Han pasado 24 años del 27-F, día en el que, tal como describe Roland Denis en el emblemático documental de Lilian Blaser, los cerros bajaron y expropiaron todo lo que los medios de comunicación les habían vendido. Fue la rebelión popular contra las políticas económicas del gobierno, el cual reaccionó de manera brutal. Hoy en día no existe certeza del número real de víctimas, oficialmente el gobierno reconoció 200, Amnistía Internacional refirió 500, mientras que varias ONG´s aseguraron que la cantidad real alcanzaba las 3000. Según algunos estudiosos, este fenómeno abrió el camino para un uso más generalizado de la violencia por parte de la población. Este tipo de violación sistemática de DDHH no puede quedar impune, y en esto coinciden mayoritariamente hasta los críticos más radicales del Sistema Penal.
Para Baratta existen “casos delimitados en los que algunas funciones simbólicas cumplidas por el sistema de la justicia penal pueden ser defendidas. Uno de estos casos es el de las graves lesiones de los derechos humanos cometidas por jefes militares o gobernantes. En este sentido, he tomado abiertamente posición por la incriminación de los responsables de las lesiones de los derechos humanos durante la dictadura militar argentina y contra su inmunización progresiva.” Por ello sostiene que “mientras el sistema penal exista, en casos como estos su empleo no puede ser excluido, sino, por el contrario, exigido, para que la función simbólica que él puede cumplir juegue un papel de cierta importancia a favor de las partes estructuralmente más débiles en el conflicto (…) este papel puede ser reconocido en la elaboración y mantenimiento de la memoria colectiva de un pueblo y por un progreso civil y democrático que haga más difícil la repetición de situaciones tan graves de violencia institucional”.
Este debate con la vuelta de las democracias en las últimas décadas se ha planteado en varios países, ahora en Venezuela se vive un momento clave para hacer la reivindicación de la Memoria Colectiva sobre estos hechos, para que los mismos ¡NUNCA MÁS! vuelvan a suceder.
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