“Con sólo la vanguardia, es imposible triunfar. Lanzar sólo a la vanguardia a la batalla decisiva, cuando toda la clase, cuando las grandes masas no han adoptado aún una posición de apoyo directo a esta vanguardia, o al menos de neutralidad benévola con respecto a ella, que la incapacite por completo para defender al adversario, sería no sólo una estupidez, sino además un crimen”. Lenin, La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo.
Abril-mayo de 1920
Suena duro el febrero en Venezuela, suena a independencia, a lucha, y es que un 4, un 12,un 27 y febrero entero, resumido en un 13 de abril, es más que la fecha es la lucha diaria de hombres y mujeres que han decidido darle independencia plena a su nación, es por esto que se hace realmente necesario que tanto la vanguardia como las masas acompañen esta idea, abrasen el sentimiento colectivo de luchar hasta vencer, ya que no sólo se hace necesario, sino obligatorio ante la situación actual del planeta, frente a grandes contradicciones que nos enriquecen la lucha y ubican esta experiencia Bolivariana, entre la esperanza y más allá en la referencia para construir otro mundo y preservar la vida en la tierra.
En las batallas independentistas hubo ensayos, errores y aciertos, pero sin duda hubo una vanguardia que asumió la conducción de la guerra para fundar las primeras repúblicas, sólo que el componente “bases” no estaba totalmente formado para profundizar el ideal independentista y se vieron para entonces los sueños truncados; de esto hemos aprendido, ciertamente la historia se repitió con diferentes escenarios, existieron varias experiencias vanguardistas y revolucionarias en nuestro país sólo que carecían de una población consciente que pudiera completar la obra, que pudiera sentar las bases y darle curso definitivo a la emancipación y la liberación de la Patria.
Sin duda corremos el gran riesgo como movimiento, el riesgo de no formar los cuadros que estén en las masas para hacer que ellas se liberen por conciencia propia y no por consecuencia, quizá es utópico pensar en la adquisición completa de conciencia del pueblo venezolano, pero creo que las condiciones están dadas para refundar la esperanza de que si podemos, si lo estamos logrando, solo que necesitamos apurar el paso, necesitamos incluir más debate y más reflexión en todos los espacios de la patria, que las tareas propias de la revolución no sean sólo tareas, sino una obra hecha con la convicción plena de que pronto nos liberaremos por completo de la esclavitud y la opresión imperialista.
O tenemos patria o no tendremos nada, creo haberle oído esa frase al comandante Chávez, nosotros los jóvenes, como columna vertebral de la revolución, no tenemos opción que no sea la de luchar por ver la patria liberada, con la mayor conciencia de clase, cobrarnos históricamente el brutal asesinato de José Felix Ribas, que hoy en los espacios de enseñanza media vive más que nunca, no solo porque lleva su nombre sino porque han heredado su legado, Ribas vive, su lucha sigue, la batalla que estamos librando los jóvenes Bolivarianos es trascendental, estamos obligados a no rendirnos, a no cansarnos, porque con Chávez y el pueblo Venezolano vamos a vencer.
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