Este proceso revolucionario está en la obligación de realizar profundas reflexiones acerca del escaso avance del país en materia de desarrollo tecnológico. Si bien, el Parque Industrial Nacional, impulsado por el estado, experimenta un crecimiento y además la diversificación en bienes de producción, se tiene que dar una discusión del porqué no se ha producido Transferencia Tecnológica, ni siquiera un ligero crecimiento en las actividades de desarrollo de las Industrias de Bienes de Capital.
Veamos dos casos, Primer caso: Plantas Industriales en el área Agroindustrial. Para el procesamiento del maíz y del arroz, el número de plantas industriales instaladas es bastante elevado, las mismas se caracterizan por ser Plantas Gemelas y de un mismo proveedor. Hasta donde ha informado el Presidente, Argentina e Irán son los países de proveedores.
Aquí tenemos que detenernos para iniciar las reflexiones y comenzar a preguntarnos, partiendo del hecho que la tecnología asociada a estos equipos es sencilla. Es decir, el nivel de Transferencia Tecnológica es bastante fácil de transferir: ¿Cuántas plantas de estas pudieron ser fabricadas en el país?, ¿Qué grado de ingeniería asociada a estas plantas, la podemos certificar como Transferencia Tecnológica Adquirida?, ¿Cuántas piezas y maquinarias de estas instalaciones, estamos ya en capacidad de producir?.
Veamos este otro caso: Plantas Ensambladoras de Tractores y Microbuses. El número de tractores y Microbuses ya ensamblados en el país, así como el tiempo que llevan esas actividades realizándose en el país, sugieren que ya es necesario pasar a una nueva etapa de desarrollo tecnológico, el cual sería la de construcción de los motores que impulsan estos equipos. Ya es hora que los responsables de la planificación en materia de Transferencia Tecnológica, le den una buena nueva al país, y les comuniquen que las Fábricas de Tractores y de Microbuses están listas para ensamblar el primer Tractor y Microbús Venezolano, con un Motor Diesel Hecho en Venezuela. Queremos escuchar por lo menos, algo que insinúe la creación de las primeras empresas de fundición y maquinado, que fabricarán los primeros Bloques de Motores Diesel ó que ya se están contratando con empresas de fundición venezolanas ó extranjeras, una prueba piloto para tal fin.
En estos dos casos, la inversión del estado en materia de recursos financieros es alta, también la orientación dada a la economía para la inversión, desarrollo y mecanización del campo es muy clara y acertada, asegurándose así los recursos necesarios para sostener estos Proyectos Metalmecánicos de Desarrollo Tecnológico. Las señales que da la empresa privada, para inversiones en este sentido, son muy tímidos. Habrá que dialogar con ellos, y recordarle la decisión del Presidente Chávez, en cuanto a hacer los mayores esfuerzos para superar este estado rentista y evitar alguna nostalgia por ese modelo de país Monoproductor. Por lo pronto, si aspiramos a un rápido desarrollo Nacional, será el estado quien deba hacer el mayor esfuerzo para cubrir este potencial vacio, y prever los proyectos necesarios para desarrollar todas las Empresas de Bienes de Capital, necesarias para cubrir este severo rezague tecnológico existente en el País.
Los dos casos expuestos acerca de Instalaciones Industriales, se ubican repito en bajos niveles de dificultad tecnológica. Partiendo de esta afirmación, vamos a tratar de recordar las experiencias que existen en el país.
Una primera experiencia, tiene que ver con el desarrollo del actual sector metalmecánico proveedora de equipos a nuestra Industria Petrolera. Como se sabe, buena parte de la compra de los equipos y bienes que hace PDVSA son fabricados en Talleres Venezolanos. Estos talleres no se hicieron de la noche a la mañana, la Industria Petrolera creo las condiciones para que se crearan y crecieran estos talleres, y hoy día son empresas sólidas capaces de fabricar y suministrar equipos muy sofisticados a la Industria Petrolera Mundial. Esto sugiere que se puede repetir la experiencia, la inversión y desarrollo Agroindustrial del campo es una decisión política del estado, y servirá de apalancamiento a esos nuevos proyectos que requerirá el desarrollo Tecnológico del País.
Cual es nuestra situación en materia de Recursos Humanos. Para esto quiero recordar la experiencia Cubana en los inicios de su proceso de industrialización. Cuando nace la Revolución el país no contaba con ningún tipo de recursos en las áreas de Ingeniería, Técnicos medios, Economistas, ni profesionales de las Ciencias Básicas. El Che Guevara, en una intervención en la Universidad de la Habana, reclamaba que la preparación que daban las Universidades del país no era la adecuada, ni en orientación ni en cantidad, para las nuevas necesidades de la Revolución. Preguntaba, porqué esa institución graduaba mayoritariamente Médicos y Abogados, y no era capaz siquiera de alinearse con el gobierno, para acordar las especialidades y cantidades de profesionales y Técnicos en el área de Ingeniería, Economía y Ciencias Básicas que ameritaban las industrias que se estaban fomentando y poder así priorizar las especialidades y carreras que debía graduar la Universidad. En conclusión, tuvieron que arrancar de cero.
Aclaro, que esas Universidades no estaban en manos de la Contrarevolución, como sí es el caso de Venezuela. Pues bien, en Venezuela este problema nunca ha existido, tanto ayer como hoy la disposición de Recursos Humanos en el país ha sido casi ILIMITADO.
En lo referente a Ingenieros, Economistas, Administradores, Sistemas y Comunicación, Computación, Agrónomos, Veterinarios y Técnicos, nos encontramos con situaciones curiosas, veamos.
Primero: Profesionales y Técnicos recién graduados ó con pocos años de experiencia, unos sin ubicación laboral, desarrollando muchos de ellos actividades ajenas a los estudios realizados; otros en situación de Tercerizados, sin oportunidad alguna de incorporarse a alguno de los proyectos de desarrollo industrial en ejecución, mucho menos en las actividades previas de desarrollo y entrenamiento necesarios para las actividades futuras de operación y mantenimiento de estas industrias.
Segundo: Profesionales y Técnicos con altos niveles de experiencia, pero con pocas oportunidades laborales, debido a que los entes contratantes no se interesan en ellos, por los costos que supuestamente representan. Estos profesionales, con mucha experticia y con profundos conocimientos tecnológicos, terminan al igual que los primeros, en actividades ajenas a su formación Técnico-Científico ó captados por Empresas de Selección de Recursos Humanos, que los ubican en empresas transnacionales lejos del país, perdiéndose miles de años de experiencia y experticia laboral.
Otra reflexión que es obligado realizar es la siguiente: Si estamos acordando y pagando a países afines por Instalaciones Industriales, debemos preguntarnos ¿quien debe ser el mas interesado, la empresa que nos provee ó nosotros los Venezolanos?. Por supuesto que nosotros; pero si mostramos incapacidad para ajustarnos a las exigencias de los proyectos, si no mostramos capacidad para adquirir la transferencia tecnológica, el proveedor se limitará solo a instalar sus equipos y maquinarias para cumplir con lo acordado. Definitivamente, la Tecnología no se transfiere, se toma, se copia, se arrebata y recordar también que la Tecnología la adquiere quien puede, no quien quiere. Para ello se requerirá de una fuerte convicción, organización, preparación, habilidades y una muy buena planificación y control.
Recordemos que no podemos dejar esto en manos de la burocracia de estado. Los resultados a la vista, es que no se ha podido aprovechar estos primeros años de Instalaciones Industriales y de inversión de capitales, para la creación de esas otras Empresas de Bienes de Capital de Maquinarias y Herramientas, necesarias para construir algún día algunas de esas Plantas Agroindustriales Gemelas ó Tractores y Microbuses criollitos que ya definí. Recordemos que el Presidente Chávez las llama “Fábrica de Fábricas”.
Ing.
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