El estímulo de las Misiones fue a parar a la banca

El gobierno debió crear un indicador del gasto de las misiones sociales

Uno de los aspectos fundamentales que ha sido combustible de la inflación venezolana, es la combinación de la caída de producción interna y el alza del gasto público. Estos componentes no han sido revisados de manera estricta, ni de parte de gestores del gobierno, ni de parte de empresarios o gremios comerciales que permitan dar al venezolano una visión objetiva sobre los efectos que ha tenido la política del país en el desempeño económico.

Porque ha habido una diatriba política que ha nublado el querer establecer instrumentos de medición que ayuden a vislumbrar lo que ocurre macroeconómicamente. Un aspecto de ello tiene que ver por ejemplo la poca claridad que se tiene del gasto público, desde el punto de vista técnico, mediante las misiones sociales implementadas por el presidente Chávez, en un sentido de percepción o como dato económico interno.

Antes se deja claro, la implementación de las misiones sociales, a partir del 2005, se adelantó a la crisis “subprime” que produjo la quiebra masiva de bancos en el mundo, y el lector preguntará, qué tiene que ver una cosa con la otra, pues que el gobierno comenzó un programa de gasto público muy elevado, que se puede ver en el tamaño de la liquidez monetaria actual, y se adelantó a la “guerra de divisas” que se precipitó globalmente tras el colapso de Lehman Brothers en 2008, con el desatino de los gobiernos del norte de aumentar la liquidez vía financiera y no vía gasto público, porque la crisis afuera ha producido más bien austeridad y desató una lucha contra la deflación, en Venezuela los efectos de las misiones fueron al contrario, generaron inflación, pero porque el sector privado, liderado por Fedecamaras, Conindustria y Consecomercio, comenzó a bajar las “santamarías”, más por razones políticas que por macroeconómicas.

Se tiene que criticar por supuesto que desde el gobierno no se creó un seguimiento fiel a la implementación del gasto público con las misiones, mediante un índice que permitiera determinar por vía fundamental la cantidad de dinero que se pondría en circulación en el país por esa vía y que se hiciera público, de modo que el sector productivo pudiera tomar sus previsiones. Los empresarios, no interpretaron a las misiones sociales entre 2005 y 2010, como un estímulo económico, así como desde 2008 la FED implementó los planes de flexibilización cuantitativa para evitar el colapso financiero global, la diferencia es que en Venezuela fue un estímulo directo a la población, el segundo ha sido para salvar a los banqueros de EEUU y Europa.

Entre 1998 y 2008 el gasto público del gobierno aumentó 1788%, en 2006 el gasto público por habitante crece 46,8%, en 2008, 57,10% del gasto público, fue gasto público social, según datos de Min Finanzas. Es muy posible pensar que la implementación de las misiones tuvo un objetivo político, que tenía como fin producir una victoria del presidente Hugo Chávez en el primer referéndum que enfrentó, pero las decisiones políticas también tienen su peso fundamental en la macroeconomía.

La medida del sector privado, liderado por Fedecámaras, Conindustria, Consecomercio y otros fue producir un cierre masivo de empresas, fábricas y negocios, motivado también por los efectos de caída de confianza psicológica generados por un programa de estatizaciones y expropiaciones de grandes empresas de parte del Estado. Conindustria ha dado cifras de cierre de empresas de casi 50% desde 2005, lo que conlleva a la caída de la producción de bienes y servicios, que combinada esta acción con el estímulo de colocar dinero público a circular, ha generado la inflación más alta del mundo actualmente, porque hay menos productos que ofrecer a la población, con más efectivo circulante en su poder, quedando Venezuela a merced de las importaciones y los precios internacionales.

El hecho de no haber un indicador macroeconómico o financiero, por ejemplo del gasto en las misiones sociales, que permita guiar a los productores y consumidores sobre sus previsiones, no ayuda a dar una lectura fiel sobre lo que ocurre macroeconómicamente, creando toda esa confusión, una situación de estancamiento e inflación, que debió ser mas bien desarrollo, crecimiento y aumento de la producción, porque el estímulo de las misiones fue una manera de protegerse contra la caída global, pero que no se supo gestionar en el marco de una política acordada entre los líderes políticos y los factores empresariales privados, públicos, mixtos, comunales y cooperativistas. La economía no supo absorber el estímulo y quedó atrapada en la altísima liquidez monetaria que hay hoy en la banca venezolana.

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Alex Vallenilla


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