¿Guerra asimétrica o guerra de todo el pueblo? III Parte

Para comprender la racionalidad de la “guerra asimétrica”, situada como paradigma militar en el nuevo ciclo de la guerra imperialista contra los pueblos para aplastar las rebeliones y movilizaciones revolucionarias que demuelen poderes oligárquicos y neocoloniales, es necesario ver su relación con otras categorías usadas corrientemente en el mundo de la guerra contemporánea. Me refiero a términos como Guerra de Baja Intensidad (GBI), guerra de cuarta generación (4WG), conflicto idiosincrásico, conflicto moral o guerra irregular.

Antes de abordar estas relaciones, no sobra advertir que un instrumento de análisis fundamental utilizado implícitamente en nuestra reflexión es la teoría desarrollada por Karl Von Clausewitz, gran clásico de la guerra del siglo XIX. Su paradigma de la determinación política de todo pensamiento y acción militar, las categorías de fuerza material –militar- y fuerza moral –política- así como los elementos centrales de la estrategia militar –el espacio, el tiempo y la fuerza- son herramientas indispensables para la mejor comprensión del actual pensamiento militar global imperialista sobre la guerra asimétrica y sus desarrollos prácticos, como una invasión de nuestro territorio por las tropas yanquis.

Adicionalmente, el objetivo básico de todo nuestro análisis es valorar, en el marco de la Nueva Doctrina Militar Bolivariana que lidera el Presidente Hugo Chávez, los cambios en la estrategia militar norteamericana frente a nuestra nación y demás pueblos latinoamericanos y tercermundistas, en el terreno convencional y no convencional, su inserción y coherencia en el nivel mas general –dentro de la doctrina militar de defensa-, y su implementación en el espacio geográfico de nuestra región, como ocurre con la Iniciativa Regional Andina, el Plan Colombia y toda la acción intervencionista del Comando Sur.

El Conflicto de Baja Intensidad (GBI).

La guerra asimétrica tienen en el Conflicto de Baja Intensidad (CBI) uno de sus mas cercanos antecedentes.

La GBI hace parte de una reformulación de la estrategia militar gringa (entendida dicha estrategia como el arte y la ciencia del empleo de las Fuerzas Armadas de una nación para asegurar los objetivos de la política nacional por medio de la aplicación de la fuerza o de la amenaza del uso de la fuerza); parte de la revisión critica realizada por los propios estrategas norteamericanos, de los errores políticos y militares cometidos en Vietnam. Tal revisión se encuentra en el libro del Coronel Harry G. Summers, On Strategy. A Critical análisis of the Vietnam War (New York, Dell Publishign Co, 1984), incorporado como texto de estudio en las principales escuelas militares norteamericanas.

La primera reformulación estratégica post-Vietnam atiende a mejorar las capacidades destinadas a la invasión militar directa en países del Tercer Mundo. Los ejes de su articulación son evitar el empantanamiento y el gradualismo de la invasión, así como lograr una alta movilidad que permita materializar un concepto estratégico: el Despliegue Rápido.

La segunda reformulación se orienta a evitar, hasta donde sea posible, llegar al extremo anterior. La continuación del debate post-Vietnam y la búsqueda de opciones menos costosas a nivel político, militar y económico, se materializa en la opción de una guerra prolongada de desgaste, conceptualizada como guerra o Conflicto de Baja Intensidad, que sin abandonar las posibilidades de una invasión, maneja una perspectiva más global para enfrentar los conflictos. Combinado elementos militares, políticos, económicos, psicológicos, de inteligencia y de control de la población, esta alternativa busca fortalecer las fuerzas armadas de los países aliados y promover movimientos insurgentes contrarrevolucionarios que sean la punta de lanza que resuelva el conflicto a favor de los intereses norteamericanos, sin un escalamiento que obligue a una decisión de invasión con fuerzas propias.

La GBI así configurada dio coherencia a la estrategia militar norteamericana, durante los años 80, destinada a enfrentar los “retos” en el nivel mas bajo del espectro del conflicto dentro de una concepción doctrinaria que al reivindicar la dicotomía política del conflicto este-oeste, pretendía atacar la amenaza soviética en todos los niveles de dicho espectro. En otras palabras, bajo el supuesto del patrocinio soviético de la “subversión” en el tercer mundo, uno de los objetivos dentro del enfrentamiento global, era atacar a la Unión Soviética por el eslabón mas débil, que era el conformado por los movimientos de liberación nacional o los gobiernos que habiendo cambiado el statu quo anterior, se encontraban en proceso de constitución de un nuevo redimen político como ocurrió en Nicaragua.

La Guerra de Cuarta Generación (4WG)

Visto este antecedente, abordemos la llamada Guerra de Cuarta generación (4WG), la cual se caracteriza por tres hechos básicos: i) la perdida del monopolio de la guerra por parte de las naciones-estados; ii) el regreso a un mundo de culturas y estados en conflicto; y iii) la segregación/división interna a lo largo de las líneas étnicas, religiosas e intereses especiales en la sociedad contemporánea. En palabras de Luís Bonilla (Ver texto ya citado), estos conflictos corresponden al mundo posmoderno (desinformación, comunicación borrosa, cibernética, nanotecnologia y formas de control de la población). De acuerdo con tal enfoque, en la actualidad se desplegarían dos modalidades de conflicto bélico que se basan en el uso de fuentes de energía posmecanicas. Las cuales serian: ii) Las confrontaciones de tecnología avanzada (Irak 1991-2003), aniquilamiento masivo (Kosovo), seguridad estratégica global (contra el terrorismo) y progresiva eliminación de los estados nacionales (globalización, mundializacion, Plan Colombia, entre otras); ii) las confrontaciones en el borde externo a la influencia cultural de occidente (conflicto en Rwanda, Afganistán, India, entre otros).

Por la afirmación de Bonilla, la teoría de la 4WG valora las contradicciones económicas adentrándose en la perspectiva del biopoder y la razón postcolonial. La teoría de la 4WG, prosigue el autor citado, se concentra en la valoración del salto cualitativo que ocurre en la intensidad, cantidad, alcance y permanecía de los resultados de las confrontaciones, a partir de la introducción de dos variables. A) Tecnologías e b) Ideas.

En el plano de las tecnologías, la teoría de la 4WG detalla y destaca:

i) La tecnología acústica: la que se focaliza en el uso generalizado de emisores de sonido atenuados de alta intensidad, de sonidos de muy baja frecuencia, de polisonidos de alto volumen y la utilización de granadas acústicas que permitirían incapacitar individuos y equipos, en los escenarios de confrontación;

ii) La tecnología biológica: cuya novedad reside en la posibilidad de uso discriminado de organismos genéticamente modificados para anular poblaciones focalizadas. Se complementa con los desarrollos de misiles o balística de diverso tipo, la cuál es utilizada para el transporte hasta territorio opositor, de organismos microscópicos biodegradantes para: a) neutralizar equipos y aparatos del adversario cuyos sistemas se basen en derivados del petróleo, degradándolos rápidamente hasta hacerlos inservibles (ej. los neumáticos de los vehículos); b) la diseminación de virus y bacterias nocivas al hombre con el propósito de disuadir o incapacitar ejércitos y/o poblaciones enteras; c) la liberación de insectos modificados genéticamente los cuales transmiten enfermedades de características epidémicas, inmovilizando, diezmando y neutralizando a ejércitos, población civil e incluso cualquier forma de vida existente en un territorio determinado.

iii) La tecnología química: la cual sustenta y potencia la utilización a gran escala de sustancias alucinógenas o psicotrópicas (tranquilizantes, calmantes, etc.) en sectores poblacionales delimitados o ejércitos adversarios, acortando con ello el tiempo de combate frontal y disminuyendo la capacidad de la confrontaciones de causar bajas en las tropas leales o aliadas. Algunas variantes de este tecnología enfatizan en su forma (sabores y olores en el agua y en el aire); la aspersión de sustancias corrosivas con capacidad para degradar metales lo cual puede afectar la capacidad de transporte y movilización de los adversarios; así como la utilización de sustancias interactivas las cuales podrían provocar una disminución significativa en la densidad de los lubricantes generado la inutilización del parque automotor, especialmente de blindados y tanques; y finalmente en las posibilidades de uso para inhibir la combustión del petróleo y sus derivados.

iv) La tecnología ambiental: a partir de la cuál es posible influir en las condiciones atmosféricas provocando lluvias imprevistas, niebla inesperada, llegando incluso al extremo de generar desastres que suelen pasar como naturales.

v) La tecnología en comunicación e información: mediante el desarrollo de estrategias de marketing, desinformación y terror psicológico fundadas en el estudio de los comportamientos individuales y grupales de sectores y/o estratos poblacionales considerados hostiles. Especial relevancia tiene el uso de la propaganda negra o información falsa de largo aliento con el objetivo de impactar sectores claves del mando o de la cadena de mando de las fuerzas opositoras.

vi) La tecnología informática, cuya ventaja reside en la posibilidad de uso de virus electrónicos para la inhabilitación de software (programas y sistemas), hardware (equipos que viabilizan los software), desarrollos multimedia ( información electrónica) o sectores del territorio virtual (Internet, Web site, comunicación de banda ancha, entre otros). En este caso el objetivo a golpear puede ser indirecto (finanzas, nóminas de pago, información secreta encriptada) o directos (sistemas de navegación y geoposicionamiento como el GPS).

vii) La Tecnología óptica, la cual se basa en las posibilidades de uso de rayos láser para disuadir sectores hostiles, incapacitar equipos o elevar la capacidad de ataque mediante la utilización, por ejemplo de granadas flash. Estos últimos dispositivos, emiten pulsos de gran intensidad que pueden provocar la destrucción de equipos sofisticados pertenecientes a los adversarios.

El uso de tecnología en el marco de la teoría de cuarta generación se basa en la premisa, que al menos que se requiera, ya no existen razones para destruir al adversario, al contrario resulta de mayor utilidad su sometimiento público.

De otro lado, en el plano de las ideas, la teoría de 4WG destaca:

i) El conflicto ya no es ideológico sino fundamentalmente cultural.

ii) El choque de civilizaciones es la característica de las guerras en la actual etapa histórica.

iii) La confrontación en curso e inmediata, es entre el modelo de desarrollo occidental y sus antítesis. Especial relevancia tiene la beligerancia creciente entre la modernidad occidental y sectores del fundamentalismo islámico (visto como "barbarie").

iv) La disputa se muestra como especialmente religioso-cultural (Islamismo versus Cristianismo), pero es en realidad de orden civilizatorio.

v) Reaparecen los conceptos de civilizado y bárbaro. La teoría de la guerra de cuarta generación se sustenta en el estudio del desarrollo de occidente en los últimos 500 años.

Para la guerra de 4WG la guerra regular es un patrimonio de Occidente y el combate irregular (terrorista) es visto como característico de lo no-occidental (oriental).

Bonilla afirma que algunos estudiosos de la 4WG, hacen una abstracción metafísica, al pretender saltarse sin mediar explicaciones, la presencia de formas de terrorismo occidental y la presencia en el propio territorio de la capital imperial (EEUU) de diversas formas de organización subversiva fundamentalista occidental que reivindican el terrorismo.

El Conflicto Idiosincrásico.

Respecto del conflicto idiosincrásico, este tiene, según el general retirado Montgomery C. Meis, del Ejercito de USA (Ver Pensamientos no convencionales acerca de la guerra asimetrica, MR, 2004), la connotación de un método poco convencional de combate o medio de aplicar la capacidad. Uno que no cumple con las reglas y es peculiar en un sentido siniestro. Aquí la tecnología desempeña un papel crítico. Si no puede atacar el centro de gravedad de un sistema operacional de manera idiosincrásica con armas o una combinación de sistemas de armas que el oponente no posee –o mejor aun que ni siquiera entiende ni percibe- entonces el atacante puede causar una falla catastrófica a ese sistema, ya sea que el objetivo sea una red de transporte o de mando y control integrado.

El conflicto idiosincrásico plantea el desafió de cambiar la mezcla de mentes que generan las necesidades de inteligencia. Los planificadores militares imperialistas están incorporando en su gestión pensadores poco ortodoxos que sondean constantemente los peligros o métodos singulares y especiales en la guerra. Este tipo de adiestramiento es parte del desenvolvimiento profesional de los planeadores y comandantes de los Ejércitos invasores imperialistas, que integran al sistema militar pensadores que hacen las preguntas que nadie antes consideraba. Otro elemento del conflicto idiosincrásico es la inclusión de consejos científicos (lo que plantea un desafió para la nueva Doctrina Militar Bolivariana) para ayudar a aislar nódulos críticos en los sistemas integrados, en los cuales un enemigo tal vez inicie una cadena de destrucción (pensemos en PDVSA o en nuestros sistemas masivos de transporte en desarrollo y su sabotaje). Conjuntamente con las preguntas relacionadas con la base de la amenaza , este tipo de pensadores llevara a los administradores de inteligencia a buscar lo anticipado, lo peculiar o lo único y comprometer todas las entidades para obtener trozos de información critica y anormal en el marco de un conflicto que acude a procedimientos sorpresivos y no convencionales, en una “sociedad de riesgo” en expansión por el uso de sistemas complejos en los procesos de organización social de la mas diversa índole a propósito de la creciente y acelerada urbanización que experimentan las sociedades contemporáneas.

En el próximo artículo abordaremos el conflicto ético y la guerra irregular en su relación con el conflicto asimétrico.

Valencia, 30 de mayo de 2005.


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Horacio Benítez


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