Tal como queda expresado en el editorial del semanario opositor La Razón “El paro petrolero es lo único sensible y grave que queda del paro cívico” más preciso aún, el saboteo petrolero es la fuerza de lo que queda de paro. Estamos convencidos que más del 80 por ciento de los trabajadores petroleros no están con el cacareado llamado a paro. La paralización viene forzada por el saboteo de la marina mercante y de un grupo de gerentes petroleros golpistas, un paro sin clase trabajadora no puede ser llamado paro.
Por una parte, de las actividades asociadas a pequeños y medianos negocios que se mantenían paralizadas, como es el caso del funcionamiento de la industria láctea, los centros comerciales, muchos de los cuales han decidido abrir sus puertas, terminan por abandonar a los tres Carlos y a las fuerzas de la oligarquía en el empeño de salir de Chávez.
Por otra parte, quienes quedan en paro, son comandados en apariencia por Juan Fernández en la industria petrolera, Marcel Granier en los medios de comunicación, y Carlos Fernández en representación de algunas empresas poderosas de los amos del valle y la Cámara de Franquicias entre quienes se destacan McDonald's, Wendy's, Subway, Domino’s Pizza, Pizza Hot, American Deli y todas las marcas globalizadas las cuales debutan abiertamente en la política activa de América Latina como instrumento de las corporaciones mundiales para intervenir en la política doméstica.
En efecto, valdría la pena indagar donde está el comando real del paro ¿Qué tienen que ver con todo esto Gustavo Cisneros y las grandes corporaciones petroleras mundiales? ¿Por qué una política de estado norteamericana tan poco firme en la defensa de la institucionalidad democrática?. Cada día me convenzo más de que el interés que aquí se disputan es fundamentalmente el botín petrolero.
Podemos apreciar que el coco del Castro Comunismo es una cortina de humo que se difunde día a día en el discurso de Ortega y Fernández para ganar adeptos entre la sensible clase media, la propaganda mediática dedica 24 horas a cumplir dicha tarea. Y ningún opositor analiza a ciencia cierta si dicha tesis tiene asidero.
Podemos apreciar como ante el desespero por la movilización del Pilín León, “el libreto” de los medios tenía que incorporar presuntos armadores cubanos. Aunque centenares de oficiales altamente calificados de nuestra Armada Venezolana son capaces de realizar ésta operación de rutina. No es más que un mito creer que solo trece oficiales de la marina mercante sean capaces de movilizar los buques. El capitán que realizó la maniobra ni es cubanos ni es extra terrestre, al menos que el estado Falcón esté anexado a Cuba.
En otro orden de ideas, la manipulación mediática es una droga que cada vez hace menos efecto sobre las grandes mayorías, porque se desgasta con el excesivo uso de la mentira. La perdida de credibilidad de estos medios ha sido parte de la inversión corporativa de los grupos poderosos a los que pertenecen.
Sin embargo, sobre los convencidos seguidores, el impacto psicológico y la manipulación del subconsciente es plena y enfermiza, en la medida que arrecian aún más la propaganda, hasta el punto que Carlos Fernández pretende secuestrar la Navidad como el Grinch. Los medios dirigen a sus masas como autómatas “A cargarse las pilas, pule tus cacerolas y hoy tocalas más duro que nunca” “ Chávez es el único culpable de que no haya gasolina” aunque sea Juan Fernández quien ordeno cerrar el grifo, y todo los días nos explica como han paralizado la industria petrolera, el lavado cerebral funciona.
Lo cierto es que a ésta oposición se le escapa de las manos la posibilidad de sumar gente que los respalde. No les importa el daño que le hacen a la industria petrolera provocando perdidas de $100 millones diarios con tal de mantener el saboteo, no les importa la pérdida de clases de niños y jóvenes, como tampoco les ha importado utilizar a sus seguidores como carne de cañon en diversas oportunidades, no les importa el desabastecimiento de leche ni de los alimentos para los lactantes, no les importa que en el país con mayor producción y exportación petrolera de América latina no haya gasolina, no les importa el daño que le hacen a la población venezolana por que no les interesa el país, no les importa las grades mayorías sumergidas en la pobreza y sin duda los más afectados por éste paro, ni piensan en la humanidad solo los mueve la defensa de intereses particulares, y no se sienten responsables de sus actos porque al final de cuentas culpan a Chávez de lo que ellos mismos hacen.
Finalmente, tal como lo expresara un editorial del Washington Post “Una oposición así no merece el respaldo de la población”. Ya es tiempo de que asuman la derrota en forma responsable.