Una de las características de algunos partidos de izquierda en
Venezuela, en particular en los sesenta y setenta, fue ver como sus
principales enemigos a otras organizaciones de izquierda. Así, tuvimos
situaciones donde el partido de izquierda B consideraba como su peor
enemigo al partido de izquierda A, aún más que la burguesía y sus
partidos. Lo cual se explica por el dogmatismo con que algunos partidos
acogían al marxismo o diferentes versiones de éste. Otro comportamiento
que caracterizó a algunos partidos de izquierda fue sospechar de todo el
mundo, lo cual se explica por la persecución policial de entonces.
Estos comportamientos fueron, en parte, las causas de la atomización de
la izquierda en aquellos tiempos. Supongo que pensaban que la única
manera de controlar a los intrusos era teniendo organizaciones pequeñas
donde todo el mundo se conociera. Cualquier otra persona u organización
era considerada como hostil, en particular las otras de izquierda. Ese
comportamiento les llevó a perder claridad acerca de quien era el
verdadero enemigo, la burguesía, y a equivocarse en la conducción
política. Ese comportamiento no se ha extinguido totalmente en la
actualidad, pero ha sufrido modificaciones. Éste no se manifiesta hoy
de la misma manera que en aquellos tiempos.
Una de las formas en que se manifiesta ese comportamiento hoy en día es
en la pérdida de sentido de quién es el verdadero enemigo de la
construcción de una sociedad socialista. El mejor ejemplo de este caso
lo tenemos en Bandera Roja. Este partido se alió con lo más rancio de
la derecha venezolana, con los propagandistas y aduladores al servicio
de la burguesía. Seguramente que Bandera Roja veía como enemigo a la
Liga Socialista, sólo por mencionar un ejemplo. Al final le resultó más
fácil aliarse con Primero Justicia que formar un frente de partidos de
izquierda que manifestara sus desacuerdos y que anunciara otro camino
para la construcción del socialismo. Como dijo alguien una vez del MAS,
se fueron en desbandada hacia la derecha.
La otra manifestación es la de ver enemigos en todo aquel que no
comparta todas y cada una de tus opiniones. Un ejemplo de esta actitud
la encontramos recientemente en algunos de los moderadores del programa
de televisión La Hojilla. Todo el mundo reconoce el importante papel de
contra-información que jugó ese programa en los tiempos del
paro-sabotaje promovido y ejecutado por la burguesía y sus partidos.
Hoy, algunos dudan sobre el papel que juega dicho programa en la
situación actual. Dada la situación actual del conflicto político, ¿es
conveniente y útil mantener el mismo formato de programa que surtió
efecto durante otro momento? Creo que esa pregunta es válida. El
programa Aló Presidente sufrió cambios radicales para adaptarse a nuevas
situaciones y amenazas. ¿Por qué no puede cambiar La Hojilla? Por otro
lado, nadie, pero nadie es infalible. Todos nos equivocamos, esa es una
de las virtudes humanas. Resulta que unos ciudadanos venezolanos, que
manifiestan apoyar el proceso revolucionario bolivariano, no comparten
algunas opiniones emitidas por los moderadores de La Hojilla sobre el
estado de las obras de infraestructura hechas y las que se dejaron de
hacer en Vargas, y lo manifestaron a través de la página web HYPERLINK
"http://www.aporrea.org/"www.aporrea.org. Esos ciudadanos están
ejerciendo su derecho constitucional a opinar libremente y aporrea a
servido de medio para ello. Siguiendo una vieja tradición de ciertos
partidos de izquierda, los moderadores de La Hojilla consideran que esos
ciudadanos son sus enemigos, y como son sus enemigos entonces son
enemigos de la revolución. La propiedad transitiva, si p es q y q es s,
entonces p es s, no se aplica en este caso. Ese es un argumento
tramposo. No se puede medir mi apoyo y compromiso con la revolución por
cuánto me guste o deteste La Hojilla.
La lección que debemos sacar de todo esto es que no podemos perder de
vista quién es el verdadero enemigo ni equivocar el rumbo de la acción
política. El Gobierno de los Estado Unidos, por medio de la CIA y sus
agentes en Venezuela, anuncian nuevas operaciones en contra el Gobierno
de Chávez. La semana pasada, el subsecretario de Estado, Roger Noriega,
dio unas declaraciones a CNN donde ratifica la aversión que sienten
hacia nuestro actual gobierno. En esa entrevista mencionó su
preocupación por la compra de armas a Rusia. Esta semana, el Director
de la CIA, Porter Goss, manifestó ante el Congreso que este año la
estabilidad del gobierno legítimo de Venezuela será sometida a prueba.
También hizo referencia a la compra de armas y la posibilidad que caigan
en manos de grupos terroristas. Ayer, William Ojeda, uno de los pocos
militantes de Un Solo Pueblo, repetía el mismo libreto en unas
declaraciones al canal Globovisión. Lo mismo están haciendo los
propagandistas de la derecha a través de sus medios de comunicación. No
podemos desviar nuestra atención del verdadero enemigo, la derecha y sus
propagandistas y operadores políticos Si embargo, no podemos caer en
una paralización complaciente con todo lo que pasa entre los
revolucionarios o lo que se hace en nombre de la revolución. Podemos
seguir discutiendo entre nosotros sin distraernos, sin perder de vista
el movimiento del enemigo y sin detener el paso revolucionario.