Desde hace años estamos en EMERGENCIA en el planeta TIERRA. Actualmente las alarmas resuenan por todas partes: desigualdad social e injusta distribución de las riquezas, elevados índices de pobreza y miseria, incremento de la carrera armamentista, desequilibrios ambientales y geomagnéticos, “amenazas extraterrestres”… son sólo algunos de los síntomas y signos de que la madre TIERRA y sus habitantes estamos bordeando el alerta rojo. Los gobiernos del mundo, en especial los más “poderosos”, deberían respondernos: ¿Cómo vamos a hacer para evitar la destrucción de la especie humana y “salvar” al planeta TIERRA de su destrucción?
Aún guardamos la esperanza de que haya tiempo para actuar y convertir este macroproblema en una gran oportunidad para todos.
Aunque “la mejor manera de decir es hacer”, estamos obligados a reflexionar sobre dos temas, en particular: (1) La intolerancia y la desunión planetaria para abordar estos temas y (2) Los desequilibrios medioambientales. En especial, deseo llamar la atención sobre uno que ya se manifiesta con inusitada rapidez y es casi un clisé: el cambio climático. Para ello voy a referirme a tres libros que he tenido la oportunidad de leer y estudiar con detenimiento en estos días, recomendando su urgente búsqueda y lectura. El primero de ellos, titulado “Las Nuevas Revelaciones: Conversaciones con Dios”, editado en el 2003, donde no sólo se aborda de manera imaginativa una nueva y más amigable manera de acceder al tema de lo espiritual, sino que se pone el dedo en la llaga al emplazarnos, a los humanos, a recapacitar sobre las verdaderas y más profundas causas de lo que ocurre en el planeta TIERRA. Su autor Neale Donald Walsh, nos habla de la necesidad del cambio radical de nuestras creencias sobre DIOS y la VIDA, sin más pérdida de tiempo, por ser aquellas las causas esenciales de los graves desequilibrios que asolan al planeta TIERRA. Una de sus expresiones es que creemos que nuestros dioses, los libros sagrados y los maestros, mesías o profetas, son los únicos y verdaderos, mientras que los demás estarían TODOS equivocados. Cada uno de nosotros cree tener “la verdad verdadera” y es precisamente esa la causa fundamental de nuestros males: la intolerancia. Por tener la razón, dice el autor – a través de Dios – somos capaces de entregar “el amor, la paz, la salud, la armonía y la felicidad…la seguridad, la estabilidad e incluso la cordura”. Por defender “nuestra razón” y aprovechando una mayoría o poder aplastante somos capaces de imponerle al “otro” nuestra verdad, cuando lo que se impone es la prudencia, la sensatez, la calma, la unidad y la acción conjunta en temas tan álgidos como el espiritual y el del ambiente, que nos afectan a TODOS. En segundo lugar, aprovechando que recién el 05 de junio conmemoramos el “Día internacional del medio ambiente”, quiero recomendar el estudio de dos libros: “Una verdad incómoda”, escrito por el ex presidente de los EEUU y premio Nóbel de la Paz, Al Gore, en el 2006, de la que existe una versión audiovisual, y ”La catástrofe que viene”, donde se recopilan una serie de artículos sobre el cambio climático, publicado en 2007 por Elizabeth Kolbert, una destacada periodista estadounidense. En ambos se nos informa y documenta sobre los efectos del incremento del CO2, y las consecuencias que esto está trayendo en el deshielo de extensas regiones del Planeta a un ritmo acelerado; los cambios de temperaturas, la extinción de especies y el cambio en las corrientes oceánicas y de los vientos. Insisto: aún estamos en EMERGENCIA PLANETARIA. (NOTA: Una feliz coincidencia me permitió escuchar hoy al Presidente Chávez decir que el quinto objetivo histórico de su Programa de Gobierno es “Contribuir con la preservación de la vida en el Planeta y la salvación de la especie humana”. Salte de alegría y sonreí de emoción)
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