Los dos últimos ajustes cambiarios venezolanos:
el primero de Bs.F 2,15/$ a Bs.F 4,30/$, y el reciente, de Bs.F 4,30/$ a Bs.F6, 30/$, han buscado el necesario balance entre circulante monetario y volumen de la producción, variables que determinan la estadística del llamado PIB o Producto Interno bruto, en respeto a la conocida ecuación cambiaria, según la cual, la sumatoria del valor de las compras (c.p) es igual a la sumatoria de cada unidad monetaria por las el correspondiente número de transacciones involucradas (m.v) durante el año estudiado.
En concreto, si en una economía aumenta o contrae el volumen de circulante (m) determinado y volcado por el Estado sin hacerlo adecuadamente la producción de bienes y servicios varios (c), entonces, respetivamente, suben o bajan los precios. Estamos frente a una mercancía, llamada divisa estadounidense, y a una producción privada, la primera minimizada y controlada por el Estado apara evitar su fuga indiscriminada, y la segunda, constreñida por un empresariado privado carente de industriosidad y oposicionista. Un sector privado que durante el siglo pasado se limitó a vivir del Estado, y que no responde a las exigencias productivas, no sólo por sus malos hábitos, sino por su carácter político contrario al nuevo interés nacional popular.
En paralelo, estamos frente a un nuevo Estado que ha venido inyectando gruesos volúmenes de renta dineraria mediante una redistribución de la renta petrolera, hacia quienes antes eran sólo consumidores potenciales. Hoy, la mayoría de los venezolanos dispone de pensiones del Seguro Social o becas y asignaciones presupuestarias; hoy el Estado ha elevado considerablemente el volumen de gente trabajando, o sea, el Estado ha estado reforzando en bolívares el volumen de demandantes efectivos que salen al mercado y tropiezan con una producción deprimida por un empresariado contrario, que lejos de incrementar y crear fuentes de producción, acapara y comercia con la divisa.
En consecuencia, el estado se ve obligado a restringir el volumen de dinero, y es lo que hace cuando a hora retirará Bs.F 6,30 en lugar de Bs.F 4,30 por c/ $.; eso por un lado, y por otro, empieza a ofrecer una mayor cantidad de dólares en manos privadas mediante la permisividad de cuentas en dólares libres de control cambiario. El Estado ahora busca de nuevo balancear “c” con el volumen “m” que usamos en la ecuación cambiaria de arriba, y lo seguirá haciendo mientras la producción nacional (c) siga rezaga frente al volumen de renta petrolera que el estado siga volcando en esas masas de venezolanos que ahora sí participan directamente de la Renta Petrolera.
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