¡Hay tanta gente buena carajo! Todo dice que lo son, lo dicen sus palabras, sus discursos, sus temas admirablemente elegidos, pero les falta eso… ¿verdad?, les falta la prueba sencilla de que lo somos para ellos. La prueba de que lo somos para ellos más allá de Bacon, Moro, Simón Rodríguez, Marx o Lenin. No dejar con la palabra en la boca a nadie es la primera medida de nuestra humanidad, porque es de mala educación no hacerlo y no hablemos de ese escalón superior que llamamos –y es- socialismo.
¿Por qué nos falta tiempo para responder a nuestros hermanos?, ¿Por qué algo tan simple no lo hacemos conducta cotidiana? ¡Responder!, decirle al otro o la otra que mucho más allá de los discursos y posturas, él o ella existen para uno. No sé, lo encuentro tan sencillo, tan humano, tan revolucionario. No sé. Es tan cruel el silencio que no se. De verdad no lo sé ¡Válgame Dios, no lo se!
El momento me confunde, me abruma, no sé ¿Somos o nos somos? ¿Qué somos? Cada persona piensa –con toda la razón- que él o ella son importantes para uno. ¿Acaso no estará esperando demasiado? ¿No será demasiado esperar que cada persona lo sea para uno? No sé si estoy equivocado o debo seguir. Si debo seguir tras la utopía de un mundo de las cosas más sencillas o devolverme ante el fracaso de lo humano ¿Qué es el socialismo?, ¿acaso no es eso? ¿Tan infestados estamos que no somos capaces de ver cosas tan sencillas? ¿O no lo son?
Miro al hombre y me regreso, todo invita al espanto ¿Esto es todo lo que somos? ¿No es suficiente el dolor de la gente para detenernos a responder? ¡Resulta tan vacío y estéril todo lo que hablamos si en esto tan simple fallamos! ¡Amaos los unos a los otros! ¡Eres compañero! ¡Eres y te recibo, te acojo, me abrazo contigo! ¡Eres! ¡Me quedo contigo! ¡Vamos, vamos camarada que tu eres para mí! ¡Es tan simple y tan delicadamente complejo que quizás allí hemos fallado por siglos!
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EN LAS COSAS MÁS SENCILLAS VENCEREMOS!!!