Contra la política boba

"Mírala, ya va a venir otra vez con lo del comunismo, la sociedad civil…", y efectivamente la diputada ensaya la misma pieza de oratoria que varias veces ha ido a parar al barril sin fondo de los discursos antipopulares, sin sazón, de salón, tipo "se reserva el derecho de admisión". "Ahí viene otra vez con lo de ustedes y la Cuarta República y el golpe de Estado…", y lo sorprendente es que el comentarista, cualquiera, es capaz incluso de anticiparse al orador, de repetir lo que va a decir como quien lee subtítulos en un televisor en modo silencioso.

Tanto en el caso de la furibunda anticomunista como en el caso del representante del "pueblo legislador", son discursos que impresionan por lo predecibles: todo lo que se dirá ya ha sido dicho. Sin novedad alguna en el frente de batalla. Parecen discursos aprendidos de memoria, estancados, escleróticos, casi siempre sin anclaje en el ritmo vertiginoso de la política venezolana, que ralentizan a la revolución bolivariana, y lo que es más grave, desvinculados de las demandas y aspiraciones populares.

En líneas generales, nuestros medios públicos, lamentablemente, reproducen la misma lógica: juego de espejos con lo peor de los medios privados, repetición hasta el infinito de lo mismo. En otra parte he llamado a esto lógica de las "dos minorías" y he planteado la necesidad de repolitizar la gestión comunicacional, volteando la mirada hacia la calle, escuchando y dándole voz al pueblo.

En las actuales circunstancias, el enemigo a vencer es el hastío que produce la imposición de esta política necia, mentecata, que se hace la tonta, la sorda, frente a lo que el pueblo tiene que decir, pero es todo oídos para los insultos y las invectivas que provienen de la acera de enfrente.

Se trata de una política boba, que implica, de hecho, limitar el ejercicio de la política a la disputa por el supuesto derecho que tendríamos todos de agraviar a nuestros adversarios. La política en su estado más ruin, reducida a la lucha por el derecho al insulto. ¿A quién le interesa que unos y otros compitan por quién grita más fuerte o quién profiere la ofensa más hiriente? ¡A muy pocos!

Contra la política boba, petulante, jactanciosa, pero al mismo tiempo sorda, que se ofende y escandaliza cuando es el pueblo el que reclama, lo que corresponde, parafraseando a Bolívar, es política caribe. Es decir, una política que ponga el acento en lo popular, en lo que somos, hacemos, pensamos, sentimos, opinamos, cuestionamos como pueblo que lucha por hacer una revolución. Una política con énfasis en lo nuevo que vamos siendo, creando, y no en la repetición de lo viejo. 

reinaldo.iturriza@gmail.com

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Reinaldo Iturriza López

Ministro del Poder Popular para las Comunas

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