Trincheras de Ideas

La conspiración derechista y El Rodeo "Rebelde"

Dentro de las lacras heredadas de la Cuarta República y del podrido Estado burgués está todo lo referente a la aplicación de la justicia, el anacrónico régimen penitenciario, el sistema judicial lleno de corrompidas pústulas, tribus judiciales, corrupción a granel, desprecio clasista hacia el preso y la población penal –abrumadoramente de origen pobre–, y el régimen policial o las policías donde se violan con frecuencia los derechos humanos de los presos, formando no pocos funcionarios parte de las mafias hamponiles y corruptas, que en vez de abonar a la aplicación de la justicia, reproducen la descomposición de un sistema injusto, el capitalista, al encubrirse con el cargo y el poder policial que la Patria deposita en él, su condición de delincuente.

Evidentemente que lo que está ocurriendo en la prisión del Rodeo I y Rodeo II obedece a un siniestro y macabro plan largamente planificado por la extrema derecha política y donde la mano de la siniestra CIA es difícil no intuirla en la planificación y aporte de “recursos” que hoy están en manos de los capos que han liderizado la matanza y la “resistencia” a las fuerzas del Estado. Si se le hace un seguimiento a los acontecimientos, desde el secuestro de los funcionarios del penal, la masacre por parte de la banda criminal del Rodeo II a los presos del Rodeo I que produjo la muerte de una veintena de reclusos –muchos evangélicos– a tiro limpio para el control de la cárcel, hasta el enfrentamiento armado con la Guardia Nacional donde las bajas fueron de 20 Guardias heridos y 2 muertos, en una verdadera batalla campal que duró 8 horas, más la destrucción de vehículos de guerra, armas manejadas por expertos tiradores, podemos fácilmente concluir que estamos en presencia de una conspiración contra el proceso revolucionario y el presidente Chávez de origen externo, que va mucho más allá de la capacidad e inteligencia de los criminales delincuentes que, dentro del penal, dirigieron la fallida insurrección hamponil y que desde el exterior son políticamente dirigidos a través de los teléfonos celulares. Imaginemos que se escapa esa masa de delincuentes, armados hasta los dientes, con apoyo externo –paramilitares colombianos, entre otros– ¿qué podría ocurrir, como parte de un plan insurreccional, como hemos visto que se viene intewntando?

Nótese que los acontecimientos se producen cuando el presidente Chávez se ausenta del país y se van radicalizando día a día hasta hoy; son muchos los actores que participan en todo el complot, desde la canalla mediática, la prensa escrita, el bodrio de la CIA El Nuevo País, propiedad del agente del siniestro cuerpo extranjero, Poleo, y los panfletos El Nazional, el Universal y otros; la TV con el abierto y descarado golpismo de Globoterror –que le sale cierre por su incitación abierta a la insurrección, el terror y el derrocamiento abierto del “réeegimen”–, y emisoras como Unión Radio y otras de los circuitos radiales de la derecha. Después los parlamentarios neofascistas atacando sin piedad las políticas carcelarias del gobierno en los debates dentro de la Asamblea Nacional, y su activismo en las afueras de la prisión –Julio Borges y otros– y su abierta incitación a los familiares –más grupos de infiltrados que se hacían pasar como familiares de los presos pero tenían objetivos muy definidos de agitar, subvertir y manipular a los verdaderos familiares de los presos– para que atacasen a la GNB y al Ejército para que no ingresaran al penal. La acción, por parte de pequeños grupos, de trancar las principales vías de Guarenas y Guatire para crear el caos.

Fue tan planificada toda aquella bárbara acción que a las 2 de la madrugada del viernes, cuando el gobierno movilizaba los batallones de la GNB, más de 100 vehículos de supuestos o reales familiares se movilizaron hacia el penal para obstaculizar e impedir que las fuerzas militares llegaran a las adyacencias de la prisión, es decir, ya el alzamiento de los presos era cosa más que conocida por muchos de los familiares que formaban parte del complot y trataron de impedir que se hiciera la requisa. Toda Venezuela sabe que el gobierno pone por delante el respeto de los derechos humanos y que la toma de los dos penales no iba a ser a sangre y fuego, como lo hicieron los gobiernos adecos y copeyanos de la Cuarta República cuando se produjeron motines carcelarios (casos de El Marite, Tocorón, Retén de Catia, entre otros) donde sí hubo asesinatos masivos, sino persuadiendo a los presos rebeldes, como en efecto ha ocurrido.

¿Cuál era el objetivo, entonces, de diputados derechistas, de personajes siniestros y golpistas como Humberto Prado de una ONGs supuestamente defensora de los derechos humanos de los presos, medios de comunicación oligarcas y muchos familiares de tratar de impedir la requisa de la prisión y de los presos y de apoyar aquel bárbaro alzamiento, desconocer la legalidad y la institucionalidad y permitir que delincuentes y criminales dirijan un penal por encima de las autoridades del Estado?

La toma militar del Rodeo I lo dejó en claro: encontrarse con un poderoso arsenal de guerra, fusiles con miras telescópica, visores nocturnos, escopetas, ametralladoras, pistolas, revólveres, granadas, cacerinas, miles de balas, 50 kilos de cocaína, 15 de marihuana y 100 teléfonos celulares, hasta el momento. Y el país se pregunta: ¿Cómo entró allí tan descomunal armamento, más el que tienen los presos del Rodeo II? ¿Quién o quienes lo introdujeron? ¿Militares, civiles, ambos, pero cómo? Eso es algo que debe investigarse a fondo y extenderlo a todas las prisiones del país. Allí hay una conspiración contra el Estado por parte de funcionarios inescrupulosos, civiles y militares, ¿pero por qué tal cantidad de armamentos de guerra que es relativamente fácil detectar, sólo para que una banda someta a la otra, para que se exterminen entre sí u obedece a un plan político como se está evidenciando?

Evidentemente los sucesos del Rodeo I y II rebasan el simple tráfico de armas y drogas para que facciones de delincuentes controles un monstruoso negocio dentro de los penales, una verdadera industria que afecta tremendamente a toda la población penal que debe pagar vacuna para que lo trasladen a los tribunales o pueda hacer cualquier cosa dentro de la cárcel. Contactos en los tribunales, en las policías con funcionarios corruptos, con abogados y jueces venales que hacen más penoso y retardan aún más el proceso de justicia.

Evidentemente hay en esas cárceles un enorme hacinamiento, no están hechas para albergar tantas personas encarceladas por la comisión de delitos de diverso género. El gobierno enfrenta a la delincuencia –lo cual es un clamor de la sociedad– y no se ha preparado la infraestructura para una acción de detención casi masiva de delincuentes y bandas hamponiles –cerca de 25 mil en pocos años–, eso explica en parte el hacinamiento señalado, pero a eso se le agregan los sempiternos retardos procesales, la pasmosa lentitud judicial, los mecanismos legales que le dan un trato igual a hechos que no lo son, a detenidos por sospechas que los encarcelan y sus casos son prácticamente olvidados, la actitud de abogados que cobran a los familiares cifras exorbitantes para sacarle al preso, la acción policial contra personas que son delatadas telefónicamente, por venganza, y la policía científica no investiga a fondo y atropella familias y se lleva preso al delatado, a veces le “siembran” drogas, armas, etc.

Evidentemente la revolución no ha llegado al plano de la justicia, hay demasiada impunidad, la acción reivindicadora va muy lenta, los criminales presos, tocados por la contrarrevolución, introducen un elemento nuevo a esa situación que pretende ser politizada con la aparente bandera de la defensa de los derechos humanos de los presos y termina en un insólito enfrentamiento armado donde una cuarentena de presos someten a más de 3 mil quinientos presos, por la fuerza de las armas, los someten, los aterrorizan, los esclavizan y asesinan; ¿puede un Estado revolucionario permitir semejante absurdo?

Deben producirse en el mediano plazo una búsqueda radical y a fondo de toda esa situación en el plano de la justicia, allí no pueden continuar poniéndose paños calientes, es evidente que la contrarrevolución percibe la vulnerabilidad gubernamental y el descontrol de las cárceles; lanzan una acción paramilitar, un desconocimiento de las instituciones, generan matrices de opinión falsas, se mediatiza nacional e internacionalmente el problema con la trampa de la violación de los derechos humanos, circulan fotografías montadas por periodistas tarifados que presentan masacres supuestamente producidas por el Gobierno que nunca han ocurrido, fotos de otras épocas y años, se activa la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, institución que no sólo está conectada con la contrarrevolución venezolana sino que incluso la mayoría de sus directivos son enemigos de Venezuela y del gobierno revolucionario.

Globoterror juega un papel fundamental en toda esta conspiración. Sus violaciones a la legalidad, incitación al odio, transmisión de mentiras, llamados a la guerra se producen decenas de veces cada día y el gobierno no actúa, Conatel parece no existir y el pueblo, la comunidad está expuesta a aquella agresión, a esa manipulación. Eso forma parte del mismo problema. O la revolución llega al llamado poder judicial y la justicia se convierte de verdad en Justicia y no en una parodia de ésta, o lo mucho que se ha avanzado en el proceso revolucionario en materia social está amenazado con perderse. No hay mucho tiempo. El humanismo de la revolución bolivariana no puede sucumbir ante la inhumanidad burguesa, conspiradora, perversa, cruel, mercantilista que pretende erigirse en el poder dentro del poder y ante una oposición desalmada, canalla, inescrupulosa, vende Patria, criminal. Llegó el momento de la acción resuelta, justiciera y decidida por parte del gobierno para enfrentar un aparato –que no poder judicial– que está imponiendo los antivalores del capitalismo.

(humbertocaracola@gmail.com)
(Revista alternativa Caracola)
(Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios MoMAC)
(¡Libertad ya para los 5 héroes cubanos presos en las cárceles del imperio!)




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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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