A Ti Comandante Hugo Chávez

Por intuición tu heroico pueblo venezolano supo quien eras y porque habías vuelto a tu sagrada patria. Ali, el hermano, el panita, el camarada, con su increíble olfato histórico y político nos hablo de tu legada cuando nos dijo: “Dicen que viene la hora / mira para ponernos contentos /se fue Bolívar ayer /pero hoy viene de regreso / Vámonos pa'allá vamos a
su encuentro / Dicen que Bolívar trae furia y coraje por dentro al ver que nos han quitado
lo que él dejó siendo nuestro.

Recuerdo que en uno de los primeros encuentros multitudinarios, al principio de este hermoso proceso, un anciano en silla de ruedas se afanaba por llamar tu atención y tu, siempre atento a cuanto pasa cuando entras en contacto directo con los hombres, mujeres y niños del pueblo que te ama de corazón a corazón, divisas al abuelo perdido en la muchedumbre y acudiste a su llamado, te obligó a bajar la cabeza para susurrarte algo, un periodista interpuso el micrófono entre la boca y tu oído y el anciano te dijo “Chavez yo se que tú eres Bolívar”.

Hoy Simón José Antonio y Hugo Rafael se conjugan en una sola alma.

Recuerdo también, cuando nos convocaste un 24 de Enero del 2003 a la Avenida Bolívar, para responder contundentemente a la los arteros ataques de la oligarquía criolla, ordenados por su amo yanqui. Fue cuando tomó cuerpo la consigna popular del ¡Uh Ah Chavez no se va! Y sentenciaste a los apátridas a “hundirse en el foso profundo de la historia del cual no saldrían jamas”, se produjo la recuperación de PDVSA para sus verdaderos propietarios y accionistas: todo el pueblo venezolano.

Bien camarada, antes de tu llegada a la Avenida Bolívar me sorprendió la poderosa voz de la “marea roja” que al unísono coreaba la asombrosa consigna de “¡Bolívar volvió en Chavez reencarnó!”

Hace apenas unos días Simón nos decía que “La libertad del nuevo mundo es la esperanza de la humanidad”. Mientras los enemigos del hombre, las tenebrosas fuerzas del averno hunden en una miseria atroz y despiadada a los pueblos del mundo, de nuevo hoy, comandante sin tiempo, tu patria libre, digna y soberana vuelve a ser el crisol del cual surgen las esperanzas de la humanidad entera. Una humanidad, unos pueblos, que solo aspiran, “siguiendo el ejemplo que Caracas dio”, a ser protagonistas de su propia historia, a decidir su propio destino, a construir su propio poder y crecer dueños de su propia vida, sin la tutela tiránica de las corporaciones imperialistas de la destrucción y la muerte de ese engendro infernal llamado capitalismo,

Hoy nuestra patria es grande, buena y soberana, su gloria inexorable ya ha sido recogida por las doradas letras de la historia, tu ejemplo, tu legado, no podrán ser borrados jamas del alma venezolana y de la de los pueblos hermanos del mundo.

Cuando te conviertas en ¡El Comandante Cósmico! será mas intensa tu influencia en el fragor de las luchas de los pueblos del mundo y mas luminosas las conciencias llenas de la luz de quien “se dio todo al ejemplo”, cada siglo que desde ahora en adelante se suceda solo aumentará tu gloria inmarcesible.

Larga vida mi querido Comandante, un millón de gracias camarada por devolver la esperanza y la vida al pueblo venezolano, a quien tus enemigos de antes y de hoy habían condenado a “vivir muriendo” en las nauseabundas heces del capitalismo brutal y asesino.

Hoy gracias a ti en Venezuela ¡Vivimos viviendo! Y nunca más nos dejaremos arrebatar tu preciada herencia: la dignidad de ser humanos, el sentido de pertenencia a la patria de Bolívar, el renacer con fuerza telúrica del ser revolucionarios y el infinito orgullo de ser venezolanos, bolivarianos y chavistas.

“¡Sigamos Juntos!”

rafaelurdanet@gmail.com


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Rafael Urdaneta


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