El 4F, así como el 6 de diciembre de 1998 con la primera elección de Hugo Chávez, son fechas emblemáticas para entender el proceso de acumulación revolucionaria de resistencia y lucha de más de 200 años, desde la primera independencia, hasta la revolución bolivariana.
Son claros los fracasos y victorias del pueblo en ese transcurrir. La ausencia notable de liderazgos nacionales, salvo el del propio Bolívar y Zamora. Pero sobretodo son procesos de grandes aprendizajes.
Con el logro independentista, la lucha zamorana y otras de menor trascendencia pero también importantes, el pueblo a devenido en el tiempo en una larga lucha enfrentando la imposición de modelos esclavistas, feudales y capitalistas, y en las ultimas décadas del siglo XX, la imposición de la fase neoliberal imperialista de explotación humana y expoliación de la patria.
Ya el Caracazo en 1987, ante la ausencia de una vanguardia política popular, había dado una violenta y espontánea respuesta al modelo de explotación pro imperialista imperante. Al sumarse conscientemente a ella, la juventud militar, y por otra parte la juventud policial, incorpora dos factores insurgentes nuevos, el factor social de militares y policías nacionalistas y armados, al ya dilatado proceso de acumulación insurreccional de resistencia y lucha histórico, para entonces, ante la patética y desaforada realidad de entrega de los intereses nacionales al Sistema Financiero Internacional, a través del FMI y el BM, y de entrega y privatizaciones de las riquezas nacionales con claro dominio político-económico de EEUU, que liquidaba y desbarataba el Estado Nación, privatizando todo cuanto se les atraviese enfrente, en infame desmembración de la Nación.
Ese proceso en crecimiento de acumulación revolucionario que resistía, se precipita y acelera ante una subjetividad política de importantes sectores jóvenes patrióticos militares y policiales en 1992, activado con beligerancia política nacionalista y anticorrupción. Sumado ello, estaba presente el importante deterioro político y ético de las estructuras partidistas tradicionales que sustentaban el oprobioso régimen de explotación, que se desmadran, con su liderazgo en extinción, encentrándose impedidos para continuar sustentando política y económicamente el sistema capitalista venezolano expoliador.
La resistencia popular consciente y en organización creciente, junto a la lucha por la libertad de los detenidos y contra la represión de los dirigentes de las insurrecciones del 4F y 27N del 92, que habían fracasado militarmente; junto al proceso de construcción política de la “alternativa democrática constituyente” en pueblos, calles y ciudades de todo el país, como plan político nacional concreto; sumado a la consolidación de la fuerza política del MBR200, primero, y luego con la construcción del “frente electoral” alrededor del MVR, consolidan el nuevo liderazgo nacional de la resistencia anticapitalista y patriótica del torrente insurgente libertario, encabezado inequívocamente por Hugo Chávez, y en mucho menor grado de sus seguidores dirigentes y Comandantes, ratificándose todos ellos electoralmente con la elección como Presidente el 6 de diciembre de 1998 y como miembros del último Congreso Nacional que extinguen con el llamado a constituyente. Luego se va decantado el liderazgo real, proceso que aún continúa y falta todavía para su depuración definitiva.
Luego, la historia es ya mas transparente, contrastante con el oprobioso pasado, viva y presente.
Significativos son los avances y conquistas en 13 años de construcción de la democracia participativa y protagónica en lo político, y en lo económico-social significativos avances hemos alcanzado, mejorando notablemente las condiciones de vida del país y de nuestro pueblo para la mayor equidad posible y la soberanía patria.
Por supuesto, a veinte años del 4F, no están ausentes errores y desviaciones, ante las que el pueblo no descansa en su denuncia y en revelarse. NO los(as) admite como propios(as). Con empeño patriótico, insiste en su revisión, rectificación y reimpulso. Persisten aquí todavía grandes deudas, como la corrupción, el caudillismo y el autoritarismo, entre las más perniciosas, en muchas estructuras políticas y del Estado.
El camino está trazado para los revolucionarios bolivarianos. Un Comandante con claro liderazgo revolucionario y popular: Hugo Chávez. Imprescindible es la solidaridad internacional de Estados, gobiernos y pueblos insurgentes y antimperialistas que vean en nosotros liberación y soberanía con su ejemplo diario, si vacilaciones. Necesarias y vitales son las N Rs para enmendar desviaciones, sobre todo la R de rapidito. Fortalecer el estudio y la capacitación política y para el trabajo es prioritario, y sobretodo: reforzar el trabajo concreto al lado del pueblo, mandando obedeciéndolo; con organización democrática-protagónica y movilización permanente; ante las persistentes e inminentes amenazas imperiales, para el avance y preparación de la resistencia ante el acecho imperialista que seguirá.
El desafío de nuestra revolución bolivariana está hoy a la vista. En lo inmediato, junto a lo anteriormente expuesto: TENEMOS que arrasar electoralmente el 7 de octubre. Esa es la inequívoca prioridad y orden. Preparándose para la defensa bolivariana pacífica, “…pero armada…”, y seguir cosechando triunfos, aprendiendo hacia la construcción del socialismo.
¡Amando venceremos!