Medicinas a precios de muerte

Sufro una enfermedad crónica que me obliga a consumir medicamentos de manera permanente. Ello me permite apreciar la manera desproporcionada como aumentan los precios de las medicinas, algunas de las cuales cuestan hoy cuatro o cinco veces lo que valían hace pocos años.

En descargo del Gobierno, me anticipo a reconocer que existen farmacias u oficinas dedicadas a despachar medicinas de alto costo que sólo podrían ser compradas por multimillonarios si no las entregaran gratis a los pacientes certificados.

Gracias a esos buenos samaritanos, los enfermos de cáncer o, como en mi caso, los que necesitan Tobi (tobramicina nebulizada), pueden obtener lo que requieren sin costo alguno. Lo mismo ocurre en ciertas farmacias que despachan antibióticos que una persona normal no podría comprar por falta de recursos.

Estoy seguro de que la situación actual del presidente Chávez lo habrá hecho pensar en esos problemas y solicitar información adecuada. Por suerte, el Gobierno ha dado la cara y lo hace con cierta eficiencia.

Sin embargo, los consumidores de medicinas en Venezuela no tienen resuelto el asunto pues, por lo general, los medicamentos son tratados como mercancías destinadas al enriquecimiento del vendedor y demás intermediarios.

A estas alturas, creo que estamos de acuerdo en que todas las medicinas deberían ser gratuitas y repartirse a través del Gobierno nacional, así como gobernaciones y alcaldías.

Lo malo es que conservamos un esquema mixto y buena parte de los medicamentos terminan en los mostradores de farmacias privadas que mas bien parecen "boutiques" y religiosamente nos clavan los aumentos de precio sin tener paz con la miseria.

Lo que no logro entender es por qué suben los precios si son adquiridas con dólares preferenciales de Cadivi. Medicamentos en gotas o en cápsulas que tenían costos razonables se disparan hacia las nubes.

¿No podría obligárselos a exhibir el precio que paga el importador para conocer los porcentajes con que se están lucrando? Creo que la nueva Superintendencia de Costos y Precios Justos llega en el momento adecuado. Su titular, Karlín Granadillo, puede contar con mi consecuente y decidido apoyo.

augusther@cantv.com


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Augusto Hernández


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