Letra Efímera

El nuevo chance de Chávez

Una vez más, regresa de Cuba con mejor pinta que antes. Luce fuerte, saludable y animoso. El problema es que nadie (o casi nadie) sabe por dónde le entra el agua al coco o, en este caso, cuánto dura la garantía. La pregunta que se hacen todos los líderes políticos es si Hugo Rafael Chávez podrá llegar en condiciones de salud razonablemente buenas al 7 de octubre, pues de ser así, tiene hecho el mandado y ganará por nocaut fulminante, como lo proclama sin consideraciones hacia el adversario.

Lo malo del caso es que ninguno de los médicos tratantes emite opiniones al respecto y las explicaciones del propio Chávez parecen redactadas por Nostradamus y no permiten conclusiones definitivas.

La única guía que tenemos es la lógica y ésta indica que con esa pinta, Chávez tiene fuelle para un rato largo. En ese caso conservará la Presidencia y ya veremos si decide abrir más el juego, permitiendo que se discutan los problemas en el Consejo de Ministros y se tomen decisiones por consenso. Además, podría nombrar un sucesor aparente o poner a varios en la línea de sucesión.

En Venezuela no cabe duda de que hemos avanzado en dirección a un socialismo peculiar, que no termina de cuajar, mientras los empresarios criollos no saben si correr o encaramarse.

Ciertamente, se ha progresado en la senda revolucionaria y en los sectores populares no tiene vuelta atrás. La Revolución Bolivariana llegó para quedarse, aunque intenten desbaratarla a través de la concertación mediática que a diario busca descalificar y sembrar confusión en nuestro medio.

Lo que se ha hecho evidente, para sorpresa de muchos, es que la salud de Chávez es quizás más importante a escala internacional que en nuestro propio terruño. En el mundo hay pocos líderes con credibilidad, y Hugo Chávez es uno de ellos. Tiene un peso específico en América Latina y el Caribe, donde la ALBA encabeza la rebelión contra Estados Unidos y su política hegemónica y neoliberal.

Goza de inmenso prestigio en muchos países árabes, donde sus gestiones serían determinantes para pactar acuerdos de paz. Con el grupo BRICS tiene excelentes relaciones y los demás no alineados no lo ven con malos ojos.

Por si fuera poco, tiene la palanca del petróleo, que a la hora de negociar pesa más que una bomba atómica.

El inmenso prestigio internacional de Chávez, de hecho, se ha convertido en una herramienta para nuestro desarrollo, consiguiendo condiciones ventajosas en materia tecnológica, industrial y alimentaria.

Se trata de un estadista único que no tiene sustituto. Por eso, debe cuidarse sin incurrir en imprudencias.

AUGUSTHER@CANTV.NET


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Augusto Hernández / CiudadCCS


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