"La percepción, sin comprobación ni fundamento, no es garantía suficiente de la verdad"
Bertrand Russel.
Todo fue conjeturas: El presidente herido y llevado a Cuba, escondido mientras José Vicente daba la cara, se acobardó y no quiso fustigar a Bush... y tantas otras hipótesis. Luego de una bestial arremetida continuada por más de seis años (los mismos que tiene Chávez gobernando) los medios de comunicación han logrado hilvanar una línea de acción irreductible y efectiva incluso en los momentos más difíciles para ellos y, aunque parezca que NO, han aprendido a sacarle provecho a las brechas que los revolucionarios han ido dejando. ¿Por qué? Porque la experiencia de los medios, y sobre todo su omnímodo poder, los han hecho increíblemente persistentes. No se rendirán.
Esa es la misión que los aglutina. Van a aprovechar cada rendija por donde quepa la saña que les da vida, van a hostigarnos mucho más allá de Chávez, no van a perdonar ni siquiera a nuestros futuros descendientes debido que los suyos ya han sido inoculados con el odio que a ellos les carcome el alma. Ésta es la profesión de fe que ellos profesan, y nosotros debemos impedirles que nos embauquen sabiendo leer entre apretujadas líneas de mentiras o semiverdades. Es vital para la revolución que así lo entendamos. Recuerdo cuando Andrés Izarra se presentó en el programa “Aló, Ciudadano” para defender la Ley RESORTE. Yo lo vi seguro, pero hubo quienes lo notaron nervioso y falto de resolución frente al ataque de Leopoldo Castillo y su perverso equipo de trabajo, ésos que de esa forma lo vieron no lo conocían. Y si mi memoria no me falla, creo que fue Néstor Francia quien salió en defensa de Andrés Izarra aduciendo que éste no era de la misma calaña que Leopoldo y por tanto hablaba de una forma bastante comedida pero no menos enérgica. Así lo volví a ver cuando anunció que Chávez estaba “bien”. Se que el amor que el pueblo siente por el Presidente es genuino, autentico, pero el amor suele ser débil ante las intrigas y el desasosiego es altamente contagioso. ¿Fue una falla comunicacional del gobierno? No engañemos, varias veces he dicho que las palabras de García Ponce, aquel fatídico 11 de abril de 2002, aún rondan por los diferentes medios de comunicación oficiales. Pero de allí a conjeturar todo lo que se especuló, es lo que nos está vetado.
Empezar a difundir rumores por Internet, por llamadas a emisoras de radio, por correo electrónico, etc., sólo trae consigo angustia a una población que a diario es bombardeada con demencial furor por quienes tiene años profetizando la caída de Chávez y el hundimiento económico de Venezuela. Sólo puedo disculpar de esa tonta actitud al pueblo llano que carece muchas veces de los medios efectivos para mantenerse al corriente de la verdad. No todos los chavistas tienen acceso fácil a Aporrea u otros medios que actualmente gozan de mayor credibilidad que cualquier estación comercial de radio, TV o alguno de eso desprestigiados periódicos como El Nacional. No. Por eso a ellos y sólo a ellos puedo disculpar. Pero a quienes tienen la capacidad de escribir artículos y publicarlos por Aporrea u otro medio, sólo puedo recomendarles prudencia y ponderación, porque incluso hay quienes se valen de estos medios para darle credibilidad a sus infames patrañas, es decir, hay quienes imprimen lo que las páginas revolucionarias publican para soliviantar a la población argumentando que si ellos mismos lo dicen, debe ser cierto. Si algo deberíamos haber aprendido es precisamente eso. Con rumores no se hace camino.
Posdata: El compañero Alberto Nolia, en su programa "Los papeles de Mandinga", se refirió hoy a la desaparición de Chávez, coincido plenamente con sus apreciaciones, creo que fueron las más acertadas luego de la alharaca armada en torno a este hecho.