Sabemos que nada es perfecto en este mundo y, mucho menos, en el género humano y en la política. Todo Estado, todo gobierno, todo proceso como todo partido político e, incluso, como personas en particular, no están exento de cometer errores o desaciertos. Lo más importante es corregirlos, cuando se cometen, de la manera más consciente y sabia posible. Seguimos creyendo en esa histórica consigna del maestro Simón Rodríguez que cuadra perfectamente en la política: ¡Inventar o errar! Sin embargo, agregamos que lo fundamental es intentar inventar más errando menos.
Creemos que en el mundo actual, bajo la dominación global del capitalismo imperialista nada está decidido o concluido aún en la definición de un destino único para el mundo en lo más inmediato, las contradicciones entre clases se agudizan como entre Estados. Y eso lo demuestran las profundas crisis –especialmente económicas- que ha vivido, vive y vivirá el capitalismo, que en vez de producir la estocada final para ese viejo modo de producción (que ya no ofrece ninguna alternativa de solución de desarrollo progresivo y humanitario al planeta Tierra) y la construcción de uno nuevo (que nosotros denominamos socialismo y que facilite el desarrollo combinado de todas las sociedades que conforman el mundo), el resultado ha sido que cada vez más se incrementa la miseria, la violencia, la pobreza para la inmensa mayoría y la riqueza para la menor minoría, el sufrimiento, la prostitución, la delincuencia, la marginalidad, el desempleo, el deterioro del salario real de los explotados o trabajadores, la inflación, el pillaje de las materias primas por parte de los pocos países imperialistas, la privatización de los fundamentales servicios públicos, el compromiso de Estados en créditos que endeudan incluso hasta el derecho a la autodeterminación o soberanía. En fin, las crisis han sido y, hasta ahora, contiúan siendo superadas –fundamentalmente- por el capitalismo monopolista en perjuicio de los pueblos que terminan pagando los platos rotos como convidados de piedras. Hasta ahora, las crisis no han producido revoluciones proletarias como sería lo ideal.
El capitalismo nada puede ofrecer para solucionar de raíz las crisis. Sólo las supera temporalmente aumentando el sacrificio de los pueblos pero todavía no cae y lo que más le favorece es la crisis de dirección revolucionaria que existe en casi todo el mundo y, especialmete, en las aciones más desarrolladas del capitalismocomo consecuencia de un proletariado pragmático que se resigna a los medianos beneficios económicos que obtiene de los patronos o monopolios económicos. El mundo, en este momento de la historia, .se caracteriza esencialmente por cuatro aspectos: crisis económicas en las naciones de capitalismo más desarrollado; guerras imperialistas en cayapa por reparto de riqueza y dominio territoriales; alzamientos masivos de población para derrocar autocracias sin ninguna perspectiva revolucionaria de transformación económicosocial; y crisis de dirección revolucionaria.
Ante esas realidades, a nuestro juicio, la única alternativa real de combate contra la injerencia imperialista en los asuntos internos de otras naciones y en hacer valer el derecho a la autodeterminación de los pueblos, es defender los procesos revolucionarios que se adelantan en países como fundamentalmente: Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua; es decir, lo que se conoce como el ALBA. No nos vamos a ocupar, en esta oportunidad, de analizar caso por caso y, mucho menos, de ventilar las diferencias entre los procesos en su exterioridad como en su interioridad ni tampoco a expresar las cosas que nos parecen ha debido hacerse y no se han hecho como las que se han hecho que no ha debido hacerse. Para eso están otros mecanismos o vías muchomás efectivospor ahora, aunque nada es más próspero para corregir desaciertos que el reconocimiento público de los mismos. Lo que sí consideramos de vital importancia es señalar que los elementos que afecten el proceso revolucionario en uno de los países antes mencionados afectan alos demás y los que favoirezcan a uno, favorecen a los demás. Esa es la interrelación dialéctica de los fenómenos que confirman la internacioalización de la lucha revolucionaria por objetivos revolucionarios.
Actualmente, muchísimo más que ayer, la lucha política se caracteriza por el choque antagónico de intereses y de fuerzas y no por la exposición poética del lenguaje o de las palabras o argumentos. Las leyes de las revoluciones burguesas continúan siendo aplicables a las revoluciones proletarias. Ninguna nación o ningún pueblo, en este período de la historia, puede aislarse del contexto internacional alegando que va a construir tal o cual tipo de sociedad. El mercado olaeconomía demercado es mundial y allí están las leyes que se establecen para todas las naciones que lo conforman, indepediente de que unos gobiernos se planteen el socialismo y otros el sostenimiento del capitalismo. La verdadera lucha por el futuro se sintetiza en: o triunfa el socialismo o la mayoría del planeta desaparece bajo los estragos del capitalismo salvaje. Por eso estamos entrando al tiempo en que la juventud, formada política e ideológicamente, tiene que arrastrar tras de sí a los seres maduros y a los viejos hacia la conquista de un mundo que se conduzca a plagarse de justicia, de libertad y de solidaridad. La época de decir una cosa pensando en otra u haciendo otra, no tiene cabida en los espacios del campo de los revolucionarios.
El capitalismo, especialmente el imperialista, tiene mucho interés en imponer y mantener la paz que sea más pesada para los pueblos, esa que le permita saquear sin violencia las riquezas de otras naciones. Para ello hará uso de todos los medios de lucha política posibles: pacíficos (electorales), semiviolentos (estimulando desobediencia activa y en las calles contra gobiernos que no les sean afines) y violentos (que le permitan intervenir militarmente en los asuntos internos de otros países). El imperialismo, para lograr sus fines, es capaz de inventar y hacer creer todo lo que le resulte favorable para justificar su intervecionismo en los asuntos internos de otras naciones. Esa es su historia verdadera.
El 7 deoctubre de 2012, para los venezolanos y venezolanas, no está en juego simplemente la figura presidencial. No, está en juego el destino de la nación y la historia más inmediata del pueblo. Son dos visiones de mundo que se enfrentan en las urnas electorales: la individualista que sigue conservando todos los principios y las leyes del capitalismo como la única razón de garantizar la vida humana aun cuando la mayoría persista viviendo en la miseria y la minoría en la riqueza y la colectiva, que plantea la necesidad de ir creando las condiciones socioeconómicas para que en el futuro pueda construirse un nuevo género de sociedad donde imperen la justicia, la libertad y la solidaridad que son, de paso, terriblemente negadas por el capitalismo a los pueblos actuales. Eso es lo que se decide en el venidero proceso electoral del 7 de octubre de 2012.
Nosotros (como organización política “El Pueblo Avanza”) no vamos a participar, en la campaña electoral descalificando a nadie, maltratando a nadie, negándole derechos a nadie, diciéndo o inventando mentiras a nadie, burlándonos de nadie, prometiendo lo que no podemos cumplirle a nadie, subestimando a nadie pero tampoco sobrestimándonos y, mucho menos, creyéndoos todopoderosos para sustituir lo que es insustituible como es el pueblo en su participación. No somos nadie para andar dictándole cátedras al pueblo para ejercer su derecho y deber del voto. Trateremos de ser lo más objetivo posible en base a nuestras capacidades, conocimientos y medios de existencia. Seremos muy respetuosos de las verdades y rechazaremos las mentiras que se pretendan vender a la conciencia del pueblo venezolano con la finalidad de arrancarle la posibilidad de su voto consciente en el proceso electoral de 7 de octubre de 2012.
Sí vamos, porque es un derecho y un deber que nos corresponde como venezolanos y venezolanas militantes de El Pueblo Avanza (EPA) creyentes en el ideal marxista, llevar nuestras opiniones, nuestros análisis, nuestras creencias, nuestras reflexiones y nuestras conclusiones y consignas a los diversos sectores del pueblo que podamos llegar o tener acceso a esciucharlos, que nos escuche y a intercambiar ideas y opiniones. No vamos a intentar imponerle nada a nadie, sin amedrentar a nadie y sin falsearle la verdad a nadie. Explicaremos, por diversos medios y con métodos que creemos acertados, las ventajas que implica votar para reelegir al camarada Chávez a la Presidencia de la República. En definitiva, para nosotros, el proceso electoral que culminará el 7 de octubre de 2012 con la elección del Presidente de la República, será una gran batalla de las ideas, donde el arma de la palabra, el concepto, el argumento será de una importancia capital para la decisión que tomará la mayoría de la población con su voto.
No veremos el proceso electoral como el enfrentamiento o la competencia entre dos o más candidatos a la Presidecia. No, lo interpretamos como la presentación al electorado de dos proyectos o dos programas de gobierno distintos o, mejor dicho, dos visiones de mundo diferentes que más arriba ya hemos señalado. No son la existencia integral del capitalismo ni el socialismo propiamente dicho quienes están en juego o en peligro en la elección presidencial del 7 de octubre de 2012. No, lo que está en juego es, por un lado, la posibilidad inmediata de volver a los esquemas más estrictos del capitalismo salvaje privatizando los fundamentales servicios públicos y las primordiales fuentes de la riqueza económica venezolana y, por el otro, la posibilidad de continuar aplicando políticas económicas o sociales que permitan ir abriéndose paso para la obtención de mayores beneficios socioeconómicos para el pueblo venezolano. Es como una pugna entre lo viejo que se quiere conservar para que el status de capitalismo subdesarrollado predomine a favor de unospocos y en perjuicio dela mayoría y lo nuevo que se pretende establecer para cambiar el rostro de la sociedad siendo la mayoría la favorecida. La primera fórmula está representada por el candidato de la Mesa de la Unidad (MUD) y la segunda por el camarada Chávez. El pueblo votante, decide.
Ya nosotros, hace unos meses atrás, expusimos públicamente nuestra decisión de participar en el Polo Patriótico, convencidos de que es un importante instrumento político de elaboración y ejecución de políticas que redunden en beneficio del avance continuo del proyecto revolucionario que lidera el camarada Chávez. Incluso, lo repetimos, no pretendemos más que poner nuestro granito de arena no sólo para defender lo progresivo del proceso bolivariano sino, también, para el triunfo del camarada Chávez en la elección presidencial del 7 de octubre de 2012 sin exigir prebendas de ninguna naturaleza para nuestra organización (El Pueblo Avanza) –en general- ni para ninguno de sus militantes –en particular-.