Son casos excepcionales donde la personalidad ha sido tan determinante en la vida de un país y de un proceso revolucionario, en Venezuela se ha repetido por tercera vez esta historia, una muy efímera y corta como la de Ezequiel Zamora y otras dos no tan largas como las de Fidel, me refiero a las figuras gigantes de nuestro padre de la patria Simón Bolívar y de nuestro padrastro Hugo Chávez. Sin duda alguna utilizo la figura de PADRASTRO por que nuestro padre de la patria no se discute. Este proceso está inspirado en nuestro padre e indiscutiblemente dirigido por nuestro comandante presidente, decimos nuestro, porque realmente lo sentimos así, no es por adulación ni por sumisión militar, ya que como dijo Bolívar “estos son pocos y preciosos” lo decimos además con la convicción y la visión de que la figura de Chávez se hará cada vez más grande y no estará signada por el ocaso, Chávez no supo lo que es desmayar, se ha mantenido firme en las ideas bolivarianas, familiarizó y reivindico en nuestro pueblo las ideas del socialismo, y en las decisiones que como estadista le ha correspondido. Ahora que padece una terrible enfermedad que lo mantiene al borde de la muerte, la oposición no apátrida sinceramente comienza a darse cuenta de lo gigante que ha sido Chávez, ha sido el político que realmente unió al país aunque parezca paradójico a nuestros adversarios, unió primeramente a la totalidad de los revolucionarios no dogmaticos y sinceros y, unió a la oposición incluyendo a los apátridas y fascistas en un bloque en contra del proceso, pero todos bajo la inteligencia de nuestro máximo dirigente y la fuerza de un Estado blindado por una constitución aprobada por la mayoría del pueblo en consulta, la cual no fue apoyada por la oposición, pero que en el tiempo se han convertido en acérrimos defensores, no importa si es tan sólo para lo que les conviene.
Así como las revoluciones paren sus poetas y dirigentes la providencia del tiempo histórico nos deparó un hombre de pueblo con todas las características de un genio político, que rebasó las fronteras al punto que es quizás el más querido y admirado en la faz de la tierra en la actualidad de allí las grandes manifestaciones de solidaridad con él, con su familia y con el pueblo de Venezuela y esto no es por casualidad, sino por causalidad que se refleja en aquella famosa canción que dice: “amor con amor se paga”
Mefistófeles dijo: “todo lo vivo es digno de morir” otra canción dice “nadie es eterno en la vida” pero vaya con que dignidad ha vivido Chávez, su cuerpo no será eterno, pero sin duda sus ideas, ejemplo, su admiración por su padre Bolívar, su amor por el pueblo lo harán inmortal en el corazón y en la memoria popular. Chávez ha sido un hombre exageradamente inteligente y disposicionero, jamás temió equivocarse y cuando lo hizo tuvo el coraje de reconocerlo, supo esperar y madurar su tiempo y las condiciones históricas para insurgir y luego para gobernar, dirigiendo una revolución en el terreno de las condiciones burguesas, arriesgando ser mártir como Allende, a milímetros de la muerte. Un joven de 22 años acérrimo antichavista y lo digo con juicio de realidad, me dijo: “Piro yo antes le deseaba la muerte a Chávez, no se por que si a todos nos ha ido bien muy bien en estos 14 años, pero estoy arrepentido, ahora quiero que no se muera.”
Muchos vamos en el tren de la revolución y no nos damos cuenta de los avances por ir a la misma velocidad, y se comprende, pero los demás países si ven nuestra velocidad y más los que sufren los rigores del neoliberalismo. Los que manejan con el brazo afuera solo sabrán dolorosamente que no se debe hacer hasta que queden mochos, y cuando el brazo les falte valorarán realmente su extremidad. Así pasa cuando nuestros dirigentes, los imprescindibles como dijo Berthol Brench, se nos ausentan
“La gloria es un vestido de luz que se adapta perfectamente a los muertos”
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