Esta Semana culminaremos las consideraciones sobre el papel de la Fuerza armada Nacional Bolivariana (FANB) dentro del proceso político que vive Venezuela, para ello analizaremos parte de los contenidos de la doctrina actual de la FANB
Entre las personalidades que han hecho propuestas con respecto al nuevo pensamiento militar venezolano y el papel de la FANB se encuentra Alberto Müller Rojas, quien vió el planteamiento de una nueva doctrina militar “como una reactivación positiva de la capacidad defensiva del Estado venezolano que se había debilitado para incorporarlos a un imperio en donde no se reconocen fronteras” . De igual manera, defendió la tesis de la guerra de resistencia cuando planteó lo siguiente:
“Todo el Estado debe prepararse para la posibilidad de un conflicto en la forma más inmediata. No es el deseo que eso ocurra, pero vemos en el escenario internacional que están tumbando gobiernos, como en los casos de Haití y Panamá, y colocan después a marionetas al servicio del capitalismo. Entonces, Venezuela tiene que prepararse para eso, nosotros no queremos pelear con nadie porque somos una zona de paz, tal y como se estableció en la Constitución, tampoco tenemos desplegada ninguna fuerza para aumentar nuestro espacio de influencia, pero debemos, tal y como decía Julio César en el Imperio Romano, prepararnos para la guerra si queremos la paz.”
Actualmente se busca un redimensionamiento de la estructura castrense, que tienda a facilitar la incorporación popular en las tareas militares destinadas al resguardo de la seguridad y defensa integral de la nación. Sin embargo, la participación popular dentro de la FANB también es una tarea de difícil consecución y tiene que verse como un proceso histórico.
Por otra parte, la reconfiguración estratégica de la Fuerza Armada Nacional también responde a las crecientes amenazas que plantea el afán de EEUU por controlar las reservas petroleras del planeta. Además, la posición geoestratégica de Venezuela y su inmensa riqueza en otros recursos naturales (reservas hidrológicas, gasíferas, mineras, biológicas, entre otras) son elementos que lucen atractivos para los norteamericanos, ávidos de energía. Son estas consideraciones las que han conllevado al Estado venezolano a replantearse la concepción de guerra de ejércitos regulares (guerra convencional) para asumir el planteamiento de la guerra popular de resistencia (guerra asimétrica).
Las nuevas concepciones sobre la FANB deben ir complementadas con la renovación del parque tecnológico-militar. Las recientes adquisiciones de material bélico (Sukhois, Fusiles AK-47, helicópteros rusos, etc) se han realizado bajo el concepto de transferencia de tecnología, haciendo que Venezuela cumpla con dos objetivos fundamentales: por un lado, moderniza su armamento y por el otro, logra la independencia tecnológica. Sin embargo, esto no debe entenderse ni como el desarrollo de una carrera armamentista con respecto a nuestros vecinos latinoamericanos, ni como la pretensión de emprender alguna contienda o conflicto con país extranjero alguno. Por el contrario, el objetivo central es consolidar la capacidad defensiva de Venezuela. Además, Venezuela podría contribuir, a través de su modernización armamentista, a la materialización de alguna propuesta de integración militar para América Latina que pudiera acelerar la conformación de un gran sistema de seguridad regional que disuada toda aquella pretensión imperialista de dominación.
La reestructuración de la organización militar representa un paso importante en la consolidación de una Patria realmente soberana y libre de ataduras foráneas. La concreción de la FANB podría representar una de las bases fundamentales que sustentaría la nueva estructura del Estado socialista venezolano. La fórmula pueblo-soldado, diseñada para sustentar el accionar del nuevo estamento militar, aumentaría la participación popular en la medida en que incorporaría a la población en la discusión sobre decisiones de seguridad y defensa integral de la nación, contribuyendo así a la consolidación del proyecto de país consagrado en el espíritu de la Constitución Bolivariana.
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