Una nueva esperanza surge para el hermano pueblo de Colombia. Este tiene conviviendo con la violencia cerca de cinco décadas. Explicada en rigor histórico por la pobreza y una aguda concentración o monopolio de las tierras por terratenientes, insurgió una fuerza guerrillera que levantó banderas de justicia y mas democracia.
Sin entrar a discutir el tema de la vía válida para tomar el poder, lo cierto es que la prolongada lucha armada interna entre la FARC y el Estado Colombiano, sumado al criminal paramilitarismo vino acompañado de un gran sufrimiento de ese pueblo. Miles de muertos de ambos bandos beligerantes, en muchos casos civiles inocentes, lisiados, secuestrados, desaparecidos, masacres, falsos positivos, torturados, encarcelados, violencia sexual, impacto emocional en miles de familias y cerca de 4 millones de personas desplazados forzados, son testimonio del drama de la guerra.
En tres oportunidades, bajo los gobiernos de Belisario Betancourt (83-85), Cesar Gaviria (86-90) y Andrés Pastrana (98-02), se iniciaron conversaciones de paz frustradas por diversas razones. Ahora el gobierno de Juan Manuel Santos y el liderazgo de la FARC anuncian un acuerdo de negociación que abre un histórico cuarto intento de darle a la paz una nueva oportunidad. Noruega y Cuba serán países garantes; nuestro país y Chile serán acompañantes.
Estimo que lo mas crítico de este proceso que apenas se inicia esta en resolver el tema de las garantías plenas para que las FARC, deponiendo las armas, pueda reintegrarse a la vida civil y especialmente a la participación política democrática. En anterior oportunidad la ultraderecha respondió con el asesinato cruel de cerca de cinco mil líderes y militantes de lo que se llamo la Unión Patriótica, abortándose de esta manera la opción de la participación política de una parte de la izquierda colombiana.
Todos los pueblos de América Latina acompañamos esta nueva esperanza. El Gobierno Bolivariano hará lo que este a su alcance para contribuir sinceramente a la paz de Colombia.
El contexto inicial es favorable. El líder de la FARC, Rodrigo Londoño, afirmo que van a la negociación "sin rencor ni arrogancia", de la otra parte, el Presidente Santos muestra una voluntad política que facilita "la mesa de diálogo" y parece estar comprometido con una solución negociada y pacífica al conflicto armado, uno de los mas largos del planeta.
La Paz es la vida. Pensando en los más de 4 mil niños que en esta larga oscuridad de la violencia, perdieron su vida, es necesario hacerlo todo para que esta, la paz, sea la única opción para Colombia. Sembremos la paz, cosechemos vida.
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