Se trataba de un hecho histórico pues esa sería la X Constitución en el transcurso de la Historia; Simón Bolívar, y luego Antonio José de Sucre se habían encargado de redactar las primeras.
Alberto Blandón Schiller, el pintor Eduardo Esparza y yo formábamos parte del equipo encargado de la sección cultural. El Director de la Revista Javier Múnera, se enteró de la llegada de Facundo Cabral al país y nos propuso que lo entrevistáramos. Estaría en el Hotel Tequendama, el mismo sitio de las discusiones parlamentarias… lugar en el que siempre se alojó y que ha bautizado con su nombre la habitación que siempre tuvo a disposición.
Para tomar la decisión, debatimos un poco. Teníamos cierta dificultad para aceptar el reto por cuestiones de gustos; el tono y el estilo de predicador generaba alguna resistencia, pero eso contrastaba con lo mucho que nos gustaban unas cuantas canciones… que después aparecerían en ese excelente trabajo titulado “Lo Cortéz no quita lo Cabral…” y el año pasado regalé a un amigo el primer disco en acetato publicado por el Cantor. Así pues, teníamos muy claro que estábamos ante un hombre de vida extraordinaria y trágica, y que nuestro deber era agradecerle que nos brindara la oportunidad de entrevistarlo. Alberto Blandón sugirió que le preguntáramos temas puntuales, así que hicimos una lista que le propondríamos para que se sintiera a gusto; eso nos permitiría tener muchas opciones de dialogo.
Nos recibió a la hora acordada, llegó Wilson que apareció a última hora con su cámara que no servia para nada. Con franqueza le comentamos nuestras inquietudes así que nos dijo (trato de recordar), que Krishnamurti, el líder nacido en la ciudad de Madanapalle, Andrha Pradesh, India, su maestro, y con quien había compartido experiencias durante dos años, le había dicho que él no lo consideraba un buen cantante, sino más bien, un buen orador, que en ocasiones cantaba en forma agradable.
Nos contó que fue a la India varias veces con la guitarra al hombro y que la canción “No “soy de aquí… ni soy de allá” era consecuencia de las enseñanzas de su maestro Krishnamurti quien decía no tener nacionalidad… ser el hombre universal… maestro del mundo, precursor de la Revolución Psicológica… que como él… se presentó en la ONU, donde cantó acompañado del Payador Atahualpa Yupanki. Krishnamurti murió en California en 1986 a la edad de 90 años. Fueron las ideas del maestro la que lo impulsaron a viajar por más de 150 paises.
Ante la muerte de su hermano Nitya, Krishnamurti escribió esta frase que es buena en ocasión de la siembra de Facundo:“Mi hermano ha muerto; fuimos como dos estrellas en un cielo desnudo... Él era como yo, quemado por un sol ardiente...”
Con semejante entrada, que nos contó para brindarnos su confianza, dijo que era buena la idea de hablar sobre temas, así que le lanzamos el primero: The Beatles.
Facundo Cabral se iluminó de felicidad y dijo que ese grupo había generado un movimiento telúrico en la cultura del mundo, consideraba a Jhon Lenon un filósofo pacifista… y luego de un silencio se estremeció al recordar su muerte y nos dijo que el británico… “sólo se nos adelantó un poco en el viaje”.
Luego pasamos a hablar de Jorge Luís Borges. Nos dijo que era su gran amigo, solía llevárselo por los burdeles de Buenos Aires, pasearlo por la ciudad, pero en el transporte publico, para que su sintiera entre el pueblo pueblo. Contó que en uno de esos burdeles pasaron una noche leyendo la traducción que hizo Facundo de la obra Romeo y Julieta… al preguntarle qué había dicho el autor de Ficciones sobre aquella traducción, con timidez pidió que no lo fuéramos a publicar… y que ahora lo cuento para rendirle un homenaje a su memoria: “Borges dijo que esa era la mejor traducción de Romeo y Julieta que he leído”.
Pasamos a Federico García Lorca… y nos dijo que Borges le había comentado también que aquel era un poeta y que la muerte que recibió a mano de los fascistas españoles le abrió la puerta de la inmortalidad.
Luego pasamos al tema de Colombia… dijo que amaba a Colombia, conocía casi todas las ciudades más importantes y algunas regiones. Se había casado con una colombiana con quien tuvo una hija, pero las dos murieron en un accidente aéreo. Ese fue un momento muy difícil de la entrevista porque ante el recuerdo de su familia perdida Facundo respiró profundamente y lloró.
Como en la Constitución se discutía el tema de la objeción de conciencia… le preguntamos; conocíamos de su posición ideológica… otro muy duro momento, porque recordó que no había querido presentarse al el Servicio Militar y que fue torturado con picana en los testículos, lo que lo obligó a huir de su país.
Fue muy claro cuando dijo: “La única obligación que el hombre tiene con su patria, es brindarle la honestidad de su trabajo”… todo el fragmento fue reproducido en el periódico “El Objetor” y los jóvenes colombianos lo tuvieron como parte de las discusiones en la Asamblea Constituyente. Un gran aporte.
Facundo era también un excelente caricaturista, nos pidió papel y con un marcador realizó varias caricaturas de un personaje que se parecía a él o al poeta Walt Whiman, se trataba de un campesino sentado bajo la sombra de un árbol, con un sol espectacular… con la leyenda: “Deseo poco… y lo poco que deseo… lo deseo poco”. Esas caricaturas ilustraron los textos. Dijo de Whitman que la gente todavía no lo había leído, que otros no lo habían entendido… ni lo entienden hoy… a pesar de la claridad de sus versos.
El jefe de investigaciones de Guatemala, y otros funcionarios gubernamentales, ante el asesinato de Facundo, se apresuraron a decir que según lo observado “las balas no iban dirigidas al artista, sino, a su empresario”. La frase serviría muy bien a Edgar Allan Poe, para continuar con sus críticas filosas a la cultura de los investigadores policiales… Así es el Capital Destructivo… cuando se expresa para dar explicaciones… lo hace con lenguaje paradójico y con expresiones que indican su alto nivel de desarrollo: El cinismo… que es su fase superior…
El Cantor nos dijo en aquella cálida entrevista, una frase que pareciera enseñarnos las huellas de un monstruo que ha dejado su rastro sangriento y que viene atravesando el mundo y el tiempo desde la muerte de Cristo…
Dijo Facundo “Siento gran admiración por Jesús, Lenon, Ghandi, Luther King, Lorca, El Ché…” Ahí está pues esa monstruosidad que entró al mundo en pleno Siglo XX… e inmortalizó a estos personajes que cayeron… de la misma forma que Facundo Cabral.
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Esta nota va como agradecimiento y a la memoria de Facundo Cabral y
A los 30.000 lectores y lectoras que han visitado
los textos que me ha publicado amablemente
la dirección de Aporrea…medio alternativo…
franciscoamin@hotmail.com