Si nos ponemos sinceros, el gobierno revolucionario en estos momentos parece una sopa de pollo sin pollo. La ausencia del Presidente Chávez deja una tronera demasiado perceptible y difícil de tapar a pesar de los malabarismos que hacen los ministros, la mayoría de los cuales, a decir verdad, ha demostrado una eficiencia que antes era desconocida, tal vez porque la figura presidencial los opacaba y dificultaba que brillaran con luz propia.
A pesar de ello, los ministros, actuando en cambote o por separado, no logran proyectar los mismos niveles de confianza que la comunidad revolucionaria experimenta cuando es Hugo Chávez el que toma la sartén por el mango y se decide a encarar un problema.
Desde luego la administración pública puede y debe funcionar perfectamente sin que la figura presidencial tenga que intervenir en cada asunto. Para citar algunos casos podemos mencionar el Seniat bajo Vielma Mora, el Indepabis con Samán a la cabeza y el fenómeno del Saime, con el joven y eficiente Dante Rivas deslastrándolo de gestores, funcionarios venales y procedimientos ineficientes.
Por cierto, ahora que lo menciono, en lo personal preferiría que Dante Rivas continuara controlando el monstruo domeñado y no se exponga al Principio de Peter según el cual los funcionarios de éxito procuran alcanzar sus niveles de ineficiencia.
Pero volviendo a la acefalía gubernamental, la presencia de Chávez en nada modificaría la compleja situación de las cárceles bajo la férula de los temibles pranes. El problema rebasa la exclusiva responsabilidad del Ejecutivo y hace que las culpas se repartan entre carceleros, jueces y fiscales del Ministerio Público. Sin embargo, solo el presidente podría conminar a los involucrados para que corran o se encaramen
En cuanto a la marcha del país como un todo el Presidente Chávez debe estar satisfecho de haber iniciado proyectos que, como la Gran Misión Vivienda, son indetenibles y ya alcanzaron las órbitas donde pueden volar por cuenta propia, sin peligro de estrellarse.
Moralejas: 1- Está demostrado que Chávez nos mantiene a todos en vilo. 2- Si no está Chávez esta lavativa se podría volver fastidiosa.
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