La Doctrina Militar Bolivariana propuesta para la nueva etapa de la revolución antiimperialista, que lidera el Presidente Hugo Chávez, ha puesto en la controversia publica, el tema de la “guerra asimétrica”, como probable escenario de una confrontación con la potencia imperialista, que ejecuta planes para invadir nuestra nación y aplastar el proceso de cambios que aquí ocurren e influyen favorablemente toda la región.
El término ha provocado perplejidad y confusión. Hay quienes cuestionan su uso en los documentos oficiales de la Presidencia y la Fuerza Armada Nacional, dada su procedencia de los manuales donde se expone la teoría militar imperialista de dominación colonial. Tienen toda la razón quienes así piensan. De guerra asimétrica, de cuarta generación, conflicto de baja intensidad (en el lenguaje reganiano), conflicto moral, ataque idiosincrásico y guerra irregular, es que versa la mas extendida reflexión actual en la metrópoli sobre asuntos militares, a propósito de la crisis universal de legitimidad del Estado imperialista (particularmente de sus sistemas electorales y de representación), que significa que muchos países evolucionaran hacia guerras no convencionales en su propio territorio. Los Estados Unidos, con su cada vez mas cerrado y autoritario sistema político (donde no importar cual de los dos partidos políticos gane la elección, porque nada cambia en realidad), será el escenario principal de guerras asimétricas, tal como ocurre con la actual guerra de Irak, el Plan Patriota en la vecina nación o la crónica agresión contra Cuba Socialista, eventos que cada vez son un asunto mas interno de la política yanqui, que sirven, además, de paradigma al resto de los pueblos para combatir con eficacia una hiperpotencia arrogante y arbitraria, en el contexto de la promocionada globalización, pese a su inmenso arsenal bélico, tecnológico y nuclear.
Importa señalar que el uso del concepto “guerra asimétrica” en los documentos públicos del gobierno bolivariano, se refiere esencialmente a la manera de contrarrestarla con la “guerra de todo el pueblo” y demás formas de la guerra popular prolongada, que desde la perspectiva de la ciencia de la guerra popular tiene sus propios principios, leyes, formas de organización y gestión.
Guerra asimétrica es la que prepara el imperialismo norteamericano contra nuestra nación, para recuperar el terreno perdido en su dominación neocolonial y retornar al poder la vieja oligarquía corrupta y decadente.
Desde luego, estas consideraciones no excluyen la necesidad de acercarse a este tema de la teoría y la practica militar imperialista y sus mas recientes aplicaciones, tal como se desprende de las tesis de Max Boot en su ultimo trabajo sobre La lucha por transformar las Fuerzas Armadas Norteamericanas, publicado en la revista Foreign Affairs, de abril-junio de 2005, que debemos examinar con sumo cuidado por sus implicaciones en nuestra difícil relación con Estados Unidos.
Parte del apresto popular para asumir una guerra asimétrica imperialista contra nuestra nación es conocerla, por lo menos, en su formulación conceptual. Por supuesto resulta obligado entender los principios y leyes de la guerra de todo el pueblo o de la guerra popular.
La academia militar imperialista con sus extensa red de centros de pensamiento, considera que el conflicto asimétrico se fundamenta en la aplicación de la guerra de guerrillas, la cual, según aquella, tiene su germen en las tácticas aplicadas por las guerrillas españolas que enfrentaron al ejercito invasor de Napoleón. Otros señalan que lo que ahora se denomina guerra asimétrica es tan antigua como el hombre: el pasaje bíblico de David contra Goliat es un excelente ejemplo aplicativo de la misma.
Otros casos paradigmáticos son la derrota de Varo y sus legiones a manos de tribus germánicas en el bosque de Teutoburgo el año 9 D.C; también el aniquilamiento de ejércitos británicos en Afganistán el año 1842 y en Isandlwana a manos de los Zulúes en 1879; o del séptimo de caballería a manos de los Sioux, Oglalas y Cheyenes en Little Big Horn el año de 1876.
Mas recientemente, la masiva actuación de los guerrilleros soviéticos contra las tropas nazis durante la segunda guerra mundial, que contribuyo notablemente al éxito de las tropas regulares; y la derrota de los Estados Unidos en Vietnam.
Varios textos y tesis son objeto de estudio en las academias militares yanquis al evaluar la guerra irregular para reforzar toda su estrategia bélica y de confrontación a la movilización revolucionaria que se propaga por todo el planeta.
Uno de ellos fue escrito por T.E. Lawrence con respecto a la guerra de los árabes contra los turcos en la I Guerra Mundial. Las experiencias y conclusiones que describe en los “Siete pilares de la sabiduría”, son de mucha utilidad en el conocimiento del conflicto asimétrico. Puntos gravitantes, al decir de Lawrence, de una guerra irregular son : i) La fuerza reside en la profundidad de la acción y no en el frente. Este principio marca de inicio, el tipo de confrontación en la cual, el frente que se presenta a un adversario es indefinido, nunca se presenta como blanco, de lo anterior surge el axioma, de que en este tipo de guerra, la planificación y conducción de las batallas en si, es un error considerable y de consecuencias incalculables para los conductores militares. En el fondo, lo que se propone es ir empujando al adversario a la desesperación, obligarlo a defenderse en todos los puntos haciéndole débil al mismo tiempo en todas sus posiciones (que se puede ver nítidamente en la reciente confrontación de las FARC al Plan Patriota con sus acciones en Toribio y el norte del Cauca y las emboscadas repetidas a patrullas militares en distintos lugares de Colombia). Lo cual supone una planificación estratégica mas que operacional o táctica.
ii) Ser mas débil que el enemigo, salvo en un punto, que se refleja en principios de la guerra como la rapidez, la movilidad, la iniciativa individual, la sorpresa, el avance seguido de un retroceso inmediato, el ataque lanzado y luego interrumpido, para luego ser reproducido en otra parte, que es donde se aplica la sentencia de la extensión y no de la fuerza aplicada al oponente. Es así como se logra la autonomía de desplazamiento y se mantiene la incertidumbre en todo el teatro de guerra.
iii) Otro aspecto principal de esta irregularidad en la lucha armada en el desierto o cualquier otro escenario bélico, estaba en dar vida en forma operacional y táctica a la siguiente expresión de Lawrence: “El máximo desorden era en realidad nuestro equilibrio”, hacer de la acción una serie de combates individuales, el ideal de la guerra irregular.
Otra experiencia examinada en las mencionadas academias americanas son las técnicas irregulares que los ejércitos occidentales utilizaron durante y después de la Segunda Guerra Mundial, en el concepto clásico de su empleo, “operaciones de naturaleza predominantemente militar, caracterizadas por el empleo extensivo de tácticas irregulares, conducidas por fuerzas actuando ya sea solas o conjuntamente con fuerzas regulares, que trabajaban en beneficio de la movilidad, contra movilidad del oponente y supervivencia de las grandes unidades de maniobra en los teatros de guerra establecidos”. Con esta doctrina militar imperialista surgida de los combates en la II Guerra Mundial, se entró de lleno al nuevo escenario bélico que planteaba variables y alternativas que no resolvía la táctica general, ni los procedimientos regulares de los estamentos regulares institucionales , por lo que la instrucción, entrenamiento y equipamiento sufrieron cambios radicales en el devenir de la propia lucha irregular en la que se involucraron los ejércitos regulares.
Las elaboraciones teóricas del general Vo Nguyen Giap, conductor de la guerra popular vietnamita y del Presidente Mao, líder de la revolución socialista en China, son igualmente objeto de estudio.
El General Giap trazo una estrategia de guerra de guerrillas, la cual sustento en primer lugar en la diferencia de armamento, equipo, entrenamiento y organización con el adversario: “ Esquivando al enemigo cuando es mas fuerte y atacándolo cuando es mas débil, dispersándose unas veces, reagrupándose otras, desgastando el enemigo en ocasiones, exterminándolo en otras, intranquilizando su espíritu y agotando sus fuerzas. Los triunfos sumados de muchas batallas pequeñas desgastan progresivamente los efectivos humanos del enemigo, al tiempo que incrementamos poco a poco nuestras fuerzas. Nuestros pocos efectivos humanos no deben agotarse tratando de conservar u ocupar territorio”.
En la perspectiva de este planteamiento se observa que la formación de un frente de batalla se desdibuja y no entra en la planificación de este tipo de conflicto. Que la desmoralización de la fuerza oponente, mediante la extensión de las acciones, debilita las operaciones defensivas regulares en su esencia; lo que dificulta aun mas es el no contar con un objetivo que atacar, sea este de oportunidad, alterno secundario, primario o estratégico por parte de las tropas mercenarias.
Los Escritos Militares del presidente Mao, son igualmente, objeto de estudio en el esquema de la guerra asimétrica. Su percepción de la irregularidad de las acciones militares le lleva a plantear que “Pegar y correr, pelear y dejar de pelear al día siguiente, desaparecer ante el avance definitivo del enemigo, y, como mar cerrar sobre el enemigo a medida que pasa”, es el comportamiento adecuado. Hay una trilogía fundamental de esta doctrina en la cual se maneja el espacio por tiempo, y la utilización del tiempo para producir voluntad de lucha o resistencia de la fuerza operacional.
En el planteamiento del Presidente Mao, son similares las tácticas contra un enemigo nacional o extranjero, no importando la organización del oponente o duración del conflicto. Todo confluye en la capacidad de disminuir al adversario y su voluntad de lucha, mediante los siguientes puntos básicos: “ Avanza el enemigo, nos retiramos; acampa el enemigo, lo hostigamos; se fatiga el enemigo, lo atacamos; se retira, lo perseguimos. Estas tácticas se asemejan en todo a la forma en que se maneja una red; debemos estar listos para lanzarla o recogerla. La tiramos abierta para ganar a las masas y la recogemos para luchar contra el enemigo”.
Conviene señala que el análisis militar del Presidente Mao, se fundamenta en la disimetría irreductible de la ofensiva y defensiva: todo su calculo estratégico esta fundado sobre esta diferencia: “La guerra civil en China, como cualquier otra guerra en los tiempos antiguos o en el periodo moderno, en China o en los demás países, no conoce mas que dos formas fundamentales de combate: la ofensiva y la defensiva”, destaca Mao, y su concepción de la “guerra prolongada” no borra en absoluto esta diferencia.
Diferencia que concierne en primer lugar a las etapas objetivas de la lucha, las cuales dependen de toda una serie de factores objetivos de la relación de fuerzas.
Sobre estas etapas se articula la estrategia político-militar, en sentido propio. Estrategia que tiene sus reglas propias y que a su vez esta fundada sobre esta distinción ofensiva-defensiva. Para Mao, se trata de tres momentos distintos: “defensiva estratégica”, “consolidación estratégica” y “contraofensiva estratégica”, correspondientes a las etapas de la relación de las fuerzas.
A partir del examen de estos planteamientos y de las distintas experiencias, los estrategas y planificadores militares del imperialismo han hecho sus formulaciones teóricas sobre este tipo de conflicto para adecuar sus aparatos militares. Examinemos en un próximo articulo sus teorías y planes de reforma militar en los ejércitos centrales y los subordinados (Es el caso del Colombiano y el Peruano), tal como se las propone Max Boot en el articulo que hemos citado.