La situación del viaducto que comunica Caracas con Vargas y el colapso de parte de la autopista regional del centro, es en definitiva una luz roja que se ha encendido y que hasta la fecha bien por incapacidad y/o burocratismo, no tienen respuestas mas allá de paños calientes.
Para ser objetivos, durante los últimos 25 años a excepción de las obras de la autopista J.A.Páez y la autopista de oriente, es muy poco lo que en materia de vialidad se ha realizado en el país.
Si revisamos las cifras de los últimos años tendremos que en los 3 que vienen, mas los 3 anteriores ingresaran a la corriente vial mas de 1.000.000 de unidades vehiculares. Como enfrentar esta realidad, si para ejecutar obras de infraestructura se requiere de años de trabajo y fuerte inversión.
Ahora bien cual va a ser la respuesta del estado, considerando la autocrítica que en materia de obras gubernamentales se hace el propio jefe de estado.
No podemos ignorar que el atraso en la ejecución de obras se debe a esa cultura que se instalo en Venezuela y que es realmente difícil de superar, la corrupción, el amiguismo e incapacidad de los funcionarios.
La solución a los problemas de la infraestructura vial, pasa por la implantación de una real política de concesiones de vías alternas a las existentes.
Mi propuesta es para que se llamen a consorcios internacionales que estén dispuestos a invertir en vías alternas y que estas sean como en otros países donde funcionan a plenitud, con el pago de una tarifa que le permita a los inversionistas un retorno de la inversión, al usuario escoger la vía que mas le convenga y el estado dar mantenimiento a la red vial existente.
Veo como se alegran los funcionarios públicos cuando hablan de la recuperación del aparato productivo y de como se venderán esta año mas de 200.000 unidades automotores, pero por la cabeza de ellos no pasa que esa cantidad anual de vehículos necesitan por donde circular.
Si nos ponemos a esperar que el estado realice las obras necesarias para enfrentar esta situación, estaremos como ahora con el caso de las viviendas, que se han destinados recursos, pero no se concretan las mismas.
En todo caso es una situación de emergencia que hay que enfrentar ya, y no esperar que se termine de derrumbar el viaducto o que colapse la autopista regional del centro.
Oscar Cárdenas
