Y cómo lo que está en juego no es cualquier cosa, y la vida se nos ha ido abriendo trochas, veredas, espacios, trincheras y surcos, por no decir caminos que ya no conducen a ninguna parte, pensé al principio titular este artículo Pura Conciencia para resaltar que nuestro triunfo del 07 de octubre va a ser resultado no de la maquinaria, no de la campaña electoral, no de nuestras consignas, no de nuestros medios de comunicación, sino de un estado de conciencia ya alcanzado, que sólo por haberlo adquirido ya nuestra victoria estaría asegurada.
Pero luego de visitar Los Teques para realizar gestiones de tipo personal y haber visto varias avenidas con hileras de árboles cortados de tajo sus ramas y al preguntarle al chofer del autobús la causa de este dantesco paisaje, obtener como respuesta que esta acción la había realizado el Alcalde rojo, rojito y al yo repreguntar, escuchar que no había hecho nada por el pueblo sino robar y robar, se me prendieron las alarmas y un malestar recorrió todo mi cuerpo.
Vine corriendo a una computadora sólo para compartir mi sobresalto como cuando una madre le toma la temperatura a su hijo y de repente le ve unos grados de fiebre. No hay datos, pero sí intuiciones que sólo cuando ha existido un gran Amor se desarrolla. Hay algo que falta, es como un tejido cuando lo estás terminando que hay una puntada que está por hacerse y no se realiza.
Hay algo subliminal en el ambiente que no logro determinar. Y vengo aquí a invocar a nuestros ancestros, a nuestros mártires, al corazón profundo de la patria para que esta sensación no sea verdadera, para que lo que se ha sembrado tenga sus frutos, para que la conciencia pura de nuestro pueblo haga el sortilegio de transmutar todo lo oculto y que la luz jamás se apague en nuestra amada República Bolivariana de Venezuela. Amén.