El petróleo es un debate que no termina. Alfa y omega de la economía venezolana desde la segunda década del siglo pasado ha derivado en diferentes maneras de concebir su relación con la sociedad, con el estado y con el capital privado nacional y particularmente el transnacional.
Una larga y rica historia de nacionalismo petrolero nos pertenece como nación y, ello hizo posible avanzar progresivamente en el control de la industria por parte del Estado, siempre en contraposición al pensamiento “colaboracionista” por transnacionalizado que no concebía, y aun no concibe, desarrollos de la actividad industrial de los hidrocarburos sin presencia de capital extranjero al cual subordinarse.
Un último episodio de tal disputa histórica la libró el Gobierno Bolivariano al denunciar y desmontar con éxito la llamada “apertura petrolera” que cobró fuerza de política petrolera en la década de los años ochenta y noventa durante los gobiernos de AD, COPEI y Convergencia. Se detenía la operación mejor pensada por las elites o gerencia “meritocrática” de PDVSA para progresivamente privatizarla, no solo por entregar áreas petroleras bajo contratos o convenios operativos lesivos a los intereses nacionales o autorizar descuentos nocivos en las ventas al mercado norteamericano (Citgo petroleum), también por intentar arrebatarnos la riqueza de la Faja Petrolífera del Orinoco, en la cual esta el principal reservorio de hidrocarburos del planeta tierra.
Recuérdese que limitaron a Pdvsa a tener la minoría accionaria de las asociaciones estratégicas de la faja, así como a la vulneración descarada del régimen fiscal petrolero nacional al permitirles a las transnacionales pagar el irrisorio 1% de regalías y el impuesto sobre la renta no petrolero.
La derecha acecha, tiene la esperanza de regresando, supuesto negado, al poder político, reinstalar la desnacionalización de nuestra vital industria. Tengo la convicción de que la revolución bolivariana esta obligada a dar el debate programático con la llamada Mesa de la Unidad Democrática como expresión del pasado que gobernó y de los grupos económicos poderosos que apuestan a dominar la industria petrolera. No tiene porque ser un debate de descalificaciones personales, de injurias o improperios; debe ser riguroso, propositivo. Pensando en las decisiones que tomará nuestro pueblo en 2012 se hace imprescindible debatir sobre el futuro de nuestro petróleo.
La MUD debe ser desnudada ante el país en un tema capital a la vida venezolana, el petrolero. Uno de los lideres de la vieja pdvsa, el señor Alberto Quiroz Corradi, planteo recientemente ( El nacional, 31-07-11) las condiciones o criterios de la “futura” industria petrolera que pasan por sustituir el actual concepto de propiedad de los yacimientos para negárselo al Estado, modificar la Ley de hidrocarburos, líquidos y gaseosos para que hasta un 80% de las acciones de la empresas mixtas sean colocadas en las Bolsas de Valores, liquidar a PDVSA, sustituyéndola por una “agencia petrolera intermediaria entre el Ministerio de Petróleo y las operadoras”. Todo el andamiaje conceptual se sustenta en el criterio neoliberal de que el estado sea un mero “vigilante del proceso”, dado que de fondo subyace la tesis globalizadora del recurso, según la cual el dueño de la riqueza del subsuelo es toda la humanidad y no naciones o pueblos. Esta noción avala la política imperial de los EEUU que para atender su desbocado consumo de energía agrede pueblos y desestabilizan gobiernos que controlan nacionalistamente el petróleo.
Es esta la propuesta petrolera de la MUD? Estimo que si. Lo trascendente es que de nuevo demos la discusión con la derecha neoliberal, aperturista y desnacionalizadora, para de cara a nuestro pueblo reafirmar un camino superador de un tiempo oprobioso, entreguista, empobrecedor que se alejaba del ideal sublime de tener PATRIA por construirla y defenderla.
Si en algo puede empinarse con orgullo la revolución bolivariana venezolana es en su política petrolera, ella además de nacionalista, es liberadora y su carga de futuro no puede ser negociada. El petróleo es venezolano ahora si, y ello no tiene precio. Vamos a defenderlo.
rodrigo1cabeza@yahoo.com