II
“Historiador es el que no se atreve a decir
una mentira, ni deja de manifestar una verdad”
Cicerón
“La historia no es una ciencia, es
un arte. En sus aciertos interviene
siempre, la imaginación”
Anatole France
De El Libertador, desde hace muchos años i pese a la indiferencia proclamada en varios países de habla hispana, incluyendo a España, de donde vinieron sus ancestros, es el héroe universal quizá más conocido i de quien hai más estatuas o monumentos en el mundo. No hace muchos años, en el Puente Alejandro III en París el más monumental i bello sobre el río Sena, se colocó una estatua de Simón Bolívar; de él, en una publicación que ya tiene años de haber visto la luz, se demostraba que se había escrito sobre su epopeya libertadora i su majestuosa personalidad, no por ser reyes, artistas o deportistas, sino un hombre genial, en más de 16 idiomas, i creo que desde que apareció la Revolución Bolivariana en Venezuela, en casi todos los países de América (aunque deberíamos afirmar que en todos) se ha extendido su fama i conocimiento, por todos los continentes del planeta i duplicado en los países i hombres que se prenderán o se prendaron, de su gloria. ¿Cuál otro héroe podemos nombrar a su lado, con esta grandeza bien ganada? Porque si fue guerrero, lo hizo por necesidad imperiosa de su tiempo para liberarse del Imperio Español; pero fue estadista, pensador, escritor, crítico literario i creador, al punto de que podemos afirmar que fue el primer gran filósofo de nuestra historia. Estoi seguro que si la vida se le hubiese prolongado, hubiese llegado hasta ser poeta, cúspide de la creatividad humana.
De él, se ha escrito tanto que, solamente en obras de lengua española, perdemos la cuenta de cuántos autores famosos se han ocupado de su grandeza, incluyendo en idiomas que nos son afines por usar letras de molde i construcción sintáctica parecidas, como el francés, el italiano, portugués, inglés, alemán, sueco, noruego, polaco, etc. i de su parte, estimo que ningún otro héroe o luchador en escala universal, haya dejado más amplia obra escrita en los géneros de discursos, proclamas, sentencias i cartas principalmente, tanto oficiales como cartas a sus amigos i grandes amores en la vida. Bolívar fue grande en todo, hasta en las derrotas i el volver a empezar, para dar cumplimiento al juramento hecho a los veinte años, en una de las altas colinas de Roma, pero conservando su clara modestia de sentirse un hombre de pueblo, i demostrando avant la lettre, tener ideas socialistas, cuando todavía ni se conocía el término. Por eso, por ser universalmente conocido por quienes ven en él un Don Quijote de la Mancha real, me voi a concretar a lo que hoi nos ocupa: el verdadero rostro del Libertador, i posteriormente a las causas de su muerte, pensando desde ya como muchas explicaciones en la ciencia que, no existe nunca una causa única de algún acontecimiento transcendental, sino una constelación causal. Sin embargo, como están recientes los 12 artículos que he mencionado (sobre la muerte del Libertador), no repetiré muchas cosas, sino respecto a lo que ha dicho el respetable grupo de colegas médicos, especialmente la doctora .
En esos escritos expuse que, la recopilación de cartas del Libertador a distintos personajes políticos o no, hecha por el Dr. Oscar Beaujon (a quien no conocí ni he sabido nunca que tendencias políticas tuvo en vida) en las cuales el enfermo afirma por escrito, lo que sería una anamnesis –la historia clínica que hacemos de comienzo los médicos− que comenzó a hacer crisis negativa (existen crisis positivas) desde 1828 o 1829 (narro algunas quejas o quebrantos en mi pequeño trajo sobre La última Navidad del Libertador, en Cali, hasta llegar mui enfermo, después, a Bogotá.
Algunos dicen que los artista que pudieron pintar del natural a Bolívar, posando frente al artista con paleta, pinceles i colores en mano, frente al lienzo o tabla, fueron mui pocos, o dudan que digan verdad en eso de tener el modelo por delante, por lo inquieto que era i su carrera de guerrero i político que no tenía tiempo. Es obvio, hai pinturas de este tipo –ya me referiré a una de ellas que tuve información “casi” directa por un bisnieto del artista (de quien además, poseo un óleo hecho por él). Tengo libros sobre la iconografía del Libertador, como uno grande i grueso de Enrique Uribe White, de Alfredo Boulton, etc., que son trabajos serios que no tienen que ver con posiciones políticas de sus autores. Además, como artista puedo decir que para hacer un retrato, no se necesita que el modelo esté posando por días, semanas o meses, sino que muchas veces en cuestión de minutos o media hora, puede hacerse un rápido bosquejo de los rasgos más típicos, en los tiempos actuales con una mina que llamamos sanguina, e insinuar apenas el resto del medio cuerpo o posición total; luego el pintor puede pasar hasta años, para acabar el retrato. El caso de la Mona Lisa, es un record o marca. Además, de Bolívar existen muchos cuadros o retratos, empezando por unas miniaturas hechas en Madrid o París, en distintas etapas de su vida, por lo cual los rasgos van cambiando; empero, cercanos a su muerte hai varios cuadros, bosquejos i finos dibujos como el magnífico, delicado i frágil del doctor M, François Désire Roulin, en 1828, de cuyo perfil se sacó una secuencia que nos llevó hasta ese bello perfil de las monedas, que por allí comenzamos los venezolanos a conocerlo. Solamente una moneda de Bs. 2.50 no tiene su efigie, sino la Cara de la Libertad, con una corona con estrellas, i circuló un tiempo legalmente en el país, que tenemos algunos coleccionistas o numismáticos. Aquí, todo es Bolívar, con razón dijo Neruda: ¡Padre, todo lleva tu nombre! Remito a los venezolanos interesados en esto, documentarse en los libros dedicados a estas cosas, i estudiar la historia.
El caso que me ha tocado conocer, por una feliz casualidad, es la obra del pintor ecuatoriano Antonio Salas, nacido en Quito en 1780, e inclinado a la pintura desde niño. El cuadro, perteneciente a una familia Vásquez por tres o cuatro generaciones, es de tela mui antigua, marco carcomido i sin nada escrito. Fue un pintor de muchos generales de la guerra de independencia, entre ellos se dice que Bolívar le posó en tres ocasiones: 1822 después de Bomboná i Pichincha; 1826, de regreso a Lima después de Ayacucho, i en 1829 con posteridad a lo de Tarqui, ya quebrantada la salud, pero cuando todavía estaba lejos de ser el anciano enfermo que pintó Meucci. El Dr. José Gabriel Navarro, el único que escribió una nota biográfica para la Iconografía de Uribe White, dice que este artista tuvo la suerte de que sus hijos, nietos i bisnietos, le dieron la satisfacción de verse prolongado como artista. Murió a los 80 años de edad, en 1860, treinta años después del Libertador.
En Maracaibo, en la Galería de la dama española Pura Milego, conocí dos obras de un pintor de apellido Salas, Bolívar Militar, i Bolívar Civil, realmente bellas i extraordinarias. Las adquirieron el Dr. Esteban Pineda i Roberto Baittiner, de Panorama i yo quedé realmente admirado de las obras. Posteriormente me envió por intermedio de ella, de la Sra. Milego, un cuadro más pequeño, de Bolívar militar, de menos precio i para pagárselo cómodamente. Luego le conocí, Marcos Salas, a su esposa i a una bella hija que era música i tocaba el violín, como él la guitarra. Después fuimos buenos amigos, nos reunimos varias veces en la capital, una en casa del arquitecto i pintor David Pablo, hasta que supe que falleció en Caracas. Me decía que era bisnieto de Antonio Salas, i eso que todos los descendientes fueron pintores, basados en el rostro que pintó su antecesor. Ese Bolívar de Antonio Salas, tiene el rostro algo demacrado i color aceitunado, i se parece mucho a otros retratos del Libertador. Por eso i porque el perfil de Bolívar fue estudiado geométricamente con determinados ángulos, así como existe también una mascarilla luego de muerto, el rostro que ahora se ha recompuesto científicamente, está en consonancia con el rostro que todos conocemos de Bolívar, i su evolución por la enfermedad i los años. El rostro puede variar es verdad que Bolívar usó bigote mucho tiempo i patillas largas caso siempre, pero los rasgos de arcos superciliares, la nariz recta i algo larga i el mentó un poco prominente, están mui de acuerdo, a mi juicio con esa reconstrucción digital de los científicos que se esmeraron, con el respeto i el amor que merece la figura insigne del Primer Ciudadano del mundo. Hubo un clásico de la pintura, que personalmente repetí siempre, al lado de Don Diego Velázquez, el genial creador de las Meninas i el Cristo que cantó Miguel de Unamuno (Museo del Prado), llamado Rembrandt Van Rijn, que constituyen la cumbre de la pintura universal. Pues bien, para comprobar esto que expreso del cambio por los años que pasan como un remusgo, o un viento huracanado, sobre las facciones de los hombres, solamente basta ver la serie grande de autorretratos que este genio holandés se hizo. Creo que ningún otro artista lo hizo. Ahora, pensemos lo que será en retratos realizado por artistas distintos, en tiempos distintos, i con técnicas que desconocían, como el claro obscuro, el esfumino, la luz de bodega que implantó el Caravaggio, etc. Por eso dijo Anatole France, que la historia además de ciencia, es arte.
(Continuará)