Es paradójico lo que se afirma en Venezuela, cuando se habla de desconfianza en la economía, puesto que si se revisa los escasos indicadores, la desconfianza no se expresa en los datos, sino en las palabras de protagonistas que se dedican a la política.
Al hablar de desconfianza en un sector económico es más probables que las cotizaciones caigan, debido a temores de debilitamiento de dicho sector, pero en Venezuela en todos los casos, en los de confianza y los de desconfianza siempre ha habido una postura contra el bolívar y siempre los precios se impulsan al alza de manera irracional.
Por ejemplo, se ha destacado que la inseguridad atenta contra la actividad económica del turismo, es obvio que ese sector se vería afectado o mermado, por lo tanto si existe temor a hacer turismo en Venezuela, tanto del mercado interno como del externo, la actividad se deprime, para compensar la caída entonces los empresarios deberían emplear ofertas en hoteles, precios accesibles en restaurantes y otros servicios que hagan atractivo al sector, pero no es lo que ocurre.
Actualmente hay un debate respecto a la vivienda de alquiler. Se promulga una Ley que según voceros ligados al negocio, la situación ya no es favorable a los arrendadores, la reacción que suponen es que habrá menos ofertas de unidades para alquilar, por lo que obviamente los precios seguirían al alza. Pero en un mercado ordenado, más bien debería haber ofertas porque el sector al “no ser rentable”, quienes disponen de unidades lo lógico es que salgan a vender sus bienes para protegerse de una depresión, pero no es lo que ocurre en el paradójico mercado venezolano.
Si bien la desconfianza de la gran mayoría de venezolanos se establece en la moneda local, el bolívar, no cae directamente en la economía, porque la demanda de bienes y servicios continúa en el país. Pese a que la Bolsa de Valores de Caracas no se puede tomar como expresión de la economía venezolana en su totalidad, si muestra una parte de ella, y es que en 2011 el Índice Bursátil Caracas (IBC) ha subido 53,07%, con todo y que este negocio ha perdido atractivo y mucha liquidez. Supera en 2,58 veces la inflación interna, muy por encima que la inflación externa, que haber comprado dólares para “protegerse”, que haber comprado incluso oro que en Venezuela arrojaría según cálculos propios apenas una rentabilidad de 21,94% en lo que va de 2011, sin descontar la inflación. Quien hubiese invertido sus bolívares en dólares en lo que va de año, con la situación de crisis global, habría perdido -0,75%.
Hay una irracionalidad, muy influenciada por el aspecto político, las personas desconfían del bolívar, pero paradójicamente confían en la economía, los datos así lo expresan, de allí que se puede establecer que el bolívar se encuentra muy sobrevendido, por supuesto que la presión que se genera desde el BCV con el incremento de la liquidez monetaria también cuenta, pero en una economía deficitaria como la venezolana, si no hubiese ese estímulo, la recesión sería muy profunda. En el caso del sector inmobiliario se ve un riesgo, si bien los precios del mercado secundario están muy altos, lo que hace las viviendas en Venezuela muy sobre compradas obviamente porque hay déficit, es bueno preguntar, ¿A quién piensan vender a esos precios? Porque es cierto que la liquidez subió 20,34%, pero el dinero no lo tiene el público en sus manos, está en la banca.
Gráfico 1: La liquidez monetaria (M2) ha subido 20,34% este año. (Fuente: BCV)
24-09-2011
CNP 16478
