En distintos puntos del continente Latinoamericano Caribeño, se debate la propuesta de la Carta Social de las Americas, impulsada por el Gobierno de La República Bolivariana de Venezuela. Esta misma se ha sometido al debate, por parte de Comunidades y Movimientos Sociales en todo el continente. La intención de su discusión, tiene el objeto de sumar aportes desde las perspectivas de los distintos países latinoamericano, con el objeto de terminar de confeccionar, esta alternativa a la Carta Democrática, que propone el Proyecto de la Carta Social que desde abril del 2004 promueve el gobierno venezolano en el marco de la OEA.
La Carta Democrática es una resolución de la OEA, aprobada el 11 de septiembre del 2001, que pone todo su énfasis en "resguardar" la democracia representativa, por el contrario, el objeto de la Carta Social de las Americas es abordar temas que preocupan a los latinoamericanos, y que tienen que ver con el goce de los derechos sociales, políticos y humanos de nuestras comunidades, se pone el acento en una democracia, donde las personas tengan un rol protagónico. Esto último, solo es posible transformando sustancialmente el sentido de la democracia (la representativa) en aras de una democracia participativa, única alternativa viable para los pueblos de Latinoamérica y garantía de contralor del contrato social. La Carta Social de las Americas, pretende ser una herramienta de cooperación entre nuestros estados en torno a las soluciones de los problemas de la pobreza y la exclusión, que tienen como común denominador, las estructuras dependientes de nuestras economías, en este sentido la carta social, lejos de agotarse en subplantar a la Carta Democrática (entelequia jurídica de intromisión en los asuntos internos de nuestros países) representa una verdadera herramienta puesta al servicio de la solución de los problemas detallados más arriba.
Un dudoso espíritu democrático:
La Carta Democrática consta de varios artículos de dudosa inspiración, que pretenden menguar los efectos de un cuestionamiento al orden estatal, en la sección III "Democracia, desarrollo integral y combate a la pobreza" se despliegan un conjunto de razones por las cuales se podrían tomar medidas de carácter intervencionista, para retornar el regreso a la "normalidad institucional", veamos por ejemplo:
Artículo 18º
Cuando en un Estado Miembro se produzcan situaciones que pudieran afectar el desarrollo del proceso político institucional democrático o el legítimo ejercicio del poder, el Secretario General o el Consejo Permanente podrá, con el consentimiento previo del gobierno afectado, disponer visitas y otras gestiones con la finalidad de hacer un análisis de la situación. El Secretario General elevará un informe al Consejo Permanente, y éste realizará una apreciación colectiva de la situación y, en caso necesario, podrá adoptar decisiones dirigidas a la preservación de la institucionalidad democrática y su fortalecimiento.
Así como.
Artículo 20º
En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime convenientes.
La ambigüedad de estos artículos, de los cuales he extraído dos de ellos, centrales en el documento, no deja en claro a qué se refiere cuando dice en el art. 18 "situaciones que pudieran afectar el desarrollo del proceso político institucional democrático o el legítimo ejercicio del poder" dejando a libre interpretación cuáles serían estos acontecimientos, que bien podría ser, una protesta de campesinos u obreros Bolivia. Pero más grave aún, es que esta Carta Democrática, no es respetada ni por el gobierno Norteamericano, que yendo más lejos de ella, reconoció en primera instancia al breve interregno fascista de Pedro Carmona Estanga en el poder en Venezuela, luego del artero golpe de estado al gobierno del presidente Chávez, ignorando los acuerdos internacionales multilaterales firmados y pasando por encima a los países miembros de la OEA, al punto de cooperar con los sectores detractores del gobierno venezolano en los acontecimientos del 11 al 13 de abril del 2002. Pero a nadie sorprendo con esto, es visible y notorio que la diplomacia norteamericana, termina cuando comienza el avance de la infantería, modalidad cada vez más recurrente y que parece no tener límites en las ambiciones de poder de la cúpula delirante, que dirige los designios de la nación más poderosa del mundo. Si no, las pruebas están a la vista, el envío de soldados a Paraguay, habla por sí solo de que las ambiciones del imperialismo norteamericano no se andan con leyes, ni rodeos burocráticos, pero cuando esta prepotencia inocultable no alcanza; no están de más los acuerdos otrora alcanzados, con el beneplácito de gobiernos serviles.
Podemos ver en el art. 20 un dudoso "espíritu democrático" en este instrumento de intromisión: ".cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime convenientes." Siguiendo estos lineamientos, Norteamérica creyó "conveniente" ¡llenar de soldados Haití! y muchos países, entre ellos Argentina y Brasil lamentablemente, se plegaron a esta iniciativa intervencionista que pone al desnudo las verdaderas intenciones de Norteamérica de cara a la región.
En los países donde la institucionalidad de constituciones muchas veces arcaicas, o que no reflejan las condiciones reales de la vida social y política (como podría ser el caso de Bolivia, y que solo los bolivianos han de solucionar) o donde el intereses de un pueblo no congenia con estas formas; ¡oh sorpresa!, allí donde reina el hambre, la miseria y en general la desigualdad, por sobre la letra muerta de normas perimidas por políticas cipayas, alentadas por las oligarquías colonialistas latinoamericanas en connivencia con las grandes empresas transnacionales, o con el capitalismo de encalve que les da sentido, ¡allí aparecerá Capitán América con la Carta Democrática en la mano para restablecer el orden! Por favor, a quien quieren engañar.
Con toda la marginalidad y la pobreza, a la que está sometida la vida de la inmensa mayoría de la población en el mundo, a nadie puede resultarle extraño que en un gobierno "se produzcan situaciones que pudieran afectar el desarrollo del proceso político institucional democrático o el legítimo ejercicio del poder" pues para ello trabaja fervorosamente la diplomacia imperialista norteamericana en espacios como el de la OEA.
La Carta Social es una la alternativa para solucionar los problemas de nuestros pueblos en el ámbito de la OEA:
Esto es así por que esta creada con el objeto de solucionar los problemas de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe, ofreciendo una alternativa revolucionaria, y sin doble discursos que expresen una intervención política-militar de ningún país para solucionar nada. Por lo demás desde la República Bolivariana de Venezuela se insiste en el protagonismo y la participación de las poblaciones (en forma de aportes de las organizaciones sociales y políticas de base al documento proyecto que pone a disposición Venezuela) generando algo inédito en el marco de la OEA; elevar una herramienta para la solución de problemas económicos y sociales en el continente, herramienta que emana de la participación democrática de las organizaciones que representan a pueblos. La Carta Social para las Americas, es una Tratado Internacional donde los estados, no son los únicos interlocutores pertinentes, sino que el pueblo tiene voz y voto.
En su preámbulo y 90 artículos, se abordan en cuatro títulos centrales: Los Derechos Sociales Fundamentales, los Derechos Comunitarios, Económicos y Culturales que grafica a largo del documento, una interpretación de los derechos humanos, de cara a la problemática actual de los países periféricos: la problemática de la miseria globalizada y la riqueza concentrada y transnacionalizada:
"71.- Las Comunidades organizadas como Personas Jurídicas podrán promover unidades de producción de bienes y servicios y tendrán derecho a solicitar y obtener del Estado u organismos no gubernamentales, asistencia técnica y financiera, formación de recursos humanos, información, protección jurídica."
Las Comunidades organizadas y dotadas de personería jurídica internacional (el reconocimiento que se les da a los estados en el derecho público internacional) está lejos de la magra y conservadora actitud de la "Carta Democrática" de salvaguardar la formalidad de la democracia representativa a costa de la "intervención" (avance de infantería), y más lejos aún de cobijar herramientas semiocultas o de dudosa transparencia, que faciliten la intervención de coaliciones estatales.
El Título 1 de la Carta Social, despliega los conceptos de los Derechos Sociales Básicos: Derecho a la Vida Digna, Derecho a la Salud, Derecho a la Educación, Derecho al Trabajo, Derecho a la Protección Social, Derecho a la Vivienda, Derechos de la Familia, definiéndolos y mencionando el alcance de la realización de estos con la garantía del compromiso de los Estados (como gestionadores y garante de estos) y la participación popular (la democracia hecha verbo) en las diversas esferas o etapas de las políticas públicas para materializar estos objetivos: planificación; decisión y contraloría:
"7.- Los Estados se comprometen a proveer a los portadores de enfermedades crónicas de alto costo, los tratamientos y medicamentos necesarios para mejorar su calidad de vida, de forma gratuita, sostenida y universal."
"9.- La participación protagónica de la población como actor corresponsable de los servicios de salud, debe ser estimulada y reconocida como factor de consolidación de los sistemas públicos nacionales de salud."
"21.- Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a participar en el diseño, administración y evaluación de los procesos educativos y el Estado velará por su reconocimiento y brindará atención a sus planteamientos."
Es clave inevitable, para la solución de la profunda problemática social en Latinoamérica, tomar conciencia de la complejidad de nuestras sociedades, y en tal sentido, elaborar mecanismos ambiciosos, que apelen a los factores aptos para la solución los problemas de nuestras sociedades de forma creativa y con participación de los sectores populares, abandonar el diagnóstico y tomar la iniciativa necesaria a los fines de despejar un horizonte de felicidad para los pueblos de América.