La concentración de la renta en los EUA intensifica la lucha de clases en el corazón del capitalismo mundial. Según la revista británica The Economist, desde 1979 la renta familiar media de los estadounidenses aumentó un 18%, mientras la renta del un 1% más rico de la población subió un 200%.
Al contrario de algunas previsiones, los tiempos neoliberales no trajeron el fin de la historia, pero si el aumento de la lucha de clases.
El “sueño americano” – en verdad, estadounidense – reposa en la idea o en el sueño de que todo el mundo puede un día hacerse rico. Pero un analice publicado por la revista conservadora británica The Economist coloca en serias dudas sobre su realidad y evidencia como las contradicciones de clase sólo aumentan en ese país, confirmando ser el de mayor desigualdad social entre los del centro del capitalismo.
El dinamismo de la sociedad norteamericana se mantiene: en los últimos 15 años la población de los EUA pasó de 263 millones de personas a 300 millones, con el mayor crecimiento en 40 años. Dos tercios de esa expansión vienen del aumento natural, y el restante de la inmigración. La tasa de fertilidad en los EUA es mayor que la de China, Brasil y Corea del Sur. Todos los países con fertilidad por encima de los EUA son países muy pobres.
Pero con la intensificación de la explotación de los trabajadores, hecho posible por las sistemáticas políticas de flexibilización “laboral” – en realidad, “precarización laboral” –, los estadounidenses detienen el nada envidiable récord de poseer la jornada de trabajo más extensa del mundo: 300 horas anuales más que los europeos. Intercambian constantemente de trabajo – porque perdieron el derecho a la indemnización y así son despedidos regularmente.
Sin embargo, el indicio más claro es el de la mayor concentración de renta. En el último cuarto de siglo, la distancia entre ricos y pobres se hizo aún mucho mayor. Desde 1979, la renta familiar media de los norteamericanos aumentó un 18%, mientras la renta del 1% más rico de la población subió un 200%. Para que se comparen las diferencias, vean que, en 1970, los 20% más pobres recibían un 5,4% de la renta y los 20% más ricos, un 40,9%. Veinticinco años después, los más pobres disponen del 4,4%, mientras los más ricos elevaron su parte para un 46,5%.
En ese periodo, la renta de los 20% más pobres subió un 6,4%, y la de los 20% más ricos, un 70%. El 0,1% de los estadounidenses más ricos ganan dos o tres veces más que sus pares en Francia e Inglaterra. La preocupación de la revista es que “la desigualdad de la renta está alcanzando niveles nunca antes registrados desde el final del siglo XIX”.
Malos tiempos para los “sueños americanos”, donde el mercado reina junto a la desigualdad y promueven la lucha de clases en el corazón del capitalismo del siglo XXI.