derrotas que acaecen.

Repetimos, La oportunidad de una reordenación racional del territorio, se está desperdiciando de nuevo. No sólo eso, sino se está invitando a construir más y a empeorar la situación habitacional de la ciudad, haciendo caso omiso a los graves problemas que ésta presenta. No se están abriendo canales de comunicación e información que permitan debates y planteamientos efectivos de la clase obrera en la toma de decisiones ateridas a la construcción de una Venezuela más organizada. Nada de eso ocurre y las fuerzas que plantean otra forma de hacer política palidecen por sus limitaciones. El proletariado anda atomizado, divido y enmarcado en luchas bizantinas. Un verdadero drama que amerita la más estricta unidad y el más valiente desprendimiento.

Manuel Sutherland manuel1871@gmail.com Ccs 22/12/10  twitter@marxiando

Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista (ALEM)  www.alemistas.org